dilluns, 18 de febrer del 2008

Kosovo.

Una juerga cómo se ha reaccionado en España al episodio de la declaración unilateral de independencia de Kosovo. Los europeos pillan siempre a los españoles con el paso cambiado. Porque a ver qué figura no ya del derecho internacional sino de la pura lógica es esa de que el Gobierno rechaza la tal independencia unilateral pero la acepta por mor de la concordia europea, para no ir en contra del común sentir europeo. Sorprendente actitud porque ¿por qué no va a ir en contra del común parecer europeo? ¿Está prohibido? Muchos europeos lo hacen continuamente: Francia y Holanda han dicho "no" a la Constitución europea; Noruega se lo ha dicho a la misma Unión; Dinamarca dijo que no en referéndum al Tratado de Maastricht, aunque luego la cosa pintó distinta; el Reino Unido dice que no a la Política Social de la Unión; varios Estados no quieren saber nada del euro y otros dicen que no pertenecen a Schengen, etc, etc. ¿Por qué no va a disentir el Gobierno español del coro europeo visto que, en todo caso, no hay coro? Porque de disentir se vería que nadie le hace caso. Por eso digo que nos pillan siempre con el paso cambiado.

El señor Rajoy, especialista en alancear moros muertos, dice que él se opone a la independencia de Kosovo. Claro porque no gobierna ni gobernará. Si lo hiciera, ¿en qué se notaría que se oponía a la tal independencia? ¿No reconocería al Estado kosovar? En fin...

Los periodistas, locos de alegría, preguntaban a todo el mundo si podían establecerse paralelismos entre Kosovo y el País Vasco. Mayoritariamente las respuestas eran de noooooo, que vaaaaa, naaaaada que ver. Excepto el Gobierno vasco que publicó una nota diciendo que Kosovo es el camino, el faro, la guía, esto es, el respeto al derecho de autodeterminación de los pueblos, que existe por mucho que moleste por ahí, y el derecho a decidir de los kosovares y, claro es, de los vascos, que el señor Ibarretexe se ha ido a explicar a la Universidad de Stanford, a donde también han llegado los de la España integral y le han montado un pollo.

Por cierto que Kosovo y el País Vasco no tienen nada que ver. Ni por asomo. Serbia no ha sido una entidad política única independiente durante más de cincuenta años en la Edad Moderna. Nada que ver con la indiscutida existencia de España en los últimos quinientos años, si bien es cierto que en los últimos trescientos aparece como una entidad territorialmente menguante, lo cual tampoco es asunto de gran alharaca. Que llamemos España a toda la península ibérica menos Portugal tiene el mismo sentido que tendría que se lo llamáramos a toda la península ibérica menos Cataluña, es decir, ninguno. Pero en todo caso, son quinientos años.

Las relaciones de Kosovo con Serbia son, en lo económico y social, las inversas de las del País Vasco con España (o resto de España; aunque ya se ha visto que España es siempre igual a "resto"), esto es, "colonia" subdesarrollada frente a "metrópoli" desarrollada. La pelea de albaneses y kosovares no solamente es étnica sino también religiosa, divina quebrada que no se da en la católica España, al menos abiertamente.

Prácticamente no ha habido época en la historia de Serbia en que las decisiones sobre su existencia como sujeto político no fueran asunto dirigido en buena parte desde el exterior, por el juego de las potencias vecinas: bizantinos, turcos, búlgaros, austríacos, húngaros y luego ya europeos occidentales y estadounidenses. Empezando, además, por el hecho aquí decisivo de que fuera de las fronteras de Serbia hay un Estado independiente, Albania donde reside la mayoría de los albaneses, como puede verse en el mapa de la derecha que saco de United States Institute of Peace. Se observará que en Kosovo vive un tercio de los albaneses, sin desdeñar la minoría de Macedonia y el Pico de Montenegro. En todo caso, la bandera que más se ha visto ayer es la de Albania, al comienzo del post. Como Kosovo aun tiene que decidir su bandera y su himno, cual si fuera una autonomía española, la cuestión es si puede escoger la enseña albanesa. ¿Puede haber dos Estados con la misma bandera? Supongo que no para no inducir a error o incurrir en él.


Actualización a las 12:00 del 18/02/2008.

El problema lo resolvió ayer el parlamento kosovar adoptando la nueva bandera que se ve en el vídeo que saco de Público.


Así pues nada tienen que ver el País Vasco y Kosovo. Pero es que eso es irrelevante porque aquí de lo que se trata es del ejercicio del derecho de autodeterminación. Por eso salta el Gobierno vasco invocando el respeto a ese derecho que si unos pueden ejercerlo habrá que saber por qué otros no. El sacrosanto derecho de autodeterminación. Adelanto que servidor es partidario de su reconocimiento en el caso de Kosovo, del País Vasco y de quien lo pida con razones meditadas y de modo pacífico. Pero el Gobierno vasco es especialista en retorcer las cosas y embarullarlo todo. Aplica aquí la falta de escrúpulos morales que aplica en su pretendido referéndum de otoño pues lo ha convocado en presencia de la violencia, no en su ausencia, como se había comprometido. Es un referéndum inmoral, además de ilegal.

Lo mismo le pasa con el derecho de autodeterminación de Kosovo. Eso no ha sido ejercicio de autodeterminación; eso ha sido una injerencia (es posible que inevitable, seguramente sí) de las potencias extranjeras en asuntos internos de otro país. Algo probablemente muy razonable cuando el injerido está masacrando a una minoría a su merced pero que no se aplica igual cuando el masacrador es Serbia que cuando es Rusia o China.

En todo caso, se trata de la autodeterminación, sin duda alguna. Y satisfactorio es, con todo, que se haya producido. Habrá que ver qué cara ponen los europeos occidentales en el caso, no imposible, de que Albania y Kosovo, de común acuerdo, desde luego, se fusionen y qué pasa luego con los albaneses de Macedonia. Aquí se han enfrentado dos principios: el llamado derecho de autodeterminación y el principio de integridad territorial de los Estados, firmemente defendido por Rusia, que teme también una mayor fragmentación de sus dominios y anuncia problemas políticos entre otras partes en España, vaya por Dios.

Uno puede estar a favor de la autodeterminación ajena (y, por supuesto, propia) por principio, pero eso no es, no puede ser, el fundamento de la acción de los Estados que carecen de principios pues carecer de ellos es invocarlos e invocar a sus contrarios al mismo tiempo. Por ejemplo, el Reino Unido ha vinculado el destino de Gibraltar al derecho a la autodeterminación de los gibraltareños, principio que todos, llanitos y británicos, han metido en la Constitución de la Roca, aprobada en referéndum en noviembre de 2006. ¡Loable acción de la Gran Bretaña, adalid de la democracia, en defensa del muy humano derecho de autodeterminación de los pueblos!

Lo que tienen lo británicos es un morro que se lo pisan. El 1º de julio de 1997, el Gobernador británico de Hong Kong, Chris Patten, transfirió la soberanía de la colonia a la República Popular China sin preguntar nada a sus habitantes, mayoritariamente opuestos a la retrocesión. Al fin y al cabo, el Imperio chino Qing había cedido Hong Kong a perpetuidad a Gran Bretaña por el tratado de Nankín, de 1842, que puso fin a la primera guerra del opio. También España había cedido Gibraltar a perpetuidad a Gran Bretaña por el Tratado de Utrecht, que ponía fin a la Guerra de Sucesión. ¿Por qué los llanitos pueden autedeterminarse y los de Hong Kong no? Porque China puede impedirlo y España no. Si España pudiera, ¿qué haría? Yo respetaría el derecho de autodeterminación pero creo que mis compatriotas no.

Así que, como se ve, el derecho de autodeterminación tiene una pinta muy distinta según quien lo exija y a quién se le exija. Por esa razón Kosovo no tiene nada que ver con el País Vasco y, al mismo tiempo, tiene todo que ver.