diumenge, 6 de desembre del 2015

Los tripartitos y la menina.

En una comparecencia en la Sexta, Rajoy afirma que el tripartito que propone Sánchez (PSOE, Podemos, C's) no conviene a España. Al margen de que sea cierto o no que el socialista haya propuesto tan claramente este tripartito y que sea o no bueno para el país, a quien no le conviene es a él, que se quedaría sin empleo. Y sin empleo muy bien remunerado por diversas vías. Los sueldos, los sobresueldos, los enchufes, el pago de los cuidados de su padre dependiente con cargo al erario, cosas en fin, de las que la gente no le pregunta en sus apariciones televisivas y que son la verdadera razón de su aferrarse al poder: la pastuqui para él y los suyos. Precisamente hay en marcha una campaña en change.org para exigir que Rajoy haga público su expediente secreto como registrador de la propiedad para que los ciudadanos podamos saber cuánto ha venido cobrando el presidente de los sobresueldos en los últimos años y por qué conceptos.

Por supuesto, nada de esto sería necesario si el tal tripartito se formara porque entonces serían los organismos legales correspondientes y los jueces los que dejarían en claro de una vez por todas lo que Rajoy lleva cuatro años ocultando: cuánto ha cobrado en los últimos veinte años, cuánto en concepto de sobresueldos pagados por Bárcenas, si es cierto o no que este le dio 25.000 euros en mano en sobre, como declara; si es cierto o no que la Gürtel le ha pagado trajes y viajes con su familia; si es cierto o no que ha estado haciendo mangas capirotes con su puesto de registrador de la propiedad y los emolumentos que ha recibido.

Efectivamente, está claro que ese hipotético tripartito no le interesa nada a él ni a sus seguidores y clientes en su partido, que también se quedarían en la calle, sin poder capturar rentas del Estado, cobrar comisiones, esquilmar el patrimonio público, enchufar a parientes y amigos. Por supuesto, ¿cómo va a parecerles bien ese tripartito? En su partido, esa organización de pintas para repartirse los dineros públicos, no les parece bien más que un posible gobierno de coalición PP - C's que deje las cosas como están para que ellos puedan seguir parasitando el Estado.

Con todo, no es el único tripartito  posible. Iglesias alerta de que hay en marcha una "operación menina", para investir a Santamaría como presidenta en lugar de Rajoy. Al margen de si el nombre está bien elegido y si, en vez de ser la "operación menina" debiera llamarse "operación Mari Bárbola" (esto es, la enana que también figura en primer plano en el célebre cuadro de Velázquez) el hecho es que la desaparición de este incompetente, manchado por la corrupción e incapaz de resolver la cuestión catalana seria un paso en la buena dirección. Que su substitución por la ratita hacendosa de la vicepresidencia, a la que tambièn se acusa de haber cobrado sobresueldos por valor de 600.000 euros sea un acierto es más problemático. No obstante, apunta en la dirección de otro posible tripartito: PP - PSOE - C's.

Efectivamente, el PSOE tiene la famosa centralidad por la que suspira Podemos y podría entrar en ambas combinaciones de gobiernos. Este segundo tripartito es más áspero para las tragaderas de los sufridos militantes del PSOE porque sería una especie de gran coalición tiznada, además, con la demagogia y el oportunismo de Ciudadanos. Pero no es una hipótesis muy disparatada cuando se mete a Cataluña en el cuadro. Una hipotética DUI catalana o algo similar, podría ser justificación suficiente para que, pretextando una situación de emergencia, excepcional, una peligrosa sedición de una parte del territorio, el nacionalismo español cerrara filas en torno a la Una, Grande, Libre como un solo hombre. Pues bien claro ha dejado Sánchez en diversas ocasiones que, antes que obrero y socialista, su partido es español, que de referéndum de autodeterminación en Cataluña naranjas de la China y que, en lo tocante al artículo 2 de la Constitución es uña y carne con el PP. Y en muchas otras cosas, pero la territorial es ahora la importante.

Así que perpetuación del Sobresueldos u operación Menina o Mari Bárbola, lo que nos espera es un tripartito, pero no el que no gusta a Rajoy sino el que no gusta a cualquier demócrata.