divendres, 25 d’octubre del 2013

El wertedero de la educación y la cultura.


La huelga fue prácticamente general en la enseñanza pública en todos los niveles y de más de un 30 por ciento en la enseñanza concertada. Por supuesto, el aparato de propaganda del gobierno y sus innumerables voceros dirán que fue un día normal.

Cientos de miles de ciudadanos se manifestaron en toda España contra el proyecto de la LOMCE  aprobado con los solos votos del PP y contra la política educativa del ministerio; en muchos casos a pesar de la lluvia y en otros a pesar de la brutalidad policial, habitual ya en este gobierno. Todas las edades, todos los estamentos y condiciones -excepto los curas, por supuesto, los únicos a quienes beneficia el proyecto y la dicha política educativa-, todo el país salió a la calle a protestar contra estas imposiciones retrógradas e ideológicas.

Si en una democracia normal un proyecto de ley tropieza con un rechazo universal, en especial de los sectores a los que afecta directamente, el proyecto se retira y el ministro responsable se va a su casa entre la rechifla general. Pero España no es "una democracia normal", ni sus ministros tienen el decoro o la dignidad de dimitir y menos este, al que la gente ha calado desde el primer momento, razón por la cual lleva dos años valorándolo como el peor ministro del gobierno y, probablemente, de toda la democracia.

Esa opinión pública cerradamente negativa, hostil, se extiende también al ámbito cultural y artístico más amplio, de forma que no hay inauguración, gala, estreno o aparición pública del interesado que no suscite airadas reacciones en contra, abucheos, silbidos. Palinuro no se inventa nada. Es ya habitual ver cómo llega luciendo de ministro en su coche oficial, pero luego se transmuta en furtivo y entra en los locales por la puerta de servicio, para evitar la inquina popular.

Él mismo condescendía a explicarlo hace unas fechas: le reconcome ser el peor valorado del gobierno pero, dice, solo porque eso demuestra que la gente no entiende sus proyectos. Es decir, el 80 por ciento de ciudadanos que lo suspende carece de inteligencia. Su engreimiento no le permite entender la situación ni ver a un palmo de sus narices. Y, sin embargo, no es tan difícil. Así, a vuelapluma, pueden fijarse las causas siguientes de tan contumaz como notable desprecio popular hacia el ministro:
  • reintroduce la religión en la escuela como asignatura evaluable y entrega la enseñanza a la iglesia católica, cuya permanente injerencia parasitaria en los asuntos civiles y políticos es la plaga de España y la causa principal de su retraso;
  • subvenciona los centros que discriminan por razón de sexo, amparándose en un par de sofismas y el rodillo de la mayoría absoluta de su partido;
  • recorta y reduce todo tipo de becas y ayudas y endurece los requisitos para conseguirlas atacando la función compensatoria que debe tener el Estado en la garantía de la igualdad de oportunidades;
  • suprime la enseñanza de la educación cívica laica, argumentando que es ideológica en un caso claro de proyección por cuanto ideología es lo que él impone en la enseñanza; ideología retrógrada, elitista;
  • menoscaba, reduce, recorta o suprime la financiación de la enseñanza superior pública y favorece de mil maneras la privada, siempre en ese mismo sentido;
  • encarece el acceso a la enseñanza y pone la universitaria fuera del alcance de los trabajadores;
  • desinvierte -él y su gobierno- en investigación y desarrollo, sin tocar las cuantiosas transferencias a la iglesia, con una concepción tridentina del avance del conocimiento;
  • se recortan las subvenciones a los museos pero se declara que las corridas de toros (y, supongo, otros espectáculos taurinos aun más crueles y sangrientos) son de interés cultural o patrimonio espiritual o cualquier otra sandez de este tipo que se podía presentar a la UNESCO, a ver cuál sea su opinión;
  • se cierran bibliotecas y centros culturales de todo tipo, pero se subvencionan las corridas de toros; y no es un ejemplo, como se dice del romano pan y circo  pues en Roma, al menos desde César, el grano se repartía gratis entre la población y aquí cada vez es más caro. Es decir, hay "circo", pero no hay "pan". Los pobres han de ir a buscarlo a la basura y, si los pillan, los multan. Una actitud muy de la derecha para la cual la pobreza es producto de la gandulería o el delito y hay que castigarla;
  • es el espíritu que anima la política educativa y cultural de este gobierno. Pura ideología conservadora, rancia, anterior al positivismo del siglo XIX con una pátina de modernidad neoliberal. Su objetivo es retornar a una sociedad desigual, clasista, de privilegiados y desposeídos, patriarcal, seudomoralizante, autoritaria.
¿Qué tiene de extraño que lleve dos años siendo el ministro peor valorado de un gobierno en el que tiene una furibunda competencia para hacerse con el galardón? Lo extraño es que no lo esté aun más pues, a su carácter retrógrado, ese espiritu añade su absoluta inutilidad. ¡Tanto caudal para nada! La ley nace muerta. Va contra los tiempos.

(La primera imagen es una captura del vídeo de La Tuerka, subido a You Tube. La segunda es un tweet de Josep Maria Grau.)