divendres, 1 d’abril del 2016

La herencia de la banda de granujas

Durante todo su mandato, el presidente de los sobresueldos estuvo quejándose de la herencia recibida de Rodríguez Zapatero. Luego, en la campaña electoral advirtió muy serio y repetidas veces que votar por el PSOE o por Podemos o por cualquiera que no fuera él y la partida de presuntos malhechores que encabeza sería "poner en peligro lo conseguido", dando por supuesto que se había conseguido algo.

Y, en efecto, algo se ha conseguido. 

Esto:

Un déficit del 5% que obligará al siguiente gobierno a un recorte de 24.000 millones de €.

Una deuda pública del 100% del PIB que los españoles tardarán más de veinte años en pagar.

Un fondo de reserva de la seguridad social vacío, esquilmado en 40.000 millones de €.

Un paro de más del 25%, como cuando este pájaro entró a destrozarlo todo apoyado en los once millones de votos más estúpidos de la historia del mundo.

Más de dos millones de emigrantes que han tenido que marcharse del país en busca de trabajo.

Entre otras muestras de su absoluta incompetencia y su infinita capacidad para el robo y el trinque. Ya que este resultado alucinante no es solo producto de la inepcia y la estupidez. Su política ha sido de rapiña y saqueo de todos los caudales públicos en todos los niveles de gobierno, municipal, provincial, autonómico y central aplicada por un partido que es más partida de presuntos ladrones que otra cosa. Una banda de auténticos sinvergüenzas que han estado llevándoselo crudo en estafas, desfalcos, malversaciones, contrataciones indebidas, financiaciones ilegales, tarjetas black, comisiones tramposas, subvenciones a los amigos, enchufes y mamandurrias de todas clases. Unos tipos que han arruinado el país con sus latrocinios sistemáticos. 

Y esta gentuza tiene el morro de presentarse de nuevo a las elecciones porque todavía habrá imbéciles que los voten para que sigan robando.

Las dos preguntas inmediatas son: 

1ª) ¿qué estaban haciendo los medios en estos años? La vista gorda más descarada y los ditirambos más vergonzosos porque en su inmensa mayoría estaban comprados por la partida de facinerosos con dineros públicos .

2ª) ¿y la oposición? Aun menos. Y, encima, no era necesario comprarla dada su evidente inutilidad. Le bastaba con cobrar su sueldo y pillar alguna tarjeta black de vez en cuando.