dijous, 1 d’octubre del 2015

No perder el mundo de vista.


Si la CUP no quiere investir a Mas en primera vuelta (en donde es precisa la mayoría absoluta), está en su derecho. Si los argumentos esgrimidos hasta el momento no le hacen cambiar de opinión, también lo está. Empeñarse en que los demás cedan cuando creen que no deben hacerlo tampoco es de recibo.

A su vez, si los dirigentes de la CUP hacen propuestas alternativas y constructivas, como esta de Anna Gabriel, merece la pena escucharlas. Una presidencia colectiva, un poco al estilo suizo, tendría, desde luego, su interés y, en circunstancias normales, sería una opción interesante, democrática, aunque siempre algo más trabajosa. Pero no estamos en circunstancias normales. Estamos bajo fuego del enemigo que, si puede, mete a Mas en la cárcel, no porque haya cometido unos u otros delitos de derecho común sino por haber dado voz a su pueblo, por haber plantado las urnas contra todo tipo de amenazas, coacciones, chantajes e insultos del unionismo español. Así que, por este motivo, el argumento de que Mas, el hombre al que el Estado ataca, debe ser el presidente, adquiere nueva fuerza.

Y Mas será presidente, si él y los suyos quieren, cosa que sabemos todos. La lista de JxS y quienes la apoyan harán bien en hablar con todo el mundo, ser flexibles, aceptar sugerencias y buscar acuerdos pero, en último término, si insisten en tener a Mas de presidente, también están en su derecho y en un buen derecho pues son la lista más votada y sus 62 escaños sextuplican los de la CUP.

Así que, salvo seísmo de algún tipo, Mas será presidente. Si no en primera vuelta con los votos de la CUP, sí en vueltas posteriores, en las que bastará con mayoría simple. Cierto que serlo en primera vuelta tiene un valor simbólico grande. Pero no se puede pasar sin más por encima de los reparos y objeciones de la CUP, que no son caprichosos. Palinuro defendía el voto a Mas en primera vuelta, pero no es justo forzar un trágala inasumible para la CUP (sobre todo cuando esta hace esfuerzos por encontrar una solución aceptable) solo por presentarse con la guinda de la primera vuelta. Tan presidente será Mas por mayoría absoluta como por mayoría relativa. Esta puede darse por segura ya que, para frustrarla, es necesaria ya mucha mala uva y una coincidencia reiterada en el voto negativo de opciones radicalmente enfrentadas en todo lo demás, cosa que tiene difícil explicación ante el electorado. Sin olvidar que, de persistir el bloqueo, habría que llevar al país a otras elecciones a los dos meses. Realmente, la última amenaza.

De forma que da la impresión de que esta tremolina es una tempestad en un vaso de agua. Mas será presidente si la lista de JxS lo decide. Y lo decisivo vendrá después. No hay que perder el mundo de vista.