Es mostren els missatges amb l'etiqueta de comentaris Corrupción.. Mostrar tots els missatges
Es mostren els missatges amb l'etiqueta de comentaris Corrupción.. Mostrar tots els missatges

dimarts, 11 d’octubre del 2016

La Real Academia de San Caco

Palinuro se quedó corto ayer en su post sobre la era Gürtel. El panorama de trincones y corruptos de toda laya tenía detrás una estructura, una meditada organización, que establecía el modus operandi por el que los cargos municipales, a falta de Gürteles y Púnicas, siempre fastuosas, pillaban el dinero por vías trapaceras para atender a la financiación de sus campañas electorales burlando la vigilancia (por lo demás laxa) del Tribunal de Cuentas. Quien dice de las campañas electorales, dice de una capea o un jolgorio en cualquier lugar de alterne de la carretera. Las cosas están así. De momento. Mañana puede salir una estafa piramidal tipo Ponzi de algún alcalde o consejero o presidente de diputación. Lo dicho, la era Gürtel que prosperó justo cuando la mayoría tuvo que apretarse el cinturón. Cosas de la vida.

El PP no es un partido convencional. Es más bien una asociación de intereses. Para algunos jueces, una presunta asociación para delinquir. Los mismos, seguramente, que lo han sentado en el banquillo imputándole complicidad en los supuestos delitos a título lucrativo. Un partido imputado en varios procesos penales. El partido del gobierno. Y no pasa nada. Claro, ni puede pasar, porque ni el partido es partido ni el gobierno es gobierno. Son otra cosa. Acostumbramos a pensar que la delincuencia organizada es cosa de ajustes sangrientos de cuentas, de esbirros que descuartizan a una familia para dar ejemplo o de trata de blancas. Eso es lo truculento. Pero la delincuencia pacífica, económica, simulando acatar la ley, si está organizada, no es menos delincuencia organizada. Y sus miembros, delincuentes. Así que no me parece un disparate pedir la ilegalizacion del PP. Es una idea que tiene apoyo creciente.

Supongo que el gran obstáculo es qué hacer con Rajoy. Es absolutamente imposible admitir la hipótesis de que quien ha controlado este partido hace más de veinte años habiendo sido todo, secretario general, no sé si tesorero y, desde luego presidente, no supiera nada de nada, nada de lo que hacían sus ministros, sus allegados, sus directores generales, diputados, presidentes de comunidades autónomas, consejeros, alcaldes y concejales. Que no vio nada ni escuchó nada ni se percató de nada. Y eso que la Púnica tenía una nómina de regalos de lujo para todo tipo de cargos, televisores de plasma, relojes, bolsos, bolígrafos, vamos un bazar. Y los de las black iban dándose pote por los locales de lujo. Y las cacerías y las fiestas y las bodas, convertidas en espectáculos. Allí nadie hablaba de nada, de subvenciones, de negocios, de pelotazos, nada. Y, si alguien tuviera alguna duda, bastaría con preguntar directamente a Rajoy a cuánto ascendieron los sobresueldos de Bárcenas.

No obstante la pétrea actitud del presidente de la era Gürtel, eso que los medios llaman su "dontancredismo", merecería algún premio. Tiene su mérito aferrarse a un cargo del que debería haber dimitido desde el primer momento de acuerdo con todas las reglas de la política democrática en un Estado de derecho en el que el poder no está por encima de la ley. Así pues, pruébese una solución intermedia. Dado que, siempre que puede, Rajoy afirma haber luchado contra la corrupción como San Jorge con el dragón y ser el adalid de la transparencia y la rendición de cuentas, lo más sensato es que se separe del cuerpo infecto de su partido, que renuncie a seguir sienso su presidente y lo entregue a los jueces.

Y ¿qué pasa con él? Puede imitar a Napoleón III y constituirse a sí mismo en objeto de un plebiscito: Rajoy sí o Rajoy no. Napoleón llego así a emperador, tras haber pasado por el purgatorio de una presidencia de la República. Marx lo tenía en realidad por un rey del hampa, el líder del lumpenproletariado. Me parece que, como a todos los decimonónicos, a Marx le fascinaba Napoleón I y, por eso, a su lado, su sobrino le parecía un estafador. Lo mismo le pasaba a Victor Hugo, que lo llamaba "Napoleón el Pequeño". Y si lo hizo Napoleón el Pequeño, ¿por qué no lo haría Mariano Rajoy, presidente de una gran nación?

A propósito, los azorados cálculos de la investidura asumen que el Rey tenga que recibir a todos los líderes el mismo día. ¿Y? En realidad, puede recibirlos a todos juntos, lo que tampoco servirá para nada, pero es más relajado. Claro que no se pueden contar chistes. Está bien que aparezca el Rey. Da confianza en las instituciones y el personal se entera de que está ahí, como el hombre de Zubiri y Heidegger; está o es ahí que, para el caso, es lo mismo pues no parece enterarse de mucho. Aunque, según los expertos, eso es una ventaja al tratarse de un Borbón. 

dilluns, 10 d’octubre del 2016

La era "Gürtel"

Hace unos días El país consideraba el caso Gürtel el pasado del PP. Las ganas. Si es pasado, será el del eterno retorno y los acusados que se sientan en el banquillo con caretos de velorio serán revenants. Pero no es pasado ni mucho menos ,sino presente de escándalo, bochorno colectivo y amenaza. En sala de torpedos, Correa y Bárcenas (aunque este parece más dado a hablar que a hacer) se aprestan a ponerlo todo otra vez patas arriba con revelaciones que cualquiera imagina. Nadie cree que acepten comerse el marrón ellos solos.

El caso Gürtel simboliza una era, una época de la historia de España, viene de muy atrás, sin duda, pero es de rabiosa actualidad. Un tiempo en el que todo cuanto se ha hecho y dicho ha estado directa o indirectamente relacionado con esa trama presuntamente delictiva que enfangó la política española, desde el gobierno hasta las CCAA, pasando por las más altas magistraturas del Estado. Una era de latrocinio y expolio generalizados. Aquí el que, dedicándose a la cosa pública, no robaba directa o indirectamente era un infeliz pardillo.

Gürtel caracteriza un estilo, una forma de hacer y administrar, una consagración de la doblez convertida en norma: de un lado, la España oficial, la de los desfiles, la mayoría parlamentaria absoluta, los campeonatos de fútbol, los ajustes, duros pero necesarios, para salir de la crisis, pues "navegamos en el mismo barco", la Marca España, las candidaturas olímpicas y el AVE. De otro, la España real, el reinado del hampa. Y un año tras otro.

Todo empezó el 11 de febrero de 2009, cuando se destapó la Gürtel primitiva. Rajoy, entonces en la oposición, reunió la plana mayor del PP en Génova para acusar a la fiscalía de parcialidad y de que lejos de tratarse de una trama del PP, era una trama contra el PP. Pero, no: era una trama del PP y entre los asistentes a aquella rueda de prensa había varios directamente implicados en la Gürtel, como Ana Mato y Francisco Camps, con cara de no haber roto un plato. Y otros tantos relacionados en los papeles de Bárcenas como receptores de sobresueldos de procedencia barcéniga, entre ellos el propio Rajoy, Javier Arenas y la actual vicepresidenta, Sáenz de Santamaría.

Era una trama del PP con Rajoy de presidente y siguió siéndolo cuando pasó a presidente del gobierno. Una trama que estuvo actuando como tal todos estos años. Los episodios, algunos verdaderamente literarios, están en la memoria colectiva. Solo Bárcenas da para un sainete que podría llamarse "esa persona de la que usted me habla", un título entre Oscar Wilde y Jardiel Poncela. Bárcenas, despedido en diferido en la pintoresca oratoria de Cospedal, no era miembro del partido, pero tenía despacho en la sede y coche y chófer. El mismo flamante ex-tesorero que  fue destinatario de un SMS del presidente del gobierno en puro estilo mafioso y, con eso, objeto de una comparecencia parlamentaria de este en la que admitió que en el PP se pagaban sobresueldos, como en cualquier empresa. Es su idea de la política: una empresa y privilegiada porque no se arriesgan los dineros propios sino los del contribuyente.

Desde el comienzo, el PP montó su defensa judicial recurriendo a todas las artes y mañas, las legales y las ilegales. Se constituyó en parte en el proceso contra Bárcenas para acceder a la información y actuar en defensa del interesado. Hasta que el juez lo expulsó por su clara actitud obstrucionista. El juez tuvo que entrar en la sede a practicar un registro porque el PP se negaba a acceder a los requerimientos. Después destruyó todas las pruebas a fondo: se deshizo del libro de visitas y convirtió en pulpa a martillazos los discos duros de los ordenadores de Bárcenas.

A eso llamaba el PP "colaborar con la justicia".

La trama gürtel tenía una hijuela valenciana que había convertido la Comunidad Autónoma en una especie de corral de cuatreros y forajidos en el que docenas de administradores públicos de todos los niveles, autonómico y municipal se habían dedicado a saquear el erario con  procedimientos inverosímiles y voraces prácticas corruptas. Los fondos de esto y aquello, las subvenciones, los dineros presupuestarios, las ayudas a las ONGs y el Tercer Mundo, todo pasaba por la trituradora de la trama y desaparecía en los bolsillos de una  recua de truhanes. Lo de que hicieran negocio con la visita del Papa es de particular escándalo para los católicos, pero que el Ayuntamiento en pleno de Valencia, con su ex-alcaldesa, esté acusado de blanqueo de dinero para la financiación ilegal del partido supera lo imaginable. Valencia es el epítome del robo a manos llenas: aeropuertos sin aviones, museos sin actividad y los chavales en barracones porque no hay dinero para construir escuelas.

La era Gürtel, sí señor. La moda de enriquecerse defraudando a la Hacienda pública es su rasgo. Nadie resultaba ser inmune a ella. Hasta la Casa Real aparecía pringada con los negocios del yerno del Rey y las peripecias de este último, a medio camino entre la caza mayor y la menor así como la administración de un cuantioso patrimonio cifrado por Forbes en unos 2.000 millones de dólares que nadie sabe de dónde han salido y de los que nadie da cuenta.

Esa moda caló hondo y, en poco tiempo, la Gürtel tenía competidores en todas partes. Los administradores de Cajamadrid y luego Bankia, al parecer, se llevaban el dinero a puñados, gracias a aquellas tarjetas black, más negras que sus almas. Esos están también dando tema a las informaciones de tribunales. En Madrid, que para eso es Corte, no solo operaba la Gürtel nacional, sino también una específica autonómica, llamada la Púnica, con episodios más pintorescos que la otra: espías de trapillo para denunciarse unos a otros, contratación de empresas más que dudosas para manipular las redes con dinero público en beneficio de los mangantes del gobierno o de tragacirios como la consejera de educación de Madrid, Lucía Figar, que regalaba el terreno de todos a los curas para sus negocios escolares. No sé cuántos consejeros y prebostes de la Comunidad pringados hasta las cejas en una mezcla de apropiaciones indebidas, mordidas, fraudes, malversaciones y un ataque furibundo a los bienes del común, a base de expoliarlos y descapitalizarlos. La educación, la sanidad públicas al servicio de las privadas como forma de negocio al que no eran ajenos los cargos públicos. Y la señora Aguirre, experta "cazatalentos", no se había enterado de nada. Basta con escucharla para darse cuenta de que esta señora vive en Babia, aunque se cree listísima.

Estamos en mitad de la era Gürtel. De pasado, nada. Un presente descorazonador. Ahora, además de la vocinglería de los políticos están las deposiciones ante los tribunales, las pruebas, los testimonios, las declaraciones de unos y otros, los careos. La fea verdad de la España real se abre paso tercamente, a pesar de los esfuerzos de los medios por ocultarla, hablando de los conflictos del PSOE y hasta de los de Podemos que casi parece que se los inventen. Porque también ellos están untados hasta las pestañas con dineros públicos malversados en formas de subvenciones y publicidad estatal administradas no ya con favoritismo, sino con criterios de auténticos granujas, por los que se financian los medios más serviles, no los mejores y/o los más difundidos. 

Hay dos asuntos de los que la derecha no quiere que se hable: Cataluña y la corrupción sistémica, estructural, simbolizada en la Gürtel y personificada en Rajoy. Justo los dos asuntos que constituyen la realidad en los que hay hechos y no mera palabrería, los asuntos que dominan el presente aunque se quiera ignorarlos. Por más que la televisión organice tertulias con esbirros a sueldo dispuestos a defender lo indefendible, la justicia sigue su curso y ante ella habrás de responder de un modo u otro, Será un espectáculo cuando algún juez reclame la presencia del presidente del gobierno porque así lo hayan pedido los acusados y porque, como todo el mundo sabe, es el responsable principal de este desaguisado, el que se ha beneficiado de él de todas las formas posibles.

La era Gürtel es también en parte responsable del desbarajuste del PSOE, por una vía inmediata y otra mediata. La inmediata son los EREs. El PSOE andaluz está tan enfangado en la corrupción como el PP. La mediata, la convicción a que han llegado los caciques y viejas glorias socialistas de que el conflicto catalán está yendo demasiado lejos y se impone formar un frente de salvación nacional con el PP. De modo que este desbarajuste acabará dando el gobierno al PP si la militancia no lo impide por medio de una revuelta interna que tendrá mayor legitimidad que la que escenificaron los conjurados del CF hace un par de semanas.

La Gürtel es este gobierno y cuando los señores de la Gestora, que tienen de socialistas lo que Palinuro de cura, proponen abstenerse en la investidura lo que están diciendo es que prefieren un gobierno de la Gürtel a uno alternativo o a unas terceras elecciones.

Y eso no es de recibo.

dimecres, 5 d’octubre del 2016

Pasado presente

Los caprichos del destino y las consecuencias, siempre imprevisibles de las acciones humanas, han montado dos espectáculos que resumen los rasgos más característicos de nuestro predicamento colectivo. Y son espectáculos, de acuerdo con la ya antigua y acertada caracterización de Guy Debord de la sociedad del espectáculo. Acertada por encima de otras muchas como sociedad del ocio, del riesgo, industrial, de la información, etc. El espectáculo lo resume todo y en un tiempo de reinado absoluto de lo audiovisual está en todas partes. Pasamos más tiempo viendo imágenes de Rato o de Bárcenas que mirando los vídeos de las vacaciones. La realidad y el espectáculo se confunden; son lo mismo.

Dos matices que explican ese híbrido entre el espectáculo y la realidad. Primero, los espectáculos convencionales tienen un programa. Se sabe cómo empiezan y cómo acaban. No es el caso con los espactáculos reales. A saber cómo acabará el proceso Gürtel, el de las tarjetas black y la implosión del PSOE, que son los tres espectáculos que coinciden en cartel. Segundo, en los espectáculos convencionales todo lo que pasa pasa ante los ojos del espectador, es público. En los espectáculos reales, no todo lo que pasa pasa a la vista, parte es secreta, está oculta. Y la tarea del espectáculo es sacarla a la luz.

Del caso Gürtel dice El País que es el pasado del PP. Eso no es un hecho sino un deseo del periódico. Quiere ver el latrocinio de la Gürtel como cosa del pasado, de ese pasado al que el ministro del Interior aconseja no mirar pues debemos hacerlo hacia el futuro porque lo dice él. Sin embargo, el señor Rato no es cosa del pasado. Su gestión en Bankia y ese bochornoso negociado de las trajetas black son un pasado muy reciente. Tanto que son presente. El señor Rato fue vicepresidente del gobierno. Eso es pasado. Pero el señor Rato está aquí, ahora. No es una reliquia de otro tiempo, como el brazo incorrupto. Su voz se oye todos los días diciendo, por ejemplo, que las black eran parte de su salario. Pues podían haber elegido otro color para calificarlas u otra condición, por ejemplo, tarjetas blind, ciegas. Que ninguna de tus dos manos sepa lo que hace tu tarjeta.

Pero, sobre todo, ese increíble entramado presuntamente delictivo, verdadera empresa del crimen con una cara civil/estafa y otra pública/corrupta es presente, abrumador presente porque esta siendo juzgado. Y una de las misiones de los tribunales es reconstruir los hechos fidedignamente, representarlos, hacerlos presentes. El señor Bárcenas no fue amigo del señor Rajoy en una encarnación anterior, sino aquí y ahora y no hay razón alguna para pensar que haya dejado de serlo.

No es el pasado. Es el presente. El país puede verse gobernado por gentes que pasan más tiempo en trámites procesales que en los sillones de sus cargos, por un presidente cuyo nombre estará saliendo de continuo a lo largo de las vistas y eso si unos u otros no piden su comparecencia por diversos motivos.

A este personal quieren los caciques socialistas que el PSOE entregue el gobierno. Para ello han dado un golpe de mano de comedia de enredo y han descabezado el partido sin calibrar las consecuencias de su asalto. Quieren la abstención para evitar terceras elecciones y, sobre todo, para impedir un gobierno de alianza PSOE-Podemos y quién sabe si también indepes catalanes. Había que destruir el NO es NO y hacerlo rápidamente porque estaba generando mucha simpatía y apoyo populares en la propia izquierda. Por eso, golpe de mano fulminante, destitución del secretario general, nombrado en primarias, desprecio por el sentir de la militancia y constitución de una gestora que, en realidad, actúa como una Junta. Y se han cargado el partido.

Su situación ahora no solo es indigna por el procedimiento empleado sino también ridícula por los resultados obtenidos, que son ninguno. Han dado un golpe de mano y han destituido al líder para ofrecer la abstención del PSOE y han puesto al PP en una situación de fortaleza porque ahora no necesita la abstención. Presume mucho más productivo ir a terceras elecciones -justo esas que el presidente de la gestojunta quiere evitar a toda costa- que considera ganadas dado que el PSOE no tiene candidato.

Realmente, es para felicitar a los conjurados porque debe de ser difícil desbarrar de tal modo.

Lo único que pueden hacer los caciques del PSOE si quieren forzar al PP a aceptar su abstención (antes era concedérsela, ahora es conseguir que la acepte) es anunciar que, si hay terceras elecciones, su candidato por consenso será Pedro Sánchez. Es duro de admitir para quienes acaban de defenestrarlo. Equivale a ponerse en ridículo una vez más, pero a esto ya debieran estar acostumbrados.

Queda pendiente la cuestión de la guerra particular entre las dos fuerzas de la izquierda, PSOE y Podemos. El enfrentamiento por la famosa hegemonía. Es cuestión abierta que dará para mucho debate en los próximos años: el declive de la socialdemocracia, el auge de los populismos, la transversalidad, los casos particulares que cada cual aducirá en su favor en distintos países, la tradición de las izquierdas españolas, etc. Será a su vez otro espectáculo aunque seguramente no llegue al que han ofrecido los socialistas el pasado fin de semana. Pero sea como sea, ninguna de las dos partes debiera olvidar que en realidad rivalizan en prestar servicio a la ciudadanía, a la comunidad.

Reitero mi opinión: en esa deriva del PSOE hacia el PP lo que está buscándose es la formación de una especie de frente nacional español. Lo prueba asimismo la prontitud con que el señor Rivera se ha ofrecido de intermediario entre el PP y el PSOE. Recomienda, además, al PP que no haga sangre con el PSOE y a este que se deje de monsergas y facilite el gobierno de Rajoy. En la formación de ese frente nacional español en contra del independentismo catalán se cifra hoy la salud de la República..., perdón, de la Monarquía.

dijous, 22 de setembre del 2016

El camarada Fernández y la Hermana Lucía

No se negará que esto toma visos estremecedores en todos los sentidos, especialmente el esperpéntico. Es increíble cuánto se parece este país a sí mismo, a su peor "sí mismo". Es como el ensimismamiento de Ortega, pero al revés. Lo suyo del país es retroceder.

Ahí tenemos al increíble ministro del Interior y de los Santos Lugares, supuestamente metido en conspiraciones, conjuras y necios esquemas con finalidad ilegal, inmoral, atroz de hecho: fabricar delitos para imputar luego a rivales políticos. Se ven en la foto de El confidencial. Y meten miedo. Son rostros casi patibularios, aunque no muy inteligentes. Son tres de los genios del tocomocho de un millón y medio de euros. Eso es lo que ha llevado a Gabilondo a estallar contra él con un "ademas de corrupto, inútil". Pues sí, qué le vamos a hacer. Es de risa. Pero ojo con la risa, que se puede helar. Dice el ministro que hay quien quiere ganar la guerra que perdió hace 40 años. ¿Qué? ¿Más explicaciones? La transición fue un pacto para no mirar al pasado sino al futuro. Pisando sobre los cuerpos de 100.000 asesinados enterrados en fosas comunes. Eso no lo dice el ministro. Pero está ahí. Sobre la injusticia no se puede construir futuro alguno. Los saben esos rostros que lo miran con esos gestos.

Si Fernández Díaz representa la iglesia triunfante, Lucía Figar representa la iglesia militante, la que lucha en este pícaro mundo contra las asechanzas del maligno. Magnífica foto la de la SER. Una Magdalena, pura espiritualidad, casi levitante. Su mandato como consejera de Educación ha sido desmantelar el sistema público de enseñanza y privilegiar el privado y el concertado. A extremos de auténtico mecenazgo celestial, esto es, regalando terreno público a órdenes religiosas dedicadas al negocio de la enseñanza. Lo que no era en beneficio y loor del Señor, era en los de ella misma. Especialmente concentrada, según parece en ensalzar su reputación en red, incluso con recurso a medios inmorales.  Que la fe no está reñida con la tecnología último grito. La Hermana Lucía era sobre todo hermana de sí misma y garante de su posición en el pícaro mundo. Para mejor combatirlo, claro.

Pura corte de los milagros. Escenificada por los de siempre y al servicio de los de siempre. Puro franquismo zarrapastroso. Ese es el gobierno que quieren quienes presionan al PSOE para que claudique. Es tal su ceguera por orgullo herido que no ven un futuro inmediato todavía más delirante: el de un presidente del gobierno teniendo que ir a declarar como testigo en el proceso de la Gürtel rama valenciana. No es broma. 

Cierren cuanto antes este ya largo episodio de la España negra. Pongan fin a esta absurda farsa de un partido encausado en cinco procedimientos judiciales, haciendo como que gobierna Y al mando, un presidente que, de no ser porque le falta elegancia, especialmente al caminar, podría pasar por la Máscara de la muerte roja.

dimarts, 13 de setembre del 2016

Que nada se mueva

Parece mentira, pero algo así puede suceder: Rajoy lo intenta de nuevo y, quién sabe, igual esta vez sale. Al menos es lo que él debe de estar calculando: el PNV puede vacilar (¿no ha dicho Pablo Iglesias que no es de fiar, como si él lo fuera?), o los indepes catalanes, o el PSOE o, ¿por qué no? Podemos. Cosas más raras se han visto.

Pero mientras alguna de estas inverosímiles circunstancias no se dé, por mucho que se presente el Sobresueldos, seguirá sin salir.

Sin embargo, eso no es, no puede ser, bastante. Mientras este hombre esté en funciones, el país seguirá desgobernado (incluso cada vez más desgobernado, a extremos ridículos, como con esa presidenta del Congreso que no es más que la subalterna de Rajoy), la corrupción continuará campando por sus respetos, el deterioro institucional seguirá imparable y la posibilidad de que vuelva a ser presidente del gobierno un sujeto de la catadura moral e intelectual de Rajoy, una probabilidad muy clara.

Es una vergüenza, un desastre sin paliativos que, siendo mayoría los diputados partidarios de un cambio de gobierno, este no se haya producido. Una vergüenza, un desastre, y da una imagen lamentable de la capacidad de los políticos responsables, especialmente de Iglesias, Rivera y Sánchez, por ese orden. Iglesias sigue vetando a Rivera y empujando al pacto al PSOE al tiempo que lo insulta y zahiere; Rivera es incapaz de librarse del PP y sigue a su incondicional servicio; Sánchez no consigue entenderse con los indepes catalanes por su obstinación en negarles sus derechos.

Entre tanto, el presidente de los sobresueldos cada vez más feliz en su tarea de seguir hundiendo el país en esta sima de ignominia y corrupción. El Parlamento, un cámara inservible para el PP desde el momento en que no tiene mayoría absoluta, no pinta nada bajo mandato de una presidenta que pide permiso al del gobierno hasta para suspirar. Esto permite que, con la ayuda de C's, Guindos escurra el bulto del pleno y haga una comparecencia de pacotilla para explicar el escandalazo mayúsculo de haber enchufado (según su inveterada costumbre) a un dimisionario por presumida corrupción para un puesto de sueldo estratosférico y actividad simbólica. Una prueba más de la corrupción general en que vive esta organización de presuntos delincuentes.

El gobierno en funciones, autodeclarado en rebeldía frente al Parlamento, con la valiosa ayuda de un Tribunal Constitucional obediente al mando como la presidenta del Congreso, continúa con sus nombramientos a dedo, no sometido a ningún tipo de control. Hace un par de días renovó a la ex-esposa del presunto corrupto Rato como presidenta de Paradores Nacionales con un sueldo de 14.000 euros al mes. Y no sucede nada.

¿Y qué me dicen del hecho de que la inenarrable Rita Barberá no solamente no haya sido desposeída de su inmerecida inmunidad y entregada a la justicia, sino que ha sido nombrada presidenta de dos comisiones del Senado? ¿Y el nombramiento de ese prodigio de educación y elegancia, Celia Villalobos, como presidenta del Pacto de Toledo?

Lo dicho: los responsables directos de esta indignidad y vergüenza generalizadas están claros: el sobresueldos y la organización de compadres que preside, dedicada al expolio patrio. Pero ¿y los indirectos? ¿Qué pasa con esos políticos que, pudiendo poner fin a este espectáculo denigrante, lo toleran?

¿Es que no ven que, además de robarnos, se ríen de nosotros?

¿O ellos también lo hacen?

dimarts, 6 de setembre del 2016

Un ejemplo de regeneración democrática

¿Qué? ¿Va quedando claro que esta cuadrilla de sinvergüenzas no tiene límite? Los medios, casi todos comprados por la banda con dineros públicos, siguen hablando de Rajoy como de un presidente democrático normal en un país normal cuando es palmario que se trata de un cacique provinciano que no solamente desprecia la democracia sino que ignora la política misma. Lo suyo es gobernar el país como el que rige su chiringuito: en su propio beneficio, el de sus parientes y amigos. Lo demás, formas, procedimientos, instituciones, usos, leyes, le trae sin cuidado. Lo suyo es nombrar a sus amigos en cargos suculentos con notable perjuicio para las arcas públicas y desprecio de la dignidad de un sufrido pueblo que ya debería haberse liberado de esta tropa de parásitos.

¿Que no es posible mantener a Soria de ministro porque lo han pillado mintiendo en cosas de dineros y paraísos fiscales? Se le compensa nombrándolo a dedo director ejecutivo del Banco Mundial, en violación de todos los procedimientos democráticos. ¿Que no se puede mantener a Ana Mato en un ministerio para el que es absolutamente incompetente (como para cualquier otra cosa por lo demás)? Se la incorpora a los órganos directivos del PP con un sueldazo y se la envía a Roma a cargo del erario a la canonización de aquel siniestro personaje que fue Teresa de Calcuta. ¿Que es imposible conservar en su puesto de ministro de Educación a un ultrarreaccionario meapilas como Wert que ha intentado destruir el sistema educativo español? Se le nombra embajador en la OCDE en régimen suntuario de pachá siempre con cargo al dinero de los contribuyentes.

¿Que no quieren ustedes aguantar más embusteros y ladrones? Docena y media, nombrados a dedo por la voluntad omnímoda del sobresueldos y con el aplauso de sus más fieles y caninos ayudantes. En este caso, el descarado enchufe del ex-ministro Soria en un retiro de lujo, a dedo del Sobresueldos ni siquiera ha podido vestirse con las habituales patrañas con que Cospedal es capaz de presentar las galopinadas más tremebundas de esta gremio de granujas. Si Bárcenas fue despedido "en diferido", este otro pájaro habrá sido contratado  "en adelantado". Y contratado acumulando embustes y mentiras sobre concursos, convocatorias y comisiones evaluadoras para ocultar que es un enchufe decidido personalmente por el Sobresueldo, con el aplauso de sus ministros, en contravención de todas las normas de transparencia.

Y no crean ustedes que se trata de un nombramiento honorífico de esos en que el nombrado pierde dinero y se "sacrifica por la patria". Ni hablar. Si los dioses no lo impiden, Soria cobrará unos 220.000 euros al año libres de impuestos, esto es, más de 18.000 € al mes, o sea, unas veintiocho veces el SMI. Y todo por nada. Como los salarios de Wert, Mato y la miriada de corruptos que pululan por el PP a la caza de chollos, enchufes, mamandurrias, etc. Si  será escandaloso el asunto que ya se han oído murmullos de peperos de cierto peso (Cifuentes, Feijóo, Aguirre, etc), pidiendo que se dé marcha atrás en esta última chulada del Sobresueldos, que regaló a modo de bofetada al tontaina de Rivera a los cinco minutos de perder la segunda votación de investidura. Justo cuando este, Girauta y otros denodados defensores del "Rajoy no, nunca" pasaron a ser los de "Rajoy sí, siempre" sin más, sin abochornarse a pesar de que sus "noes" previos están grabados en todos los vídeos imaginables. Quizá pensaron que este "sí" era la antesala de condigno "¿qué hay de lo mío, padrone?"

El sobresueldos es un franquista arquetípico: no habla de lo que no le interesa y hasta parece que no lo oye; hace lo que le da la gana; no acepta obligación ni responsabilidad alguna por sus actos ni respeta a sus adversarios o colaboradores. Su estilo fascistoide de aparente bonachón del lugar es ya insoportable hasta para los suyos. Estos son y serán solidarios durante un tiempo, pero ya no mucho. Ni ellos, con su espíritu de "a mí la legión" podrán colaborar con el logro final al que apunta Rajoy: que los demás partidos -amenazados, chantajeados, presionados- le permitan conservar el cargo de presidente del gobierno que no merece ni mereció jamás y, con él, el aforamiento que lo salve de la acción de la justicia.

A este portento de corrupción, arbitrariedad e ineptitud es al que querían -y, según parece, quieren- dejar seguir gobernando esos mindundis padrecitos de la minipatria invocando la estabilidad de su propio sillón.

dijous, 25 d’agost del 2016

Los indigentes emergentes

Iban a acabar con la vieja política y la que traen es aun más vieja. Iban a terminar con el bipartidismo y lo están haciendo bueno. Los dos partidos emergentes se han dado de bruces con el principio freudiano de la realidad. Traían el ello repleto de fantasías del principio del placer (autenticidad, nueva politica, lucha contra la corrupción, contra el profesionalismo político, contra las puertas giratorias, etc.) y la realidad les ha asignado dos rincones de irrelevancia para que se adapten a ella. Los dos partidos dinásticos, el neofranquista y borbónico y su leal oposición siguen siendo los ejes en torno a los cuales se ejecuta esta comedia de intriga. Y los emergentes aparecen unidos a ellos, como rémoras, con una mezcla de sentimientos de amor-odio también muy freudiana.

Ciudadanos ve con angustia cómo la férrea resistencia del partido del desgobierno le desarbola sus condiciones. La logomaquia que han montado con el término corrupción acabará siendo una especie de amnistía. A saber lo que esperaban los mozos firmando un "pacto anticorrupción" con el partido del gobierno, "investigado" por corrupción y bajo la atenta y (probablemente) socarrona mirada de todos los militantes procesados, pendientes de proceso o sospechosos. Que son un puñado. Las otras condiciones no muestran mejores visos. Ni la cuestión de la contratación laboral ni la de la reforma de la Justicia, ninguna de las condiciones que C's traía en la billetera (tamaño en que ha quedado su cartera) van a ir muy allá y los de Rivera ven de nuevo que es imposible la negociación con quien, en el fondo, no quiere negociar. Es dejarse los piños contra el muro. Nada que hacer con un presidente que se atiene a su chantaje: o sale él elegido o hay elecciones el 25D. Y para salir él no está dispuesto a hacer absolutamente nada: ni cede, ni negocia, ni llama a Sánchez, ni habla con los demás grupos, ni tiene programa, ni promete cambiar nada en el gobierno, ni, por supuesto, considera la posibilidad de retirarse de una vez como reclama el sentido común y este sí que es común. C's se ha estrellado con la realidad.

En lo único en lo que coinciden a partir un piñón PP y C's es en hacer la vida imposible a los catalanes. Si por ellos fuera, la autonomía se habría suspendido. Bueno, para Rajoy hubiera sido mejor no establecerla. Rivera estaba por entonces jugando a la consola; si no, también se hubiera opuesto. Habiendo llegado el desbarajuste hasta aquí con eso que llaman en el colmo de la proyección psicológica, la política nazi, se reconocen camaradas en un mismo potente proyecto de renacionalización española de Cataluña. Tan fuertes y seguros se sienten que, pensando ser Dios mismo, quieren confundir a los catalanes convirtiendo sus escuelas en torres de Babel. Trilingüismo se llama el truco, que ya fracasó en las Baleares de Bauzá. Razón de más para imponerlo porque así se destroza el sistema educativo catalán para que quede a altura del sanitario.

Contra la realidad se ha estrellado asimismo Podemos. Su relación con el PSOE es igualmente de amor-odio, aunque el primer sentimiento parece mucho más retórico que el segundo. Durante estas agitadas jornadas de agosto, llenas de ruido y escasa furia, el partido morado ha estado en silencio y ha dejado claro que la única alternativa es el PSOE, por ser el  de la oposición, aquel contra el que votó en diciembre junto al PP. Una actitud que rebosa fantasías del placer presentado como el Sorpasso anguitiano, cada vez más parecido a las tierras del Preste Juan de las Indias. Así que, aplazado el sorpasso, la lucha final ahora es por el lugar de los escaños, cuestión de gran originalidad y enjundia revolucionaria. Aunque el PSOE se inclina más del lado de la derecha en la cuestión catalana, Podemos no le va muy en zaga. Con esa ambigüedad constitutiva de sus discursos, trata de socavar el terreno de los independentistas afirmando ser el más partidario del derecho a decidir de los catalanes mediante un referéndum. Es más, dice que esa es la verdadera revolución. En la letra pequeña, no obstante, se precisa que el referéndum habrá de ser negociado con el Estado. En efecto, es absolutamente revolucionario. Se necesitará la revolución del Neolítico para que el Estado español negocie alguna vez un referéndum en Cataluña.

Esa misma ambigüedad -hoy no; mañana sí ma non troppo; al otro ya veremos; y al otro, según lo que diga Anguita y los sorpasiegos- ya se la han detectado en el PSOE, a quien todo el mundo urge a que haga lo que menos le conviene, pero más interesa a ese todo el mundo, y no parece estar teniendo éxito alguno. Los del PSOE no se fían. Y lo dicen. Eso molesta mucho porque es otro de los elementos en que Podemos muestra su fibra de vieja política. Nunca dice toda la verdad. Siempre hay una reserva que justifica la posición contraria.

De seguir las cosas así, los dos emergentes habrán de ir a las terceras elecciones en posiciones de salida poco prometedoras. Este vaticinio parte del supuesto de que, además, el otro factor que aún jugó en las elecciones anteriores, el carisma, se ha agotado. Es como las pilas. Nadie sabe qué hace falta para mantener un liderazgo carismático. Pero dos elementos parecen imprescindibles. De un lado el líder carismático debe contar con una estructura partidista sólida, con apego y apoyo territorial, de gente movida por una idea común. No aspirantes a cargos venidos en el último momento en aluvión ni enjambres de fanáticos en las redes. De no ser así, el carisma dependerá exclusivamente del atractivo personal del líder.

De otro lado se requiere, en efecto, una fuerte personalidad porque, en definitiva, el carisma es un don individual. Ahora se le llama "liderazgo", para rebajar algo el eco caudillista, como si la cosa fuera de léxico. El carisma es magnetismo y este actúa sobre los seguidores a base de ofrecerles una visión de futuro clara, factible, que los movilice. Tiene que haber un discurso, una teoría discernible que los haga sentirse en un orden más limpio y noble que la mísera matraca de la vida cotidiana. Y ha de presentarse de modo claro y comprensible. Lo cual no quiere decir que sea a base de simplezas como las que estos líderes sueltan continuamente por la televisión. La idea de que el mensaje ha de hacerse llegar mediante los medios olvida que primero es preciso tener mensaje. Y esta es la hora en que nadie sabe con seguridad qué idea de conjunto del país tiene Rivera y mucho menos Iglesias. No tienen ninguna. Van fabricándola según se suceden los acontecimientos. Y es imposible averiguar a dónde quiere llevar a la gente un líder carismático que no sabe a dónde va él mismo.

El PSOE se mantiene por ahora en el NO es No y eso es lo más importante que está pasando. Ante la ira apenas ya disimulada de las gentes del PP y la perplejidad de los dos emergentes que se ven de pronto frente a la disyuntiva de ser comparsas o ser decorado.

diumenge, 21 d’agost del 2016

NO es NO a la corrupción, el chantaje y el franquismo

Llama la atención el hecho de que ninguno de los estafermos de la vieja guardia del PSOE o sus jóvenes aliados, deseosos de hacer carrera al arrimo del orden, hable de la corrupción. En sus razonamientos a favor de que el PSOE se abstenga y posibilite un gobierno del Sobresueldos, la corrupción, que es el segundo problema en orden de importancia para la ciudadanía, simplemente no existe; nadie la menciona. 

De C's no es preciso hablar. Quienes iban a votar "no" a cuenta de la corrupción, van a votar "sí" gracias a un pacto que nueve a risa sarcástica porque lo han firmado con los responsables y beneficiarios de esa misma corrupción. Para sacudirse la sensación de ridículo, amenazan ahora (la política española sigue haciéndose a golpe de amenazas) con abstenerse o volver al "no" si el PP no cierra ese acuerdo perfectamente inútil a la mayor brevedad. Pero la opinión general es que el PP ya cuenta con el apoyo de Rivera y los suyos. O sea, las amenazas son parte de la escenificación de un apaño que se presenta como sacrificio en interés de la estabilidad. Un puro teatro porque la causa primera de la inestabilidad es, precisamente, la corrupción que quedará condonada de hecho si se permite que el partido corrupto y su líder, responsable político de la situación, sigan en el gobierno del Estado. Imposible tomarse aquí nada en serio.

El razonamiento de los socialistas claudicantes y los de C's es que España, democracia europea, debe tener gobierno cuanto antes y acostumbrarse a los gabinetes de coalición porque ese es el hábito en el continente, casi todo él en régimen parlamentario y multipartidista. Correcto. Pero España es diferente de las democracias europeas. Muy diferente.

En ningún país europeo se permite que un presidente del gobierno en la situación de Rajoy conteste irritada y displicentemente a una pregunta de una periodista sobre la corrupción. Aquí, sí. No pasa nada. Y tampoco es la primera vez que lo hace. La periodista estaba cumpliendo con su obligación y el presidente tuvo una reacción intolerable. No intentó meter un bolígrafo por el escote de la periodista (como hizo su colega Aznar en similar situación) porque mediaba demasiada distancia. Pero el desprecio y la altanería son similares.

Según parece, la trama Gürtel ocultó a Hacienda ganancias por más de 50 millones de euros y eso solo pudo hacerlo en estrecha connivencia con el PP, al que los jueces conceptúan como una asociación de presuntos malhechores. No es que en los demás países europeos no puedan producirse estos desmanes. Estos y otros mayores. Lo que sí sucedería en esos países es que el gobierno del partido responsable y, según parece beneficiario, de esos presuntos delitos no duraría veinticuatro horas. Aquí, en cambio, se presenta de nuevo a las elecciones.

Y hay mucha gente dispuesta a votarlo. Entre otros motivos porque escuchan a políticos demócratas de la oposición pidiendo que se le faciliten las cosas pues esto es lo que exigen la moderación, la estabilidad y el sentido europeo. De la corrupción, ni palabra. 

Y, si hablamos del asunto catalán, la cosa se aclara más. Los abstencionistas piden que se deje gobernar al sector más duro e intransigente del nacionalismo español. El que apuesta por un choque de trenes con el independentismo catalán. Que siga gobernando el partido y el personaje que han traído España a este punto de ruptura, cuyo alcance podrán sus señorías calibrar a partir del próximo 11 de septiembre.

dilluns, 15 d’agost del 2016

España es diferente

Pablo Casado, el petimetre que ha sustituido a Carlos Floriano, reclama de Sánchez "sentido de Estado". Albert Rivera invoca el superior "interés de España". Felipe González pretexta la estabilidad para dejar gobernar a Rajoy "aunque no lo merezca". El País, con un ojo en sus finanzas, pide responsabilidad a Sánchez para que España tenga un gobierno, su gobierno.

Responsabilidad, estabilidad, interés de España, sentido de Estado. Palabras altisonantes. Graves conceptos. Nobles ideales. ¿Referidos a qué?

A un partido procesado por los jueces por llevar años repartiendo entre sus dirigentes sobresueldos con cargo a una contabilidad ilegal, opaca. A una organización muchos de cuyos miembros están también procesados o condenados en firme por saquear sistemáticamente las arcas públicas a base de todo tipo de presuntos delitos. A un presidente, sistemático cobrador de esos sobresueldos, cosa que llegó a admitir en una sonada comparecencia parlamentaria a cuenta de Bárcenas y cuando aún decía estar convencido de que cobrar esos sobresueldos era lo lógico porque es lo que se hace en las empresas. Pues, para estas gentes, el partido y el gobierno son eso, empresas, cuya finalidad es ganar dinero. Cómo se reparta ese dinero lo decide el empresario, quien empieza por quedarse más que su congrua parte. 

El interés de España, el del Estado, la responsabilidad y la estabilidad ¿exigen que el partido imputado, con sus dirigentes en varios momentos procesales, gobierne el país que ha destrozado? ¿Hasta ese punto llega la abyección de tan amplios sectores de la opinión? ¿Hasta ese punto llega su claudicación ante el obvio chantaje del presidente de los sobresueldos? ¿Es tal su sumisión que aceptan hacer presidente del gobierno a quien no tiene apoyos voluntarios, no tiene programa y no tiene palabra?

Pues claro que España es diferente. En cualquier otro país democrático ya se hubiera obligado educadamente al de los sobresueldos a retirarse y se estaría organizando un gobierno alternativo, con las izquierdas y los nacionalistas, cuya función sería sacar al país del hoyo y regenerar su democracia, cosa nada fácil a la vista del grado de corrupción. Pero si España es diferente, también lo son las izquierdas, a fuer de muy y mucho españolas. Y es posible que no pueda constituirse ese gobierno alternativo porque ambas izquierdas se detestan profundamente. En tal caso, en cualquier otro país se procedería a las terceras elecciones. Malo es, pero mucho peor permitir el gobierno de quien no lo merece.

Contra las terceras elecciones suele aducirse la previsión de que darán mayoría absoluta al PP, el de los juicios. Es posible. También lo es que den esa mayoría absoluta a la izquierda o permitan alguna otra combinación. Y, en todo caso, saldremos de dudas y cada cual podrá actuar con mayor seguridad.

Lo más llamativo y más aumenta esa sensación de ridículo de las terceras que Rajoy atiza sin piedad es que vayan a ellas justo los mismos líderes que perdieron las dos anteriores. Sí, en efecto, es ridículo. Tanto que podrían trasmitir sus declaraciones de campaña en play back, ahorrándoles voz y poniendo lo mejor de sus arengas anteriores. Es muy ridículo, en efecto. Sin embargo, piensen ustedes en el espectáculo que darían sus respectivos sustitut@s si consiguen identificar algun@.  

dimecres, 27 de juliol del 2016

El horizonte penal del PP

Años lleva Palinuro sosteniendo que el PP no es un partido político al uso, sino una asociación de interés integrada por gentes que van a lo suyo sin ningún tipo de miramientos para las leyes. Lo único que las mantiene unidas es exactamente eso, el interés y provecho propios. Lo mismo vienen diciendo los jueces, que se trata de una asociación compuesta por presuntos malhechores, de forma que ya la han imputado en un par de procesos penales. Al partido, como persona jurídica, por beneficiarse de los chanchullos de la financiación ilegal que en el PP parece ser práctica ordinaria. Tanto es así que, en puridad de las cosas, se deberían anular muchas de sus victorias electorales por haber sido producto de malas artes.

Ahora es otra jueza la que procesa al partido y a dos o tres altos cargos (entre ellos, la tesorera) por haber destruido los discos duros de los ordenadores de Bárcenas cuando este también era tesorero. Los pedía otro juez, encargado de los papeles de Bárcenas a petición del encausado. Pero fueron destruidos a conciencia, dice el auto, para que quedaran, como quedaron, absolutamente inservibles. La jueza presume un delito de encubrimiento. Es una evidente destrucción de pruebas quizá incriminatorias para mucha gente de la organización.Una obstaculización de la justicia en beneficio de los compinches, práctica habitual en las organizaciones mafiosas.

El fiscal en la misma causa contra Bárcenas y a petición de este, que parece dispuesto a "tirar de la manta" ha aceptado que se cite a declarar como testigos a todos los extesoreros del PP (Alvarez Cascos, Arenas, entre otros), aunque no a Rajoy y Cospedal, se ignora por qué ya que, en principio, tesoreros han sido los dos como los otros y mientras se producían las prácticas ahora subiudice. En el caso de Rajoy no solo se trata de un extesorero sino del presidente del Partido. Un presidente ausente pues, como hace en la otra presidencia, la del gobierno, no acepta responsabilidad alguna por las tropelías que se hayan podido cometer y de las que es políticamente responsable, quiera o no.

En esa asociación los presuntos malhechores con usos de mafia no solo cometen delitos por los que nunca dimiten ni se les pasa por la cabeza, como se prueba con el caso de Rita Barberá, aforada exprofeso para ponerla fuera del alcance de la justicia, sino que destruyen la confianza de la ciudadanía en la justicia y establecen el reinado del latrocinio y la corrupción como normas habituales de comportamiento de sus cargos, públicos o del partido. Precisamente el hecho de que el partido sea una asociación privada con relaciones privilegiadas con las instituciones públicas es lo que propicia la extensión de la corrupción.

A esta asociación de presuntos malhechores, muchos de ellos en diferentes momentos procesales de su horizonte penal, a esta caterva de mangantes, quieren mantener en el gobierno los socialistas excedentes de cupo, las viejas glorias o viejas infamias, que ejercen o quieren ejercer una especie de tutela sobre la actual dirección del partido, hecha de bisoños. Piden la abstención de los socialistas en la investidura de Mariano Rajoy (algo con lo que este estaría encantado) so pretexto de la urgencia de un gobierno en "interés de España". La solicitud es tanto más descarada cuanto que el propio Rajoy no ha hecho gesto alguno que evidencie una voluntad de generación, sino todo lo contrario. Ha propuesto como presidenta del Congreso a una ex-ministra que tiene una responsabilidad política evidente en la gestión de uno de los peores accidentes ferroviarios de los que se guarda memoria.

Por lo demás, aunque hubiera realizado no un gesto sino toda una pantomima en favor de la regeneración del sistema político, es metafísicamente imposible que lo lograra por cuanto ha sido el el principal causante de su degeneración. Además, si alguna vez tuvo crédito, lo malbarató tras una serie de pomposos anuncios de sucesivas reformas legislativas en pro de la regeneración y la transparencia democráticas que nunca llevó a cabo ni sirvieron para nada.

El PSOE debe entenderse con Podemos y con los indepes catalanes o, si no se logra, quizá con Podemos y C's para un gobierno transitorio de uno o dos años, en cuyo tiempo se tomen las medidas urgentes para afrontar la situación de emergencia

Si esto tampoco se consigue, corresponden terceras elecciones.

Lo que no se puede defender es una prolongación de la actual situación de deterioro, bajo la forma de cuatro años más de agonía, al cabo de los cuales el país puede estar dirigido desde Soto del Real.

NO es NO.  

diumenge, 3 de juliol del 2016

La gran familia y su puchero

Los mismos sinvergüenzas que han esquilmado el fondo de pensiones de la seguridad social y dejado sin jubilación a los viejos,  son los que se pulían los dineros públicos en putas, coca y juego en Palma de mallorca; los mismos que se llevaban mordidas millonarias por cada escuela con la trama Púnica; los mismos a quienes se pagaban los confetti y viajes de la familia a París; los  que han estado cobrando sobresueldos durante veinte años; los que tienen a su padre dependiente a cargo del erario mientras cortan las ayudas a los demás dependientes; los que blanqueaban dinero para el PP, esa presunta banda de facinerosos, en el Ayuntamiento de Valencia; los que llevaban años robando de las arcas públicas en la operación Gürtel en la sierra norte de Madrid; los que pagaban los trajes de los mangantes a cambio de contratos púbicos; los que se compraban palacetes en Mallorca y áticos en Marbella con dineros que nadie sabe de dónde han salido; los que financiaban el PP, siempre la banda de ladrones, con dinero negro a cambio de subvenciones; los que cobraban por asesorías "orales", incompatibles con sus salarios, a empresas que contrataban con las administraciones peperas; los que troceaban los contratos para embolsarse dineros ilegales; los que cobraban becas que no les correspondían; los que pagaban con dinero público campañas de imagen personal; los que robaron a mansalva en todo tipo de actos oficiales, desde la visita del Papa a Valencia hasta la fórmula uno; los que han cobrado mamandurrias, enchufado a sus amigos y parientes; los que cobran subsidio de alojamiento en Madrid, aunque tienen aquí vivienda; los que mandaban SMS de apoyo y aliento a los delincuentes; los que tenían cuentas en Suiza; los que se han beneficiado de las amnistías fiscales de la banda de ladrones; los que, siendo ministros, no declaraban a Hacienda; los que apañaron y robaron en todas las licencias y contratas municipales del País Valenciano; los que pagaban sumas astronómicas a los periodistas lacayos para que mintieran a su favor en los medios públicos; los que han regalado la sanidad y todos los servicios públicos a sus amigos a cambio de enchufes para ellos; los que han pagado sobrecostes en todas las obras públicas para quedarse luego sus comisiones;  los que han vendido las viviendas protegidas por una futesa a fondos buitres y especuladores; los que regalan 11.000 millones de € al clero y, además le eximen de pagar todos los impuestos y les permiten cobrar todo tipo de tasas y sobreprecios ilegales; los que no pagan impuestos, pero han subido el IVA y toda la tributación directa e indirecta mientras ellos tienen sus dineros en paraísos fiscales; los que descapitalizan la enseñanza pública pero subvencionan a manos llenas la estafa de la enseñanza concertada privada; los que roban en todas las licencias, contratas y adjudicaciones siempre hechas con favoritismos y trampas; los mismos que regalan el dinero a la banca, pero se lo regatean a los particulares; los que asfixian a los autónomos, pero no persiguen el fraude fiscal de los ricos porque son ellos mismos; los que han robado a mansalva en la privatización de la sanidad mientras desvían los casos más caros al sistema público; los que han socializado las pérdidas de las autovías radiales; los que han estafado a cientos de miles de impositores con las preferentes; los que se han pulido la pasta de las tarjetas black en locales de alterne; los que han malgastado dineros públicos en viajes de ensueño con sus amantes sin justificación alguna; los que fabricaban pruebas falsas en contra de sus adversarios polticos; los que han hecho y siguen haciendo guerra sucia con fondos públicos contra esos mismos adversarios; los que han falsificado todas las estadísticas y datos de España; los que se han espiado y denunciado unos a otros; los que robaban los fondos de asistencia al desarrollo; los que han construido aeropuertos sin aviones, museos sin cuadros, trenes AVE en lugares desiertos pero en donde ellos tenían sus propiedades; los que han obligado a los jóvenes a emigrar porque les han quitado las becas; los que viven en áticos de lujo de cientos de metros con criados y mucamos con cargo al erario.

Todos ellos forman una gran familia y, de esa gran familia de malhechores, ¿tengo que creerme que no han dado pucherazo en las elecciones?

dijous, 2 de juny del 2016

Armagedón socialista

Vaya por delante que aplico el principio de presunción de inocencia en el caso de los dos acusados Chaves y Griñán, así como en el de los demás procesados. Ojalá salgan todos absueltos y brille su inocencia. Es mi esperanza y mi deseo por el bien de ellos, de su partido y del país en su conjunto.

Vaya igualmente por delante que, en principio, su comportamiento en estas turbulencias ha sido correcto: han dejado los cargos y han causado baja en su partido. Es un comportamiento responsable que, si no elimina el perjuicio ocasionado al buen nombre y el prestigio de la causa que dicen defender, cuando menos lo mitiga.

Pero eso no basta. Por las dimensiones cuantitativas (más de 800 millones de defraudados) y cualitativas (dos presidentes de Andalucía y federales del PSOE, consejeros, altos cargos, etc) del asunto, quienes hayan sido responsables directa o indirectamente y/o beneficiaros de esta tropelía, han hecho un daño tremendo, inimaginable a la trayectoria de un partido centenario, a la buena fe de miles y miles de militantes y a la confianza de millones de votantes. Sin duda sus adversarios harán mucha leña del árbol caído. Pero es que este árbol no se ha caído; lo ha tirado una serie de sinvergüenzas que se han aprovechado de la confianza que otros han depositado en ellos. Que aguante lo que se le viene encima porque se lo tiene merecido.

Una cuestión sobre la marcha: ¿cuánto de este desaguisado de presunta delincuencia e inmoralidad conocía la dirección? ¿Todo? ¿Mucho? ¿Poco? ¿Nada? ¿Qué es más creíble? ¿Me paso de suspicaz si digo que ahora entiendo por qué el PSOE no realizó oposición digna de tal nombre al gobierno del Sobresueldos en la Xª legislatura? ¿Si añado que ya sé por qué no tuvo valor para presentarle una moción de censura? Porque estaba tan enfangado como el partido del gobierno, esa asociación de presuntos malhechores; porque sabía que lo callarían sacándole a relucir su propia corrupción. 

Este episodio plantea una situación límite, una de la que no se puede salir con declaraciones cosméticas, afirmando la fidelidad del PSOE al principio de legalidad y el Estado de derecho o señalando la eficacia real y la contundencia de las medidas aplicadas. Sí, ya se sabe: el PSOE no es el PP; no es un partido en principio hecho para delinquir, no es una una banda de ladrones y la corrupción en él no es su razón de ser. Pero, paradójicamente, quizá sea algo peor: que el PP es una presunta manga de ladrones, como sostienen los jueces, es evidente y no asusta a nadie; la prueba es que sus votantes piensan seguir votándole aunque saben que les roba. Pero el PSOE no es -o no debiera ser- eso. Y no lo es. 

La corrupción del PSOE-A no se extiende como la metástasis por todo el partido, como sucede con el PP; está territorializada y reside en Andalucía. Pero Andalucía es el gran baluarte del socialismo y no puede dejar pasar esta situación sin más. Es obligado hacer una reflexión sobre la trayectoria de ese partido y sobre sus casi cuarenta años de gobierno consecutivos en la región, algunos de ellos con mayorías absolutas. 

¿De qué han servido a Andalucía esos cuarenta años de socialismo? ¿Exagero si digo que de muy poco? Las magnitudes sociales y ecónomicas siguen siendo tan malas en comparación con las zonas más prósperas del país como antes. Los datos del paro, la desigualdad, la pobreza y otros factores disfuncionales siguen siendo tan alarmantes como hace 40 años. Los cuarenta años del PSOE no han servido prácticamente para nada, salvo para desarrollar una estructura burocrática y clientelar que ha alimentado la corrupción, y para hacer de esta algo endémico. Un panorama de caciquismo, enchufismo y favoritismo que todavía ha deprimido más a la sociedad andaluza. Algo que los estudiosos conocen desde hace años, incluso siglos: el poder sin cortapisas, sin frenos, sin alternancia, sin límites temporales o de otro tipo, corrompe y destruye las sociedades.

Por dignidad y un mínimo sentido de la eficacia, el PSOE no puede escurrir el bulto, limitarse a fabricar contraargumentarios frente a las acusaciones, esperar que amaine la tormenta mediática, hacer algunas declaraciones compungidas, resolverlo con dos o tres dimisiones  y esperar que todo se olvide pronto, hasta un nuevo episodio.

La situación exige  que los socialistas tomen medidas drásticas. Tienen que comparecer ante la sociedad y pedir perdón. Tienen que abordar el asunto con espíritu crítico y de regeneración. Tienen que sanear sus filas, reformar su organización interna para que estos abusos no puedan volver a suceder. Tienen que reformar sus usos y prácticas, eliminar el amiguismo, el enchufismo y el fulanismo que los caracterizan y, aunque ellos no lo sepan, producen irritación y rechazo social. Tienen que dejar de ser autocomplacientes y de mirarse el ombligo. Tienen que parar a los arribistas y carreristas, que abundan entre ellos, gentes que no van a servir al país a través del partido sino a servirse a sí mismas a través del país y del partido. Tienen que poner en su sitio a los llamados "barones". Tienen que tratar de recuperar a toda la gente que, asqueada por el ambiente de peloteo que reina en el interior y los juegos de "familias" se han ido apartando de sus filas. Tienen que escuchar a los críticos que, generalmente, llevan más razón que los halagadores y pelotas. Tienen que suprimir la camarillas, los cabildeos, las manipulaciones y asegurar la transparencia y democracia de todos los negocios internos. Y apenas hay tiempo.

Obviamente, tienen mucho que hacer. Pero es hacerlo o terminar de hundirse por el escotillón de la historia. De no proceder así, igual que el Sobresueldos destruye el país , Sánchez destruirá el partido.

dimarts, 31 de maig del 2016

Mentir como respirar

Estamos en campaña electoral oficiosa. No se puede pedir el voto explícitamente, pero se pueden largar las habituales mentiras y disparates. El momento no merece especiales respetos. Rajoy afirma en contra de la opinión de los expertos, de la de sus adversarios, en contra de los datos y hasta en contra de sí mismo, que bajará los impuestos si gana y también las cotizaciones. 

El personal se queda maravillado, suspenso, con la boca abierta y no porque, con un déficit sin controlar, una multa al caer por ello y una petición de recortes adicionales de 8.000 millones de € , lo último que un gobernante puede decir es que bajará los impuestos. Es tan absurdo que hasta Pedro Sánchez, a quien encantaría tener el aplomo de Rajoy para mentir, ha dicho que, a decir verdad, los impuestos no pueden bajarse. No conoce el mozo a Rajoy cuando puntualiza con el índice y el pulgar: es capaz de afirmar impertérrito que la tierra es plana. 

¿No fue Rajoy quien ganó las elecciones de 2011 prometiendo bajar los impuestos?
¿No fue Rajoy quien los subió apenas se vio en La Moncloaca?
¿No fue Rajoy quien reconoció que no había cumplido su palabra?
¿Qué sentido tiene votarlo otra vez? ¿Permitirle que vuelva a engañar?

La campaña electoral, los discursos, los relatos, las explicaciones, los rendimientos de cuentas, todo eso es indiferente a Rajoy que no cree en la democracia ni en la responsabilidad de los políticos. No cree en la suya y, por supuesto, tampoco en la de los demás. Mintió en 2011; se desdijo en 2012; vuelve a mentir en 2016 y espera desdecirse en 2017. Este hombre es un insulto.

Cuando habla, miente. Y cuando no habla, también miente. Por ejemplo, nada dice de la corrupción, a causa de la  cual tendría que haber dimitido. Cuando dijo que la Gürtel era una conspiracion contra el PP; cuando envió un SMS a Bárcenas; cuando reconoció haber cobrado sobresueldos; cuando el PP borró los discos duros de Bárcenas; cuando se obstaculizó lo que se pudo el funcionamiento de los tribunales.  Y no ha dimitido nunca porque lo que es, en esencia, es un caradura. Desde que lleva hablando de su denodada lucha en contra de la corrupción, han aparecido docenas de corruptos, de su partido, muy cercanos a él, el último, un presidente autonómico, y no por sus normas en contra de la corrupción sino a pesar de ellas.

Ya se sabe que la política tiene relaciones problemáticas con la ética. Maquiavelo las separó y por eso lo llaman el padre de la ciencia política. Pero luego llegó Kant y volvió a juntarlas y deste entonces los políticos, como Hércules cuando tuvo que elegir entre la virtud y el vicio, pueden pronunciarse por dos caminos con o sin ética; decir la verdad o mentir. El que ha elegido Rajoy está claro desde el primer momento y, con cierto sentido de la ironía podremos entender que, en el fondo, el Sobresueldos no ha engañado a nadie: desde el principio supo todo el mundo que es un mentiroso.

dimecres, 18 de maig del 2016

El saqueo del cortijo

El juez levanta el secreto del sumario de la operación Púnica y de entre sus malolientes folios sale una legión de ladrones y sinvergüenzas, todos del PP, que darían para escribir diez Operas de tres centavos, con Francisco Granados actuando de Mackie el Navaja, de no ser por las gafas de culo de vaso. Y no hemos hecho sino empezar el relato de diez o doce años dedicados a llevárselo crudo todo para emplearlo en esas cosas en que esta gentuza mete el dinero: chalets en la playa, barcos, viajes, casas de putas, joyas, relojes y... campañas electorales del PP. La pauta se repite y se repite. Más o menos como lo hacían los truhanes de las tarjetas black: restaurantes de lujo, más joyas, buenos vinos... todo a costa de los contribuyentes. O el inenarrable Blesa: cacerías en el África o viajes en barco por ríos famosos. Robar el dinero e ir a presumir por ahí en su pueblo y a tirarlo en cigalas y mariscos para asombrar a la novia o al novio. También era el estilo de Dívar, el presidente del Supremo, que se corría sus juergas discretas de lujo con sus acompañantes en hoteles plagados de estrellas y pagados siempre por los contribuyentes. La diferencias entre este refinado jurista y el hirsuto Roldán, de la época de González, quien se corría las juergas en gayumbos, como si fuera Walter Matthau, pero con mucha menos gracia, son de cantidad; no de calidad.

En esto de pagar los contribuyentes hay algunos matices. Los gobernadores del Banco de España, los directores de las cajas de ahorro, quebradas o no quebradas, se llevan unos finiquitos y pensiones astronómicos. Probablemente es legal. Como legal es que el matrimonio Wert una pareja de perfectos inútiles, lleve un año viviendo a cuerpo de rey en París a cuenta de los mismos contribuyentes y haciendo aquello para lo que sirve, o sea, nada. Los contribuyentes pagan sueldos, dietas, coches oficiales, móviles, taxis y seguramente hasta los kleenex a unos parlamentarios que muchas veces cobran sin ir, como estuvo haciendo dos meses Rita Barberá, la presunta blanqueadora de capitales por entregas. Todo muy legal, pero un abuso, un robo descarado, un timo generalizado.

Cuando tratamos ya directamente de la corrupción, en la cual está el PP metido hasta sus peperas orejas, de la Púnica, la Gürtel básicamente, el horizonte se puebla de siluetas, sombras, gentes que están en la movida y se llevan una comisión. Lo interesante de este aunto no son los hechos, datos, fechas concretos, esos los averiguará el juez en la práctica de su actuación. Lo interesante es todo lo demás, o sea, la literatura: la vida, el negocio, la comisión, la mordida, el unte, el soborno, la recalificación, las adjudicaciones amañadas: puñados de alcaldes, de concejales y gentes normales hoy en la calle porque no tuvieron tiempo de ahorrar, como les aconsejarían los curas confesores, quienes también se llevarían su parte pues no hay cura desde los tiempos de Cristo que no mire antes por los denarios que por las almas.

Lo interesante es el panorama que estas declaraciones de Granados dibujan: decenas y decenas de alcaldes, concejales, directores de esto y aquello, funcionarios, todos pillando. 20.000, un viaje, relojes, plumas, vinos. Prácticamente todo el personal del PP y el personal al servicio del PP pringado. Un latrocinio generalizado, rampante, en estereo. A cuenta del contribuyente, no se olvide. Una borrachera de dinero mangado en el frenesí de la burbuja inmobiliaria que esa especie de muñeco del mal, Aznar, trajo a España. Y están todos, no queda ni uno. Por estar, apareció ayer por la mañana el socialista Tomás Gómez, a quien Sánchez se cargó de la secretaría de Madrid de un puntapié. Luego, por la tarde, el declarante, la fuente de información, Marjaliza, el exsocio de Granados en "trabajo" de apandar todo lo que pudiera, se moviera o brillara mencionó el caso de Gómez. Este negó, anunciando acciones penales y por la noche Marjaliza rectificaba afirmando no haber acusado jamás a Gómez de nada.

Está bien que el PSOE no aparezca mezclado en estos últimos casos de corrpción. Pero aparece en otros, sobre todo en Andalucía. Ignoro a cuánto asciende la ingente estafa de los EREs y el hecho responsable de que el PSOE no se atrviera a enfrentarse con Rajoy en control parlamentario. El PSOE no puede hablar de corrupción porque la tiene en casa. Esto explica la falta de crítica a la legislatura de Rajoy y el hecho de que este haya gobernado por decreto sin que la oposición se atreviera a ponerle la obligada moción de censura. Cuanto más callen los socialistas a propósito de la corrupción, peor para ellos. Se la sacarán siempre. Lo mejor sería hacer confesión pública, un reconocimiento de lo que hayan hecho mal, un debate agrio, sin duda, y amargo, tras el cual el PSOE debe pedir disculpas a la ciudadanía, a los contribuyentes si quiere tener un mínimo de credibilidad en las próximas elecciones.

Porque es inaudito que algo así haya podido pasar durante más de diez años: maletines de dinero -del dinero de los contribuyentes-, sobres por aquí y por allá, comisiones, porcentajes, sociedades y empresas hechas y deshechas, pasta y más pasta, por cada piso, cada casa, cada escuela, cada metro cuadrado de terreno calificado; 20.000 para este, 30.000 para el otro, 40.000 para el partido. Diez años en la zona con la Púnica, otros diez en la zona norte con la Gürtel. Si es raro que quede un céntimo en la Comunidad. Y otros tantos en Valencia, noble reino en donde la densidad de ladrones peperos por metro cuadrado es superior a la de Madrid. Y, mientras tanto, nadie vio nada, nadie sospechó nada, nadie se malició de nada. Los gobernantes, Esperanza Aguirre, Mariano Rajoy, José María Aznar tampoco sabían nada. Aguirre estaba en donde suele estar, en la inopia, y Aznar casando a su hija en El Escorial con una guardia de mafiosos y ladrones a los que nadie tampoco conocía de nada a pesar de haberlos invitado a la boda de la retoña.

Es el inimitable estilo Rajoy: cobras una pasta en B porque, aunque no está en política por el dinero, el dinero en verdad reconforta. Cuando te lo frotan por los morros haces como si no oyeras o hablas del tiempo o de los goles de este o aquel, que eso sí se lo sabe bien.

Nadie asume una sola responsbilidad. Todas las sedes del PP pueden haberse pagado en negro: no pasa nada; el presidente sigue. Todos los tesoreros del PP son una reata de mangantes; pero el presidente sigue; todo es una ruina y un desastre: los diputados, los embajadores; no queda nadie sin meter la mano. Pero nadie dimite. Y hacen bien. ¿Por qué tenía nadie que dimitir si el jefe, el que debiera dar ejemplo, hoy en funciones y de okupa de La Moncloa a la que el ingenio popular llama La Moncloaca tampoco lo hace? Y él también ha cobrado sobresueldos y está acusado de haber pillado los habituales regalos de la Gürtel.

Y esta banda de chorizos, con el sobresueldos en cabeza y media nómina en el trullo, se presenta a las elecciones.

divendres, 13 de maig del 2016

Dimensiones de la corrupción

Alguna explicación tiene que tener el hecho de que hasta en un pueblo tan resignado a la idea de que los políticos son todos un puñado de sinvergüenzas y ladrones, la preocupación con la corrupción haya subido de un índice del 20 al 50 en los cuatro años de mandato del PP, según los barómetros del CIS. Es decir, así como el desgobierno del sobresueldos ha resultado ser una máquina de producción de independentistas en Cataluña, también lo es de difusión de la corrupción. De todo tipo de corrupción y en todos los ámbitos. 

La más evidente y generalizada se da en el ámbito político, tanto en el legislativo como en los diversos órdenes de gobierno central, autónomico y local. Pero no se limita a eso. También alcanza el ámbito judicial, en el que se dan casos escandalosos y en otros órdenes, como en el religoso. En realidad, el gobierno de Rajoy ha tenido un efecto demoledor sobre todas las instituciones del Estado, las ha deslegitimado y ha dejado el país en un estado calamitoso que no parece tener remedio a corto plazo y ya veremos si a medio. Ha destruido el entramado moral de la sociedad en su conjunto y la ha convertido en una patio de logreros y granujas en el que cada cual va a aprovecharse de la que pueda a costa del bien común. Y el primero de todo, el sobresueldos,  que tiene a su padre en La Moncloa siendo atendido clandestinamente en su condición de dependiente con cargo a los fondos públicos

El caso del diputado pepero Martínez Pujalte, uno de esos bravos que solía arremeter vociferante contra la oposición al estilo Hernando, es uno de un abanico de representantes y cargos públicos del PP dedicados no a gobernar sino a enriquecerse cuanto antes. Junto a Martínez Pujalte, el diputado también pepero Gomez de la Serna, que hacía caja aparentemente ilegal también ha causado baja en partido. Como ha tenido que causarla el embajador en la India, el pepero Gustavo de Arístegui por cobrar cantidades a las empresas concesionaras o el embajador en el Reino Unido, el igualmente pepero Federico Trillo, un personaje cómico, estilo bravo de José Zorrilla que tiene la embajada manga por hombro y también cobraba cuando era diputado sumas considerables por "asesoría oral" (es decir, por colocar chismes) a una empresa que luego contrataba con la administración pública en la que el tal Trillo tenía sus influencias.

En realidad, toda la administración pública del régimen general que gestiona el PP es un hervidero de actividades delictivas, malversadoras, corruptas y tráfico de influencias, cuando no de blanqueo de capitales, como parece ser el caso de Valencia durante la alcaldía de ese inenarrable personaje de prodigiosa zafiedad que es Rita Barberá, blindada por su partido en el Senado para que los jueces no puedan echarle mano. Es un ejemplo de lo que el PP llama "colaborar con la justicia". Cuando no es un concejal de urbanismo, es un  consejero de obras públicas o cualquier cargo que tenga contactos con contrataciones públicas.

Toda la administración pública del PP está repleta de corrupción. Tanta que cabe parafrasear la célebre obra de Larra con un "Vuelva usted mañana, que lo tendremos todo expoliado". Pero así es. En estos últimos años se han conocido casos que claman al cielo, como en el de cuanto tenga directa o indirectamente que ver con adjudicaciones, contratas, calificaciones, recalificaciones o cualquier trámite en que esta colección de granujas pueda meter la mano. No hay concurso o licitación en los que no medie una mordida o comisión a algún sinvergüenza del PP en un puesto decisivo. Es el caso del ex-consejero Granados de la Comunidad de Madrid que cobraba cifras fabulosas por autorizar colegios, según la señora Aguirre, sin su conocimiento. Ni falta que hacía pues toda la política de la señora Aguirre de liberalización y privatizaciones de la educación, la sanidad y los servicios públicos no es otra cosa que corrupción revestida de ideología. 

Lo curioso es que, en este ambiente asfixiante de corrupción total, como rasgo de la gestión, la oposición no se haya hecho notar. Se trata de un fenómeno característico. La oposición socialista no ha sido capaz de obligar al gobierno a rendir cuentas. La corrupción de los EREs de Andalucía, tan institucional como la del PP en donde este gobierna, la ha deslegitimado  para cumplir su tarea de vigilancia y control. No puede alzar la voz porque se la acallan señalándole un nivel de corrupción que nada tiene que envidiar al del PP. Habrá que ver si los nuevos partidos enderezan la situación que, como se ve, está alimentada por las mayorías absolutas como las del PP o los gobiernos sempiternos como el PSOE en Andalucía. 

En realidad, esta generalización de la corrupción en la sociedad responde a una peculiar relación ejemplar que une a los poderes públicos con la sociedad. Si todos los estamentos sociales ven que puede ser presidente del gobierno una persona que estuvo cobrando sobresueldos de procedencia dudosa durante veinte años y no le pasa nada, un personaje que envía un SMS de apoyo a un presunto delincuente y no dimite sino que, para pasmo general, dice ponerse a la cabeza de la lucha contra la corrupción, de la que habla como si le fuera ajena, la sociedad piensa que aquí puede robarse a mansalva.

Y actúa en consecuencia

dilluns, 9 de maig del 2016

España es un cortijo

La cómica pareja de personajes al frente del ministerio del Interior no son más que uno de los episodios más vergonzosos y chungos de esta costumbre del partido del gobierno de tratar España como si fuera su cortijo en el que puede hacer lo que le da la gana. El ministro Fernández-Díaz y el director general de la policía, Ignacio Cosidó, creen firmemente que el ministerio y sus competencias son como el patio de su casa y que pueden hacer en él lo que quieran. El ministro se ha pasado la legislatura condecorando estatuas de madera de vírgenes de las que es muy devoto y enviando contingentes de las fuerzas de seguridad a rezar a la Virgen de Lourdes con el dinero de todos los contribuyentes. Cosidó, aparentemnte, ha mangoneado cuanto ha podido en las funciones y competencias de la policía para proteger a sus amigos de investigaciones y pesquisas, como en el caso del ático de González en Marbella o, al contrario para perseguir a sus adversarios fabricando, difundiendo todo tipo de embustes y calumnias sobre ellos, presuntamente valiéndose de su control de las fuerzas policiales. La afirmación de que Podemos es un peligro para la democracia porque tiene algo que ver con ETA es una barbaridad y una injusticia por la que quien la profirió ya estaría en la calle en cualquier país del mundo. Pero no aquí, en donde el personal se dedica a robar cuanto puede de los fondos públicos para sus tenebrosos asuntos. Y en donde los responsables políticos son cualquier cosa menos responsables de sus actos, lo que les permite soltar ristras inverosímiles de dislates sin que ello les acarree consecuencia desagradable alguna.

Utilizar presuntamente a la policía como una agencia privada de delincuentes para obstaculizar o embarrancar otras opciones políticas es una de las numerosas muestras de cómo la derecha entiende  el gobierno de España. Como la administración de un cortijo propio.  Su acción consiste en legislar descaradamente a su favor y el de sus amigos, amnistiarse por los delitos cometidos y entrar a saco en el erario para esquilmarlo a mansalva, tanto en beneficio personal de todos los populares que meten la mano y son legión, como para sus enjuagues de corrupción, malversación, en definitiva, privatización a los que llaman programa político. Algo que lleva el haciendo el PP, por lo que parece, desde su origen hace veintitantos años. 

Y, por supuesto, el Sobresueldos, que pasó unos 20 años cobrando sobres de procedencia dudosa sin que hasta la fecha haya dado muestras de pensar en dimitir por un compotamiento tan bochornoso e inmoral. Por no hablar del hecho de que, según parece, la misma Gürtel que pagaba los trajes de Camps, pagaba los atuendos o viajes de esa auténtica vergüenza nacional. Un gobernante tan desgobernado y autoritario que lleva cuatro meses en rebeldía, negándose a dar cuenta de sus actos ante el Parlamento.

En el gobierno de Madrid hay de todo. Llegó a estar en manos de una ultrarreaccionaria neoliberal, ridícula parlanchina que jamás vigiló un papel ni se ocupó de su puesto para nada y a la que bastaba halagar en su necia vanidad de ser como la dama de hierro, para que hiciera la vista gorda ante elsaqueo sistemático de las arcas públicas, perpetrado por una manga de amigotes suyos, sinvergüenzas a sus órdenes que por todo cobraban y de todo se beneficiaban. 

Santurrones y beatos de misa diaria, eso no impedía que hicieran negocios y expolios al amparo de la Iglesia. Los responsables de organizar una visita del Papa Ratzinger, hicieron prodigios para levantarse unos millones de euros a base de estafas. La pía y devota consejera de educacion de Madrid, la que descapitalizaba los centros públicos, llenaba de subvenciones los privados, ella misma no hacía ascos a beneficiarse de las ofertas que realizaba su gobierno ni a relacionarse -ya se verá en sede judicial cómo- con los granujas que acumulaban fortunas a base de cobrar comisiones por la construcción de centros educativos.

El gobierno como negocio y como robo. Hay sinergia en el atraco. La derecha engancha todo lo que huele a dinero público y da luego una parte a la gran ladrona nacional, la Iglesia católica, cuya codicia es un  pozo tan sin fondo como la ignorancia del clero. Aportaciones directas de las arcas del Estado (más de 11.000 millones de €) para que los curas puedan financiar sus medios audiovisuales, centros de propaganda del oscurantismo y el odio, exenciones fiscales universales (otro tanto), subvenciones encubiertas o sin encubrir a través de esas estafas que llaman "centros educativos", todo lo necesario para propiciar el ánimo de la Iglesia que es hoy más rica que en tiempos de Mendizábal. Lo que se llama compartir un pedazo del cortijo con los de misa y olla.

Se dan casos de chupopterismo y mangoneo alucinantes que ponen en evidencia cómo España sigue siendo el cortijo de corruptos y sinvergüenzas que ha sido siempre. La ex-ministra Mato, una incompetente fabulosa, que hubo de dimitir porque estuvo beneficiándose de continuo presuntamente de los fondos Gürtel, desde las fiestas de cumple de sus hijos hasta los viajes de placer de la familia ha encontrado nuevo destino. Aparte de cobrar la prestación por el paro, una pasta, y de volver a "trabajar" de enchufada en su antiguo curro, ahora le han buscado un  enchufe en algún organismo europeo en el que tendrá ocasión de seguir mostrando que no sabe hacer la O con un canuto, pero cobra una pasta por ello. 

El que fuera ministro de Educación, el negado Ignacio Wert, que comenzara su periodo ministerial con la estupidez de que quería "españolizar a los niños catalanes", acabó teniendo que dimitir, dejando la educación en España sumida en el caos. Pero a la Iglesia muy contenta porque volvió a entregarle   el alma de los niños con la reimplantación de la religión. En premio le han dado la embajada de España ante la OECD en París, asunto del que lo ignora todo y en donde también está su mujer en un puesto de enchufe, ambos cobrando un dineral y descansando en un piso de lujo, todo ello a costa del contribuyente. 

En donde quiera que asientan sus reales los miembros de la asociación de malhechores, PP, vacían las arcas y articulan sus medidas  para estar chupando del bote. A eso es a lo que llaman "política" estos depredadores. Y así han dejado el país, al borde de la bancarrota, lleno de obras faraónicas inútiles, abandonadas y que costaron una millonada a la que habitualmente se sumaba la mordida que el correspondiente pepero reclamaba.

La izquierda, responsable en buena medida de que continúe este expolio por su negligencia o complicidad, no supo hacer frente a la banda de ladrones. Los medios han guardado un silencio muy acusador porque hay que garantizarse las subvenciones públicas directas o indirectas en este perro mundo y peparados para sostener unos negocios ruinosos, a base de propagar las mentiras más evidentes.

Pero la principal responsabilidad sobre este desbarajuste afecta a los electores que siguen votando a esta banda de ladrones.