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dissabte, 23 de maig del 2015

Palabras de oro.

Las columnas de Esperanza Aguirre en el ABC eran columnas salomónicas. No por lo sabias sino por lo costosas y lujosas. Cada una a 2.000 o 3.000 €, casi el precio de las del baldaquino de Bernini en el Vaticano. El contenido es lo de menos, aunque todas parecen ser tóxicas. Pero podría ser un lorem ipsum, porque lo que importa, lo que vale, es la firma. Lo dicho, de 2.000 a 3.000 € la pieza. Pero no es dinero que venga de la nada, sino que proviene de las subvenciones, publicidad institucional y otras mamandurrias que el gobierno regional concede a la prensa adicta. Su criterio es transparente: inversamente proporcional a la difusión del medio pero directamente proporcional a su fidelidad ideológica. Es un circuito cerrado, como el tableau de Quesnay: el gobierno cobra impuestos con los que subvenciona a los medios que luego pagan a tres euros cada palabra de la expresidenta del gobierno de los impuestos.

Hay palabras de oro. No hace falta recordar aquellas aladas conversaciones por las que cobraban millonadas el actual embajador en Gran Bretaña y un conocido diputado del PP en tareas de asesoramiento oral a empresarios que luego obtenían contratos del gobierno del partido de estos dos crisóstomos murcianos.

Mañana se deciden Comunidades y ayuntamientos. Hoy toca reflexionar por orden de la autoridad y no de cualquier forma, sino en casita o tomando una clara en la terraza de la esquina. Nada de ir a hacer gansadas en la Puerta del Sol o a hacer caso a los del 15M en su afán por incordiar. Una reflexión sosegada, mirando la portada de La Razón, en la que se trompetea la victoria de Rajoy, una, grande, libre.

Breve resumen hasta el momento. La señora Aguirre se ha comido la campaña del PP, dejándola en la sombra, con Rajoy balbuceando incongruencias sobre el paro, Cifuentes callada como una vestal y Rita Barberá, que debe de estar a punto de entrar en el desolladero porque el presidente dice que es la mejor. Mañana, tarde y noche, las pantallas han sido de la belicosa condesa, las portadas, las declaraciones, los desmentidos, las redes. Hasta Jesús Maraña, director de Infolibre le ha escrito una carta abierta, escandalizado del desparpajo con el que la señora no solo no da explicaciones sino que ataca cuanto se mueve. Empezó como una valkiria, mintiendo a los cuatro vientos para desprestigiar a sus contrarios, Carmona y, sobre todo, Carmena. Y terminó desplumada como un pollo, con todas las vergüenzas al aire, con cobros estratosféricos, pagos insólitos y presuntos tejemanejes para colocar los quesos de oveja de su marido quien, al parecer, solo presenta las cuentas de su empresa los años de jubileo. La dama carece de programa porque, sostiene, no los lee nadie. Bueno, como sus columnas. Pero las columnas no se votan. Solo se pagan. En fin, la campaña del PP en Madrid ha sido la de Aguirre y las resultados, para España, tendrán doble lectura: los de Aguirre en Madrid y los de Rajoy en el resto de España. Y esa será otra guerra.

La izquierda en su peculiarísimo laberinto. El PSOE, con cierto complejo de nave capitana, reitera un mensaje que ha ido formulando en la campaña: estabilidad, centralidad, reversión de errores propios e iniquidades ajenas. Le falta contundencia frente al PP pero aun así, o quizá por eso, cree que puede aglutinar el voto de la izquierda. El país (Metroscopia) le pronostica, junto al PP, un abandono masivo del voto juvenil. Dado que considera "voto juvenil" el comprendido entre los 18 y los 54 años, el vuelco augura ser brutal. En todo caso, reina el clima de la más absoluta concordia. Los de Podemos insisten en que los "verdaderos socialistas", los "socialistas de corazón" deben votarlos a ellos. Anguita ha desaparecido del mapa. Los de IU también afirman la necesidad de encontrar puntos de confluencia con el PSOE y Podemos. Todo eso es puro sentido común. Lo absurdo eran los ataques anteriores. Y las consecuencias de los absurdos se verán mañana.
 
Ciudadanos cerró casi en privado, esencia del espíritu liberal. Cuando todo el pescado está vendido, llegan estos a ver si se comen unos percebes.

dijous, 21 de maig del 2015

Las opciones se complican.

A más de uno se le va a atragantar el croissant con esta portada de El País, explicada en el interior. El PSOE es la pareja de baile preferida. Ya en el tramo final, el ritmo de la campaña y los sondeos parecen dejar un terreno de hipótesis compartidas. UPyD desaparece del escenario, víctima de la barrera electoral del 5% y ni el canto del cisne ha podido entonar. La misma cuchilla puede rebanar las expectativas de IU, un golpe probablemente decisivo para sellar el destino de esta organización tan sobresaltada. Para evitarlo, para ganar visibilidad, Garzón ha sido contundente: ha cargado contra los emergentes y ha subido el tono con el PP, llamándolo "partido de ladrones". Eso es dar forma verbal a un pensamiento muy extendido. Pero tardíamente. La gente ni siquiera tiene claros quiénes son los candidatos de IU a alcaldías y Comunidades decisivas.

Otra convicción: el bipartidismo va a pasar a ser un tetrapartidismo pero, según parece, dos bloques. El PP y los demás. La casi demoniaca inocencia con que Rivera afirma el centrismo de su partido indigna a todos los demás. La FAES, o sea, Aznar, siempre apocalíptica, esta convencida de que Ciudadanos quiere acabar con el PP, la obra de la vida de su presidente. El centrismo, una vitola muy popular en España, permite a C's no solo pactar con el PSOE sino, incluso, afirmar afinidades electivas con él. El efecto de carambola de esta línea es que Podemos se vea forzado a rivalizar con Ciudadanos por el favor del PSOE. Todo dependerá de los resultados. Y, como siempre, decidirán los indecisos, que, lógicamente, tienen tendencia al centro para poder seguir siendo indecisos.

El problema de Podemos es bajar de los cielos a la tierra. Hasta la saciedad han dicho que salen a ganar. Eso está bien. Revela ímpetu, determinación e ingenuidad. Porque todo lo que no sea ganar será perder. De las alturas llegan los ecos de la advertencia de Iglesias al PSOE de que, si quería pactar, tendría que dar un giro de 180º. Eso son palabras mayores, teñidas de una soberbia algo ridícula, para dichas a un partido que mantiene una saludable expectativa de voto y se perfila realmente como centro, según se ve por ser capaz de atraer a la izquierda y a la derecha al mismo tiempo. Porque C's quiere incorporarse al centro, pero viene de la derecha. Aguirre y Cifuentes sueñan con llegar a acuerdos con C's. Cifuentes selló uno contra la corrupción en la televisión con el partido que, en teoría, quiere acabar con el suyo.

Hace unos días, Sánchez desempolvó el viejo fantasma del voto útil, una versión inteligente y positiva del voto del miedo. El voto útil para una izquierda que hace cosas; no que dice que va a hacerlas. El PSOE tiene una maquinaria institucional que funciona incluso cuando está en la oposición, como se prueba por el recurso de inconstitucionalidad a la Ley Mordaza, una norma impresentable. Añádase a ello que ha hecho una campaña moderada con imagen de responsabilidad. Sus candidatos no están cuestionados, aunque tampoco inspiren arrebatos, y no se han visto arrastrados a los espectáculos de corrala que han abundado. Tampoco está atosigado por la corrupción, como el PP, que ha perdido todo el crédito. La insólita soberbia de Susana Díaz, encerrada en su taifa andaluza, curiosamente, ha permitido al PSOE presentarse desligado del desbarajuste del Sur, la corrupción y la parálisis institucional.

A Rajoy ya solo le queda la parte tonta del voto útil, esto es, el voto del miedo. Dice el buen hombre que la alianza de todos en contra del PP sería "letal" para España porque posibilitaría un gobierno del PSOE. Todo un descubrimiento. No votar al PP es votar el caos. Y lo dice en medio del caos. Las noticias desmienten a diario su discurso triunfalista de "gran nación": el gobierno está esquilmando el fondo de reserva de las pensiones, que se habrá agotado en cinco años y la deuda pública está ya en el 103% del PIB. Todo en medio de una abigarrada ambientación de citaciones judiciales, comparecencias, conversaciones telefónicas alucinantes que parecen probar que estos pájaros llevaban años robando a espuertas. Un mundo de corrupción genealizada, sistemática, contumaz, insultante.
 
Añádase a ello ese nuevo sketch, de la señora condesa beneficiándose conyugalmente de que el señor conde coloque sus magníficos quesos de oveja en los comedores que gestiona el amigo del colegio de la señora condesa por concesión otorgada por el gobierno de la señora condesa. Por lo demás, la señora condesa se presenta a las elecciones con un programa de un folio que, en politica, es el equivalente del cuento de Monterroso. Pero es que la señora condesa en sí misma recuerda un personaje de un cuento gótico, siniestra y ridícula, a partes iguales.
 
Todos parecen otorgar al PSOE la centralidad del tablero. Vaya. El debate en el seno de la izquierda es confuso. Esa insistencia de Podemos en apropiarse el término socialdemocracia por referencia al movimiento revolucionario anterior a la aparición del comunismo es un guiño a un pasado demasiado lejano.  Hoy socialdemocracia quiere decir anticomunismo y apelar a la socialdemocracia anterior  para salvar este escollo solo desconcierta a los auditorios.
 
El resultado de la pugna particular entre Podemos y Ciudadanos por el alma de los sectores sensibles al cambio y a la innovación quizá sea el episodio más interesante de estas elecciones. Porque aquí se trata de saber quién es mejor, más atractivo; no de quién sea más joven pues ambos líderes y formaciones lo son. Podemos es quien ha debido elaborar rápidamente una estrategia de defensa de la que carecía porque no contaba con encontrar competencia en su propio campo. Había elaborado un discurso contra el bipartidismo, pero  no esperaba el ataque del hurón en su madriguera.
 
Una prueba más de que, como decía Marx, "los hombres hacen la historia", pero no suelen saber la historia que hacen. 

dimecres, 20 de maig del 2015

La vileza hecha mujer.

Hubo un tiempo, un tiempo largo, parecía inacabable, en el que España se jugaba su porvenir como Estado democrático de derecho en una denodada lucha contra el terrorismo etarra. Había atentados y disturbios constantes. Las calles de las ciudades del País Vasco eran inseguras y, aunque en menor medida, las de otros lugares del país. Decenas de ciudadanos llevaban escolta y estaban obligados a vivir vidas angustiosas por el permanente temor a un asalto armado. Muchos de ellos, de todo tipo, condición o edad, caían victimas de la vesania de ETA. Teníamos una lucha en dos frentes: había que vencer al terrorismo e impedir que, en la lucha, la democracia recurriera a los mismos procedimientos que combatía y se deslizara así de nuevo hacia la dictadura con lo cual, en último término, los etarras hubieran ganado. Fueron años muy duros. Años de plomo y goma 2.

Poco a poco fue asentándose la convicción de que la victoria sobre el terrorismo solo sería posible mediante la unidad de las fuerzas democráticas. Mal que bien, acabó consiguiéndose. Incluso se firmaron dos pactos de lucha antiterrorista entre los dos partidos dinásticos. El segundo de ellos, si no recuerdo mal, a instancias de Rodíguez Zapatero, entonces en la oposición y con la oposición, a su vez, del vicepresidente del gobierno que lo consideraba un "conejo que se sacaba de la chistera" Zapatero.Adivínese quién era el autor de este hallazgo: el mismo Rajoy que unos años más tarde defendía el pacto del conejo en la chistera como si fuera suyo, como un producto de sus entretelas y acusaba a Zapatero de querer traicionarlo. Rajoy en estado puro.
Aun así, había un consenso cerrado, cerradísimo, de todas las fuerzas políticas, apoyadas por el conjunto de la sociedad, en el sentido de que la política antiterrorista era exclusiva del gobierno y no estaba sometida a crítica. Los demás, punto en boca. Ese consenso se cerraba con un broche de oro: nadie usaría el terrorismo como arma política y mucho menos electoral. Y así aguantó nuestra sociedad la tormenta de fuego y odio que la azotó durante largos años. Hubo momentos de flaqueza como cuando el inevitable Rajoy acusó a Zapatero, entonces presidente del gobierno, de "traicionar a los muertos" y de poco menos que de connivencia con ETA. Con ello solo consiguió mostrarse como lo que es, una persona sin escrúpulos. Pero, en términos generales, la unidad se mantuvo, el terrorismo quedó fuera del debate político, el frente social y mediático antietarra era total. Y ETA sucumbió, eliminando así el último obstáculo a la plena instauración de la democracia en España. Lo que ha venido después ya es otro asunto sobre el cual hay hoy día muy encontradas versiones.

Con estos antecedentes, ¿cómo se le ocurre a esta señora Aguirre usar el terrorismo como arma electoral? Tenía razón ayer Palinuro. Aguirre no vive en la realidad, sino en un teatro siniestro que se ha montado en su cabeza. Ayer la comparaba con algunas heroínas. Le venían grandes todas. Se acerca más al tipo Medea: movida por pasiones irrefrenables, un odio sin limites y una obsesión por imponerse capaz de destruir todo lo que la rodea. Lo que hace. ¿Cómo rompe el acuerdo básico que posibilitó la derrota del terrorismo y, además, con carácter por así decirlo, retroactivo, con el fin de insinuar odiosas connivencias entre Carmena y los terroristas? ¿Es que no está en sus cabales?

Aguirre no tiene cabales. No tiene limites. El límite es ella misma. Un caso de mitomanía colosal. Es ella sola, la única. Ya se ha enemistado con todos los dirigentes de su partido, absolutamente todos, que están deseando verla estrellarse. Y lleva camino de hacerlo si sigue mostrando tanta ruindad, tanta mezquindad, tanta ansia por vilipendiar a su adversaria de las formas más repugnantes. Empezó hace unos días poniendo en cuestion la profesionalidad de Carmena al afirmar que es jueza por el cuarto turno con lo que consiguió ofender a todos los del cuarto turno, que son unos profesionales dignísimos y dejó impoluta a Carmena que es jueza por oposición. Y por oposición anterior a la implantación del cuarto turno. Una mentira, un infundio hecho con mala uva, con un espíritu bastante mezquino. Ahora llegan las venenosas insinuaciones sobre las decisiones de Carmena como jueza de vigilancia penitenciaria. Aquí, lo de menos es que Aguirre hable sin saber lo que dice y tome las providencias judiciales como decisiones de las que ella adopta con esos colaboradores que luego acaban todos en la cárcel. Esta saña revela que la dama es una simple y así se lo dice una reposada y segura Carmena que lamenta escuchar cómo su interlocutora, a su edad, dice tales "simplezas".

Es que vive de ellas. Cuanto más simples, elementales, chocantes y agresivas sean sus afirmaciones, más conseguirá la condesa que no se hable de lo que realmente le preocupa, la corrupción, en la que vive anegada hasta las cejas y últimamente hasta más arriba de las cejas. Con buena parte de sus amigos, colaboradores, asesores, subordinados y allegados por diversos motivos entre rejas, procesados, imputados o a punto de serlo, el repentino descubrimiento de ese pintoresco ménage à trois gastronómico entre la presidenta de la comunidad, su amigo del colegio y el marido hace añicos su justificación de que ni ella ni su familia aparecen pringados. Y, de paso,  sitúa el asunto en el nivel adecuado, más bien entre la cocina y el servicio, propio de una novela de Galsworthy. Y luego dicen que la aristocracia española es estirada, cuando se mezcla con los fogones porque, según parece, gracias a las generosas concesiones y contratas que la Comunidad concedía al amigo del cole, este colocaba en los más distinguidos comedores de distintas instituciones los sabrosos quesos del marido de la presidenta.

Para evitar el bochorno de esta inmersión absoluta en el mundo del chanchullo, la mamandurria, el enchufe y el favoritismo, de la corrupción en definitiva, Aguirre arremete con verdaderos insultos, infundios y golpes bajos contra Carmena a la que acusa sin prueba alguna, de laxitud con los asesinos y, en el fondo, de simpatizar con ellos, de ser equidistante, de ser totalitaria. Tanta bajeza, tanta ruindad, tanta desmesura e injusticia con una jueza que ha cumplido siempre su deber, no ha sido nunca sancionada sino, al contrario, galardonada con un premio, seguramente ganarán para Aguirre los votos de la ultraderecha de la de brazo en alto. Pero solo esos. Los otros, de gente normal, más templada, huirán de ella. A lo mejor cae en la cuenta y nos ahorra a todos un espectáculo tan bochornoso como el del debate de ayer.

Preguntaba Aguirre si, dadas ciertas circunstancias de carácter judicial privado aclaradas por la jueza, Carmena no creía que en Inglaterra se vería obligada a deponer su candidatura. Esa pregunta debiera empezar por contestarla ella: si no se vería obigada a dimitir por haber presidido un gobierno que ha sido un muestrario de corrupciones y episodios propios de la pantera rosa, con maletines volanderos, espionaje en los ascensores, sobornos, fundaciones fantasmas. Con el agravante de que su propio marido, su familia están implicados en presuntos tratos de favor y supuestos cabildeos con la institución que ella presidía. Si se añade a la comitiva el divertido sainete del triángulo nutricional, a lo mejor ya ni siquiera se le plantea lo dimisión como candidata porque quizá no le dejen entrar a presentarla. Estos ingleses conservadores son muy estirados y, así como no les gustan los toros, aborrecen el olor a ajo y a queso de oveja.

dimarts, 19 de maig del 2015

Semblanza epitáfica de Aguirre.

À bout de souffle huía una tensa Aguirre, perseguida por Gonzo, de "El Intermedio", de la Sexta, empeñado en saber algo sobre los negocios de su marido, el presunto lobista. El DRAE no recoge el término, pero sí Lobby, que define como "grupo de presión". O sea, el marido de Aguirre es un "grupodepresionista". Casi suena mejor "lobista". Nada, hombre, en castellano tenemos el término "cabildero", el que se dedica a cabildear, o sea, a apañar tratos ventajosos para sí o sus clientes. "Cabildero" es recio y castizo español, pero tiene muy mala fama. En cambio "lobista" parece otra cosa. Hasta habrá quien se lo ponga en la tarjeta de visita o en un nick de twitter. Aquí, lo gordo es que el marido de Aguirre también se dedique al cabildeo en la Comunidad que ha sido jurisdición de su cónyuge, y en 2014. Es decir, ahora mismo. Esto sí que parece el fin de la carrera política de Aguirre.

Una larga carrera muy vistosa, marcada por momentos apoteósicos en contundentes controversias con sus adversarios, pero tocada por la sombra de la corrupción. Desde el origen mismo de su mando en un episodio de auténticos truhanes hasta el momento presente. Su defensa, sin embargo, ha sido siempre la misma: sí, ha estado rodeada de una turba de mangantes pero ella, personalmente, nunca se ha llevado un euro. Nunca. Confiesa su amargura por las traiciones, pero reafirma su integridad personal. Ella nunca se ha llevado nada, lo cual tiene su mérito porque, según algunos, es la única.

Aguirre tiene fuerza y personalidad y, cuando no suelta esas simplezas de neoliberal estilo mormón, mezcladas con el batiburrillo nacionalcatólico que tiene en la cabeza, dice cosas con cierta gracia. Por ejemplo, hace tiempo cargó contra las mamandurrias y hace poco proponía "acabar con las mentiras y los mentirosos". Teniendo en cuenta que su mandato ha sido el reinado de la mamandurria (incluida la de Carromero) y en donde se han dicho más mentiras que en una feria de ganado o un consultorio sexológico, cualquiera diría que se trata de un caso típico de "proyección". La dama acusa a los demás de lo que ella hace. Por supuesto. Eso es evidente, pero no explica por qué lo hace.

Mi hipótesis es que Aguirre no vive en la realidad sino en una ficción, en una obra teatral que se ha inventado. La divinidad, a través de San Miguel Arcángel o de San Isidro, la ha designado salvadora de Madrid y España como hizo con la doncella de Orléans. Falla algo la cuna pero el caso es en todo similar: Juana/Esperanza ha recibido la misión sagrada de rescatar el reino de los ingleses/la antiEspaña, dada la incompetencia culpable de un blandengue Carlos VII/Rajoy. Aguirre vive en su mundo y predica en él, sin reparar siquiera en el efecto de sus palabras. No escucha nunca salvo a sí misma.
Aguirre tiene temple dramático con vislumbres trágicos. Su cuñado, dramaturgo, podría convertirla en un personaje inolvidable de la farsa hispánica. Tiene la capacidad de agitación de Lisistrata, la ambición de Lady Macbeth, la perseverancia de Leonor de Aquitania, la indiferencia ante el desastre de los suyos de Hedda Gabler, la firme voluntad de vencer de Leni Riefenstahl y Ayn Rand. Y ella, a su vez, quisiera ser Thatcher. Con toques de Boris Johnson pero, definitivamente, the iron lady. Uno diría que hay un descenso, pero Thatcher también tiene su grandeza en su firme y evidente vulgaridad. Es la de la sociedad que la rodea; sociedad de clase media, sociedad civil de gente vulgar que no quiere líos ni se mete en ellos, que se gana la vida como puede y saca adelante a sus familias pero siempre de forma honrada. La áurea mediocridad, base sólida del poderío thatcheriano. Por eso resumía las especulaciones en la famosa fórmula de TINSTAAFL que decía con sonrisa cautivadora: There Is No Such Thing As A Free Lunch. "No hay comida gratis". Bueno, salvo que estés en algunos de los círculos de corrupción de la capital del Reino, el de los contratos troceados, el de las recalificaciones falseadas, los concursos amañados, las mordidas, las comisiones, los sobresueldos, los cursos ficticios, las subvenciones ilegales, las desviaciones de fondos, las tarjetas negras, la información privilegiada, los cabildeos y los choriceos. En tal caso te salen gratis las comidas, las bebidas, las dormidas y hasta los viajes al Caribe.

¿Ven el drama de Aguirre? Una heroina trágica que quiere identificarse con la dama de hierro y resulta ser de latón porque la sociedad de la que se ha rodeado no es la sociedad civil de Thatcher, sino el mercado de la Ópera de tres centavos. No es Margaret y Denis Thatcher sino, más bién, Polly Peachum y Mackie el navaja.

Este golpe en la imagen de Aguirre a seis días de las elecciones es la erupción del Vesubio para la Pompeya de sus ambiciones. Su defensa hasta ahora había sido que ella personalmente no se había lucrado con la corrupción, no se había llevado un euro. Ella no, pero su marido, sí, según parece. Ella no, pero su marido, la otra parte de la unidad familiar, la familia, sí. La familia ¿no es ella? Esa familia que Aguirre ha defendido siempre a capa y espada contra las hipotéticas amenazas del aborto y el matrimonio homosexual. Esa familia que, según Thatcher es lo único que hay entre el individuo y el Estado porque la sociedad no existe. Vaya Aguirre a Londres y pregunte cuántas veces hizo Denis Thatcher de cabildero entre Downing Street y Westminster.

Y actúe en consecuencia.

diumenge, 17 de maig del 2015

De la teoría a la práctica y otra vez a la teoría.


Deprimidos por los sondeos, los del PP se aferran a una campaña en las etéreas regiones de la teoría y las dulces promesas para el mañana. Estamos saliendo de la crisis. Cada día engorda el crecimiento del PIB en una o dos décimas. Al llegar el 24 estaremos creciendo por encima del 4%. Ya hemos perdido la cuenta de los millones de puestos de trabajo que van a crearse en 2016 y Rajoy confunde los impuestos que sube y los que baja; pero esto es costumbre.

Aguirre anuncia que representa los principios liberales más puros: la libertad, la propiedad, la justicia y supongo que la honradez. En reserva le queda lo de la superioridad moral y el cristianismo como vehículo de la libertad en Occidente. Pura teoría para no verse obligada a hablar de la práctica que, sin embargo, es lo que parece interesar a los votantes, esa chusma a cuya falta de juicio es preciso someterse cada cuatro años. Como si la unción providencial de la derecha no fuera para toda la eternidad.

La gente solemos estar más en los asuntos prácticos, los que afectan a nuestras vidas cotidianas. Los políticos suelen referirse a ellos como los problemas reales de los ciudadanos, pero no dan la impresión de conocerlos. Y es muy sencillo. Lo que queremos es que dejen de saquearnos, de estafarnos y robarnos. Rajoy sale a la calle en Palma de Mallorca y la gente lo abuchea y lo mismo le pasa luego en Oviedo, en donde los manifestantes le coreaban "Mariano, Mariano, no metas más la mano". Es la más afrentosa de las realidades prácticas para unos gobernantes literalmente anegados en la corrupción. La cruda realidad es la de una partida (o partido) de ladrones en el gobierno. No hay teoría ni promesa rosada que aguante la aparición de otra Gürtel en la alcaldía del PP de Alicante, en donde la alcaldesa Alonso, según la denuncia, podría haberse enriquecido escandalosamente a cuenta de supuestos procedimientos delictivos.

Esa práctica tan tozuda da al traste con todas los bellos anuncios del gobierno y sirve como base para otra elaboración teórica pero de la izquierda. La contundencia de Garzón, llamando a Rajoy presidente de un partido de ladrones no deja lugar a dudas. Esa es la fórmula teórica que resume tres años de absurdas disquisiciones sobre el neoliberalismo, las privatizaciones, el conservadurismo, la desmemoria histórica, la represión, los intentos de censura, el autoritarismo: partido de ladrones. De haber empezado por ahí, aun a costa de reconocer que en las propias filas de los acusadores hay algunos con la mano muy larga, habríamos ahorrado tiempo y paciencia. Aunque no dinero porque la corrupción, bien claro está, no cesa.

Rajoy se agarra más a la teoría y pide no "frivolizar" ni confiar en "tertulianos y comentaristas" es de suponer que en los adversos, aunque, tratándose de Rajoy, nunca se sabe. La política no es hablar. Es hacer. En su caso, también podría decir deshacer.

Ahí está, sin embargo, el más temible tertuliano, al que él llama "el Iglesias", con un toque de desprecio de señorito, retándolo a debatir y afeándole que no lo haga con la oposición. También Iglesias trae el bazooka teórico cargado, llamando "miserable con traje" a Rajoy a quien pide que deje de ser una maldita avestruz con la cabeza en el suelo, y dé la cara y venga a debatir. También muy cierto y contundente. Solo una pequeña precisión a favor de las avestruces: no son tan tontas como para esconder la cabeza y perder de vista al enemigo. La dialéctica teórica de Podemos apunta también al PSOE, al que acusa de copiota. Pura proyección porque esa es la acusación que cabe hacer a Podemos. ¿O no pide este el voto a los socialistas de corazón? Y ¿qué son los socialistas de corazón? Según parece, los del 82. Da para pensar quién copia a quién.

La teoría del PSOE sobrevuela este valle de lágrimas. La campaña es por las autonómicas y locales, pero se apunta a las generales de noviembre. En el corto plazo la suerte parece estar bastante echada. Quedan los altos porcentajes de indecisos a los que se quiere llegar con la teoría del "voto útil", sin perderse en mayores pendencias con el resto de los partidos. Estas elecciones son un alto en el camino importante hacia las generales. Un mitin monstruo en Valencia, con 12.000 asistentes, tiene este significado: una especie de primarias únicas de Sánchez contra Sánchez porque si el resultado del día 24 es malo para el primer Sánchez, ¿cómo va a sostener el segundo su candidatura a la presidencia del gobierno?
 
En el caso de C's, la teoría y la práctica se confunden. Todo el mundo echa pestes de ellos. Hasta ellos mismos. En próximas fechas van a depurarse de falangistas que, según dicen, se les han colado. Lo de menos es que sean falangistas, aunque no es carta de recomendación. Lo grave es lo que tiene de aviso del peligro de reclutar miles de aspirantes a cargos públicos en breve tiempo. Los de C's manifestarán de continuo una mentalidad positiva y positivista pero no pueden evitar la idea de que, al votarlos, se vota un partido de aluvión.

divendres, 15 de maig del 2015

La tiranía mediática de la corrala.


El imperio de los medios es atroz. Son muchos, sí; pero son más quienes pugnan por salir en ellos porque han aprendido la lección de que los medios, además de determinar el orden del día, son "hacedores de Reyes" (King's makers), hacen y deshacen carreras. Hay, pues, que estar en los medios. Y eso ¿cómo se consigue cuando hay tantos y tanta gente pidiendo audiencia? Sobresaliendo del guirigay general haciendo o diciendo alguna estridencia. Esto puede conseguirse con algún dislate, estilo Albert Rivera, del que las redes hagan luego chirigota. Nada se viraliza más que las chirigotas. Mortifican, pero hablan de ti y de eso se trata en campaña. Si dices cosas de sentido común, nadie te escucha.
La estridencia también consiste en hacer el ganso. Ayer el PP distribuyó unas fotos de Cifuentes, Rajoy y Aguirre pedaleando plácidamente por el Río. También corrieron por la red con los consabidos retoques de fotoshop, gracias a los cuales los tres aparecían, entre otras cosas, montados sobre tres animales del jurásico del tipo tiranosaurio. Pero también da igual. Lo bueno es que nos vean aunque sea haciendo el ridículo.
Lo que ya no es tan conveniente es que salgas a la calle con las manos en los bolsillos, a dar un paseo de lo más normal con tu amigo Bauzá, de Baleares, y te monten un escrache llamándote cosas feas como corrupto o amigo de Rato. Hay que controlar los medios.
Eso Aguirre lo hace de maravilla. Está siempre en primera y abriendo noticiarios. ¿Por qué? Porque sus estridencias consisten en atacar personalmente a sus rivales, Carmena y Carmona, siendo extraño que, con lo aviesa que es, aún no haya confundido de buena fe los apellidos. Pero lo primero es atacar. Con eso se consiguen dos cosas. En primer lugar, reducir el tiempo que dedica a defenderse a su vez de los ataques y, en segundo, obligar a los adversarios a perder el suyo en defenderse. Eso es lo que hace Carmena en una larga entrevista muy matizada, muy tranquila y en la que además, renuncia a atacar a su rival personalmente. Es una actitud muy digna que habla mucho a su favor, pero no sé si le garantiza tanta audiencia como las diatribas de Aguirre. Esta despacha las acusaciones con la habitual contundencia de quien tiene prisa por pasar al ataque. Pone en cuestión la integridad de Carmona y hurga en una supuesta herida moral de Carmena y su marido. Pero minimiza las cuestiones del suyo, dejándolas en faltillas, casi incorrecciones administrativas. Lo cual no es de extrañar para quien presenta la desobediencia a la autoridad y el hecho de llevarse por delante la moto de un agente  sin duda como medidas de agilización del tráfico de Madrid.
La que peor maneja los medios es Cifuentes. Está ahora en todos marcándose una defensa en el estilo que las malvadas redes llaman un "Ana Mato" o "Infanta Cristina" de yo no estaba cobrando en negro, no sabía nada y soy una víctima. Demasiado tiempo en la defensa; demasiado cuerpo fuera. No es creíble que no supiera nada. Si estaba contratada y recibía una nómina, ¿cómo no miraba la cotización de la seguridad social? ¿Era una nómina black? ¿Una nómina-jaguar?

dimecres, 13 de maig del 2015

Elecciones: un tándem de cine.

En las próximas elecciones en Madrid se presentan dos mujeres del mismo partido que gustan de fotografiarse juntas, subrayando la idea de formar una especie de tándem con una clara intención de transmitir un mensaje de coordinación y estabilidad por común militancia. Un tándem de cine. De qué cine está por ver. A veces recuerdan algo "Con faldas y a lo loco" (Some Like It Hot) y todo el problema sería repartir entre las dos candidatas los tres papeles de Marilyn Monroe, Tony Curtis y Jack Lemon. En las redes hay malvados que las presentan como las dos niñas de El resplandor, lo que quizá sea un tanto excesivo.

En todo caso hay algo que las distingue de casi todos los demás candidatos: la veteranía. Los otros pretendientes vienen casi in albis. Ellos sí son candidatos en sentido propio, pues visten la túnica cándida. No traen equipaje, ni historia. Algunos se presentan por primera vez en su vida a algo. Otros quizá hayan ocupado algún otro puesto o cargo en el pasado, pero no son propiamente políticos profesionales. No lo es Carmena ni siquiera Gabilondo, a pesar de haber sido ministro del PSOE que lo era, como sigue siendo hoy, independiente. Es decir, aquí hay diez primerizos, a algunos de los cuales casi no los conocen ni los suyos y dos veteranas archiconocidas con una larguísima experiencia en puestos de gestión pública, sobre todo la sandunguera señora Aguirre a quien, habiendo sido casi todo, ministra, presidenta del Senado, de la Comunidad de Madrid, ya solo queda ser alcaldesa y cardenal primada de España, aunque eso lo tendrá más difícil.

El tándem es de cine porque coincide con el meollo del discurso electoral del PP: ojo a las ocurrencias, las improvisaciones, los conejos de la chistera, las aventuras y los adanes, por sintetizar el jardín metafórico del presidente. No tiréis por la borda lo mucho conseguido y nada de poneros en manos de inexpertos. Hay que confiar en la experiencia, la estabilidad, la responsabilidad de quien lleva años al frente de los gobiernos y sabe lo que hace y lo que se trae entre manos.

Vale. Por eso el PP propone de candidatas a dos veteranas funcionarias del partido que han pasado toda su vida laboral trabajando para este, bien en su organización interna, contratadas por él aunque, como en el caso de Cifuentes, a veces haya sido presuntamente con procedimientos ilegales y en régimen de economía sumergida, bien en cargos representativos. No deja de tener gracia que se presente a guardiana de la ley quien comenzó por saltársela. Pero esto no parece ser óbice en el país de José María el tempranillo. Ahora, las dos mujeres piden el voto para acabar con la corrupción y regenerar Madrid, lugar en el que su partido lleva veinte años gobernando con mayorías absolutas. O se refieren a la corrupción de la corte visigótica o habrán de admitir se trata de la que ellas alimentaron, o ignoraron, o fingieron ignorar mientras gobernaban. Sobre todo Aguirre. De forma que es lícito preguntarse si, a pesar de su veteranía, las dos saben qué se traen entre manos.

En el caso de Cifuentes sí parece, aunque, a la vista de su ejecutoria como delegada del gobierno en Madrid, da miedo lo que pueda estar tramando. Su política de orden público, muy respaldada por el ministerio del Interior, ha sido represiva, autoritaria, hostigadora de la ciudadanía, punitiva y escasamente respetuosa con los derechos civiles y las libertades públicas. Miedo da con una Consejería de Presidencia y Justicia que lleva también asuntos de interior a su disposición. Y su programa está muy claro. Lo dijo en el debate de la televisión: libertad de elección. O sea, privatización de servicios públicos. Quien quiera educación, sanidad, etc., que se los pague de su bolsillo.

Decir que Aguirre sabe lo que se trae entre manos es mucho más aventurado. Su casi interminable mandato en la Comunidad de Madrid ha dejado un panorama terrible: tiene decenas de colaboradores o cargos bajo su responsabilidad en la cárcel o rodando por los juzgados como robagallinas compulsivos. Le han sacado a relucir tramas y fraudes rocambolescos derivados o relacionados con contratos de su gobierno en donde, al parecer, el que no trincaba comisiones, pillaba sobresueldos, enchufaba a recuas de parientes o quería modificar el régimen fiscal aquí o allá en beneficio propio o de sus allegados. Un panorama tremendo que tiene a los juzgados echando humo y a los medios pasmados de cómo se lo llevaba crudo el personal. Pero la señora Aguirre no sabía nada. Y menos mal que no salió una operación bajo su directa influencia, pero que parecía ideada por un comité de gangsters presidido por Al Capone de instalar una especie de Sodoma y Gomorra del ludocapitalismo en Alcorcón. ¿Puede decirse que alguien así sepa lo que se trae entre manos?
 
Es un tándem de cine, pero más al estilo de Pili y Mili.

diumenge, 10 de maig del 2015

¿Qué importa más, la cara o el alma?


El diario Público.es trae hoy los resultados de una encuesta de Idea Nomina Data sobre grado de conocimiento de los candidatos a la alcaldía y la Comunidad de Madrid así como de los dirigentes de los partidos por un lado y su valoración ciudadana por el otro. Son dos cosas muy distintas y están llenas de enseñanzas. Con el batacazo que se han dado los sondeos en el Reino Unido, las encuestas no viven su mejor momento. Esta de Idea, sin embargo, no lo es de intención de voto en donde, por lo que se ve, la gente miente más que de costumbre, sino sobre conocimiento y valoración. Los resultados parecen razonables, coinciden con lo que casi todo el mundo piensa y quizá sirvan para explicar el resultado final el 24 de mayo.
 
El pleno conocimiento lo consiguen quienes no garantizan el pleno empleo: Rajoy y Aguirre, seguidos muy de cerca por Pablo Iglesias y Rosa Díez. Los cuatro más conocidos y los peor valorados. Que la gente te conozca no quiere decir que te aprecie. En los 90% se encuentra también Sánchez, aunque su puntuación, sin ser tampoco aprobado, sube un poco más a un 4,6. De todos los valorados solo aprueban Carmena en el Ayuntamiento, Gabilondo en la Comunidad y Rivera como líder de partido.  La posición más sólida parece la de Gabilondo pues une el aprobado (5,3) a un grado de conocimiento respetable de 75,0%, once puntos por debajo de su rival, Cifuentes, que, sin embargo está nueve décimas por detrás en valoración ciudadana. Muy notable el caso de Carmena, con una nota alta de 5,3 pero con un grado de conocimiento muy bajo, de 37,9%, solo por encima del de Begoña Villacís, de Ciudadanos, el otro partido emergente.
 
El caso ganador por excelencia es el de Albert Rivera que, con un grado de conocimiento muy elevado, del 82,2% obtiene la nota más alta, de 5,7 para asombro general. Es como un nuevo Lohengrin, caballero del cisne, que viene a liberar a la dama democracia de su triste sino a manos de la corrupción.
 
El caso perdedor, el de UPyD, cuyos candidatos ya ni salen en las encuestas. Como tampoco sale la candidata de IU a la Alcaldía de Madrid. Ay de los vencidos. Empiezan por desaparecer. El otro candidato de IU, pero a la Comunidad, tiene una puntuación aceptable, de 4,6 pero un  porcentaje de conocimiento muy bajo, del 27,8% ; más que los dos casi desconocidos de Podemos y Ciudadanos, que están algo por encima del 14%. Pero estos son también emergentes y es de suponer que sus votantes los votarán por el partido, aun sin saber quiénes son, mientras que los votantes de García  Montero ya no saben de cierto si votan a IU y a cuál de ellas. Su candidatura, como la de Carmona, del PSOE, al ayuntamiento son candidaturas bastante planas.
 
Aquí la pelea va a estar entre Carmena y Aguirre en el ayuntamiento que entre las dos se comen a Carmona, y Gabilondo y Cifuentes en la Comunidad en una lucha muy desigual y muy desfavorable a Cifuentes. En cuanto a los partidos, entre Podemos y Ciudadanos, que tienen establecido un pugilato especial entre ellos, un pugilato mediático, entre caras y espíritus.

divendres, 8 de maig del 2015

La cosecha de la soberbia

Vendieron la piel del oso antes de cazarlo. Suele pasar con los cazadores bisoños, faltos de experiencia y de modestia. Afirmaron que iban a asaltar los cielos y no sabían en dónde pisaban en la tierra. Sobrevaloraron sus fuerzas y, sobre todo, se sobrevaloraron a sí mismos. Henchidos de soberbia académica, hablando una jerga pretenciosa que nadie entendía y menos que nadie ellos mismos, se permitieron el lujo de despreciar todo lo que no fueran ellos, especialmente, la solidez y la tradición de la socialdemocracia. Si esta quería tener alguna chance, tendría que girar 180º, según dictaminaba un ensoberbecido Iglesias, convencido de representar el giro copernicano de la izquierda.

Al fin y al cabo, estaban seguros de que, una vez expuestos en toda su gloria, gobernarían el país.

Para gobernar hay que ganar elecciones y, tras los primeros escarceos, decidieron que ganar era, no el objetivo prioritario, sino el objetivo único. Y si, para ganar, había que limar las aristas del programa y rellenarlo de ambigüedades, imprecisiones y disimulos, se hacía. Al fin y al cabo, la gente es tonta, sigue al caudillo sin parar mientes en el discurso, se le puede colocar el que se quiera, da igual. Las elecciones se ganan saliendo mucho en la tele sin que importe lo que se dice.
Se crecieron con el resultado de las elecciones europeas, sin caer en la cuenta de que es engañoso, no extrapolable porque la gente vota según le viene el capricho, pues cree saber que vote lo que vote, no cambiará nada. Las elecciones andaluzas ya les rebajaron esas ínfulas de falsa modestia que lucían en las teles. Los sondeos ahora siguen apuntando a su verdadera dimensión electoral: la de la IU en los tiempos del inefable Anguita.
En algunos lugares pueden salvarse de la quema. Pero no será por ellos. Por ejemplo, en Madrid, Manuela Carmena seguramente tendrá muy buen resultado. Pero por ser ella, Manuela Carmena, a sus más de setenta años, que viene a sacar las castañas del fuego a esta cuadrilla de neófitos pretenciosos que hablan de relevo generacional. Y porque su contrincante en la izquierda, Antonio Carmona, solo hace el payaso.
La marca Podemos puede sacar algo en Aragón por el carisma de su candidato y poco más. Ya veremos, incluso, si es relevante a la hora de las coaliciones o, como en Andalucía, solo sirve para decir "no".
Es poco probable que los dirigentes, ciegos de vanidad y presunción, revestidos de cursilería y falsa modestia, corrijan su rumbo. Ellos no se equivocan nunca. Son los demás los que lo hacen o, quizá algo peor, los que los boicotean y linchan sin parar. Porque suficientemente claro lo han dejado ya: toda crítica a Podemos está movida por la envidia, el rencor, la traición, el lacayismo al enemigo, etc., etc.
Vale, los críticos seguiremos criticando porque es nuestro derecho frente a una oferta que afirma venir a cambiar nuestras vidas, pero no tolera que se le pongan objeciones. Es nuestro derecho y nuestro deber. Ha habido mucha gente, incluidos muchos críticos, que creímos al principio en el discurso de la nueva izquierda genuina no contaminada de la dejadez socialdemócrata y el dogmatismo comunista, solo para encontrarnos algo después con que era el engaño de siempre, el revenido revanchismo comunista contra la socialdemocracia con el agravante de intentar plagiarle el nombre como han plagiado lo demás. En donde hay un engaño, hay un engañador y Palinuro, siguiendo el consejo de Sócrates, preferirá siempre ser engañado a engañar. Pero, una vez descubierto el engaño, ya no se calla.
Los avispados dirigentes, que quieren ganar a toda costa, podrán seguir embriagándose con los aplausos de la legión de conversos y tránsfugas que los rodean. Esos que siempre encuentran alguna justificación para lo que en su fuero interno, les repugna. La vida es corta, qué caramba y, hartos de ser minoritarios, estos mutantes se han pasado a los que, en un primer momento, creyeron unos ganadores natos, con ánimo de sacar tajada, de sentirse parte de un  triunfo o de que los fementidos sociatas por fin muerdan el polvo. Todos motivos muy nobles.
No hay tales ganadores y ya veremos si la organización llega a noviembre. Pero los conversos seguirán aplaudiendo.
No tienen otra salida. Bueno, esa y el mérito de propiciar más gobiernos de la derecha.

dimecres, 6 de maig del 2015

Le temps des cerises.

Las elecciones del próximo 24 de mayo serán en pleno tiempo de las cerezas. En algunos lugares ya habrán empezado a recogerse. Le temps des cerises, le temps des promises, el tiempo de las promesas. Todos los partidos están haciéndolas. Preparando sus programas, como primorosos cestos de guindas, adornados con ramitas. Cerezas rojas, brillantes, tersas, que están pidiendo "¡comedme!", "¡creedme!".

Podemos acaba de presentar su programa para las elecciones autonómicas. Razonado, bien expuesto, con muchas ideas, más sosegado de lo que se esperaba. Dicen que por eso hizo mutis Monedero. Puede ser. En todo caso, el programa ahí está, abierto al público en la red. Buen golpe.

Los demás hace tiempo que presentaron sus cestos de cerezas y promesas para las autonómicas y municipales. Aunque no estoy muy seguro de haber visto los de las autonómicas de Ciudadanos y el PSOE. Pero serán como los otros, repletos de promesas. Todas muy razonables y sensatas. El tiempo de las cerezas. Con las cerezas, las ramitas. García Montero dice que hace falta una izquierda clara porque las otras deben de ser oscuras. Los de Ciudadanos enarbolan el orgullo de ser españoles y catalanes. Los del PSOE van a devolver a la gente los derechos que ellos mismos ayudaron a quitarle. Y los del PP van a consolidar la prosperidad de España a través del crecimiento porque a todo el mundo le va estupendamente con una Samsung, es de esperar que adquirida sin pagar comisiones o sobresueldos.
 
Pero todos los cestos contienen cerezas, dulces promesas. El problema no está en las promesas sino en su cumplimiento. Así que, en lugar de aburrir al auditorio tratando de conseguir un crédito del que se carece porque uno es un bellaco, ¿por qué no hacen una declaración notarial especificando que, de no cumplir las promesas en tiempos tasados, dejarán el poder?
 
Bueno, estas cerezas de hoy están cultivadas con plaguicidas y otros productos. No son como aquellas otras de hace 144 años, las que enrojecieron  en la semana sangrienta de mayo de 1871. Eran otros tiempos.
 
J'aimerai toujours le temps des cerises
C'est de ce temps-là que je garde au cœur
Une plaie ouverte!

divendres, 1 de maig del 2015

Despegue y aterrizaje, los momentos más difíciles.


Ayer hubo dos bajas sonadas, la de Monedero en la dirección de Podemos, y la de García-Abadillo en la de El mundo. Sonadas, pero no con igual intensidad. La de Monedero por dimisión a petición propia; la de García-Abadillo por destitución, ya veremos si con despido o no. La de Monedero acaparó primeras, lo hará en las de hoy, suscitó declaraciones y reacciones; la de García-Abadillo pasó con pena pero poca gloria. Curioso. Hace escasas fechas, los mentideros se hubieran agitado: después de Pedro J., destituido diz que por presiones del gobierno, la de su sustituto y segundo felón. ¿También por presiones del gobierno o por cálculos empresariales? El periódico no despega. Ya veremos si el nuevo lo consigue. En todo caso está claro que, si lo mediático condiciona lo político, lo político domina lo mediático. La noticia fue Monedero; no García-Abadillo. Además, si Pedro J. sigue siendo Pedro J., a lo mejor hasta le ofrece un empleo en El Español.

La dimisión de Monedero dará lugar a todo tipo de juicios, positivos, negativos, favorables, desfavorables, propios, ajenos, de los mismos interesados, todo lo cual será interesante de considerar pero, a la hora de plantearse su impacto sobre la situación política, es indiferente. Vamos a la dicha situación:

Para las próximas elecciones autonómicas y municipales, la derecha se presenta dividida en dos opciones muy nítidas, PP y Ciudadanos. Al margen de mil consideraciones que se encuentran por todas partes sobre si C's es o no es, si al PP se lo come la corrupción o si, etc., etc., parece razonable pensar que C's recogerá mucho voto transversal y pondrá un dique a lo que los politólogos llaman la la volatilidad entrebloques a cambio de aumentar la volatilidad intrabloque. En resumen, el votante de la derecha tiene dos opciones razonables para votar, distintas, pero no diferentes. Es inteligente. Conviene tener una alternativa porque, si las cosas se ponen muy ásperas con una sola opción, la alternativa es la abstención. La derecha presenta algo parecido a un frente con bastiones compartidos. Por ejemplo, Cataluña. Posición óptima de despegue de un aparato con dos motores que funcionan al unísono.

¿Y la izquierda? Posición de despegue pésima para un aparato con tres motores desacompasados.

Al margen de lo que se decía más arriba, la dimisión de Monedero en uno de los momentos más duros del partido hace mella. De entrada, el triunvirato original está mellado. Y el triunviro que se va es el encargado del programa, nada menos. Así toma cuerpo la idea general de que en Podemos hay una fractura (las "dos almas"), probablemente más, de la que la organización, muy celosa en su política comunicativa, apenas informa. Fractura es crisis. La pésima gestión que se ha hecho de las candidaturas a las municipales, sin conseguir librarse de las incomprensibles peleas internas de IU, han mermado mucho su apoyo electoral. Su peregrinación a la Meca anguitiana en la guerra de los derviches contra el procaz PSOE está restándole el que le quedaba. Si votar a Iglesias es votar a Anguita, el elector racional, es de suponer, votará a Anguita, o sea, de nuevo a IU.

Quizá de ese modo IU recupere algo del apoyo electoral que empezó a perder a chorros con el efecto sifón de Podemos. Serían votos migrantes que acudirían a las siglas IU porque, si empezasen a preguntar de qué sectores, tendencias o grupos de IU estaba hablándose, a lo mejor se arrepentían. A lo largo del proceso de precampaña electoral, IU ha estado escenificando su suicidio. Al gori gori de la presunta defunción ha venido a añadir un toque romántico el inefable Anguita, que es como el fantasma de Canterville de IU. Llevaba quince años sin dar un mitin y reapareció en las elecciones andaluzas a decir a su auditorio que votara a Podemos pero no al PSOE.

A su vez, el PSOE parece el negociado de asuntos de trámite. Atacado por las dos otras izquierdas, equiparado a su adversario que lo ningunea y lo desprecia a partes iguales, lleva una plácida existencia, presentando peticiones de comparecencia de auténticos pillastres cogidos con las manos en la masa que son sistemáticamente rechazadas. Dicen que Pedro Sánchez va a echarse a esos caminos de España, a participar en multitud de actos electorales en pro de los candidatos locales y también para darse a conocer, porque estas elecciones se leerán como signo de su idoneidad para encabezar al partido en las elecciones generales. Su liderazgo, vamos. O sea, las elecciones autonómicas y locales son como un preludio de las primarias. Asuntos domésticos con varios hipotéticos candidatos velando armas.

Así pues, un aparato de tres motores que funcionan cada uno a su aire. No es la posición óptima para el despegue. Por eso, ¿no estaría puesto en razón tratar de acompasar en algo los motores? Por ejemplo, las tres fuerzas podrían comprometerse sin desdoro para la pureza de sus principios a considerar prioritarias todas las posibles alianzas que puedan hacer las izquierdas tras el resultado electoral. Dicho sea sin ánimo de ofender a nadie. En último término, los votantes, seguramente en mayoría de izquierda agradeceríamos que los dirigentes dejaran de disfrazar sus manías y ambiciones personales con disquisiciones teóricas de las que, en fondo, no saben nada. 

(La imagen es una foto del Gobierno Federal de los Estados Unidos en el Public Domain).

dilluns, 13 d’abril del 2015

El voto de los "normales".

Rajoy es muy aficionado a esta imaginería de "la normalidad" y, en el escaso vocabulario que maneja un hombre tan limitado intelectualmente, términos como "normalidad", "previsibilidad", "hombre corriente", "como Dios manda" y simplezas análogas ocupan un gran espacio. Es el discurso taimado y desconfiado del palurdo que cree saber qué ocultas intenciones traen siempre los demás y presume de que a él no se la dan. ¡Pues no es él avisado ni nada! ¡No ha jugado miles de partidas de tute en el casino del pueblo! ¡No sabe él de qué pie cojea cada cual! Precisamente el resultado de tanta perspicacia y retranca consiste en presentarse a sí mismo como un "hombre normal" siendo así que se tiene por intuitivo agudo, capaz de ver las auténticas intenciones de los otros, por mucho que quieran ocultarlas.

¡A él van a venirle con ocurrencias, conejos en la chistera, adanismos, demagogias y vanas promesas! ¡Pues no es largo el "normal" pontevedrés! A ver: todos esos demagogos populistas que surgen como las setas, prometen lo imposible y dejan luego tirada a la gente. A diferencia del hombre "normal" y "previsible", como él, el que habla al "hombre de la calle",  Juan Español, porque lo entiende, porque es como él.

Tiene razón Rajoy. Es un hombre normal... en España, en donde lo normal es que la gente grite "¡vivan las caenas!" y los intelectuales mantengan "lejos de nosotros la funesta manía de pensar". Un país en el que los gobernantes sacan la pistola cuando oyen la palabra cultura. Un país que considera patrimonio cultural y arte sublime una fiesta cruel, estúpida y sanguinaria en la que se asesina a un animal indefenso para regocijo de algunos "normales". Uno que votaría a Belén Esteban la tercera en una competición a la presidencia del gobierno. Uno que se deja expoliar por los curas que, además, ubusa de sus niños. Uno que vota a millones a los herederos ideológicos de un dictador genocida y que se deja robar por ellos a manos llenas.

En ese país "normal", Rajoy es, desde luego, un hombre "normal": miente siempre; incumple su palabra (de hecho carece de ella); engaña cuanto puede; cobra dineros presuntamente ilegales en concepto de sobresueldos inmerecidos; rechaza dar explicaciones de sus actos; se esconde del público; se niega a dar conferencias de prensa en directo y abierto y se oculta detrás de pantallas de plasma; no habla ninguna lengua civilizada (ni siquiera el español) y, en consecuencia, no se entera de lo que le dicen; gobierna por decreto; es amigo, compadre y sostén espiritual de los ladrones de su partido;  solo lee el Marca y solo se distrae con el fútbol.

Tiene razón el presidente, convertido en ectoplasma: hay que votar a los suyos porque son gente "normal": son igual de granujas, mangantes, embusteros, cínicos, abusones y estúpidos que su gobernante. Forman un equipo compacto al que llaman Partido Popular pero que, según todas las apariencias, no es más que una asociación de malhechores.

Y el razonamientto "normal" del hombre "normal" no puede ser más "normal": lo mejor que cabe hacer aquí es votar a la banda de malhechores por si los votantes pueden pillar algo de lo que aquellos roben. 

Los demás ciudadanos, los que no votan a los mangantes y sinvergüenzas, los que pretenden que el gobierno no sea cosa de ladrones, los que quieren defenderse y garantizar las libertades, los derechos y  la honradez pública, somos ... anormales.

divendres, 10 d’abril del 2015

Otro envidioso, enemigo de la verdad y la luz.


Desde el comienzo de este nuevo ciclo político, Palinuro viene diciendo que lo único que conseguirá Podemos será destruir IU. Curioso que quienes nacieron con la más o menos obvia intención de destruir el PSOE se hayan cargado otra organización que también tenía el mismo objetivo. Desde, entonces, en efecto, Podemos ha venido creciendo a costa de la organización de la "verdadera" izquierda, de la que, por lo demás, proceden bastantes de sus dirigentes. A ello ha contribuido en no poca medida la propia IU que, enfrentada a un peligro de desaparición por absorción se ha dedicado a lo que hace de forma inmejorable: las rencillas, broncas internas, expulsiones, escisiones y purgas como en los mejores tiempos del añorado estalinismo. De esa forma se camina a banderas desplegadas hacia la revolución mundial, unitaria, por supuesto.

Cuando los estrategas de IU se dignaron tomar nota de que surgía una nueva formación de no menos "verdadera" izquierda que, en el fondo, era su adversaria, cometieron el error de todo principiante: despreciarla, ningunearla, sostener que era marginal y "friky", como si ellos fueran el centro del planeta. Un mes más tarde, los "frikies" eran los amos de la izquierda "transformadora" e IU tenía que pedir árnica tras el revolcón. El árnica llevaba un curioso nombre de fábrica: se llamaba convergencia. Dos fuerzas de "auténtica" izquierda no podían dividir el voto progresista tan irresponsablemente. Había que unificar fuerzas para desplazar al neoliberalismo con sus dos peludas patas, el PP y el PSOE. Había que forjar la unidad de las izquierdas que IU llevaba en el nombre. Era preciso que la orilla fetén de la pintoresca teoría anguitiana de las "dos orillas", no se fragmentara.

Pero la convergencia era una mala fórmula para Podemos porque, aunque sus dirigentes procedieran del comunismo y de IU, tenían la inteligencia suficiente para darse cuenta de que toda proximidad con el comunismo sería electoralmente peligrosa. Algún asesor con algo de idea les había hecho ver que los comunistas no han ganado una sola elección democrática plena en ninguno de los 190 países del mundo en cien años y, cuando han llegado al poder, ha sido por la fuerza de las armas. En consecuencia, con esta ejecutoria, los de Podemos, obsesionados con la tradición de perdedores de la izquierda y neuróticamente anclados en la necesidad de ganar, vieron que la convergencia con sus antiguos compañeros de fatigas, los comunistas de IU, sería suicida y acudieron a todo tipo de pretextos para no coincidir bajo ningún concepto con aquellos perdedores natos. Su modelo era Grecia, en donde un obediente partido comunista, el KKE entiende que su función es presentarse a las elecciones y perderlas con el 2% de los votos solo para que Syriza pueda ganarlas haciendo olvidar el pasado comunista de muchos de sus dirigentes. Un engaño, sí, pero de intenciones nobles, como suelen emplear los jesuitas.

Pero España no es Grecia y los comunistas españoles y sus amigos viajeros de IU no estaban dispuestos a interpretar el rol que les asignaba la obra de perdedores resignados para mayor gloria de Podemos y se empeñaron en converger. Los frikies de ayer eran la anhelada pareja de hoy. Podemos se resistía y, en parte, por eso no quería presentarse a las municipales. Pero la presión convergente era muy fuerte y pocas las razones para no hacerla: mismos principios, mismas ideas, afinidades electivas en ambas partes, pasados comunes, lazos de familia y hasta sentimentales. Imposible no converger. Y, al final, después de perder casi todo su electorado, parte importante de IU se desgajó del bloque "oficial" y se abrazó a Podemos con el abrazo del oso... moribundo. 

La otra parte, con más bronca interna que nunca, decidió concurrir por su cuenta pero dejando claro que lo que anhelaba era la convergencia para construir la alternativa de la verdadera izquierda transformadora que substituirá al neoliberalismo rampante y su valet de chambre, la socialdemocracia traidora. Podemos responde que nadie quiere una unidad de la izquierda sino una unidad popular, que es lo mismo pero no es lo mismo, etc., etc., o nueva muestra de enrevesado jesuitismo de estas nuevas gentes no tan nuevas.

Al final, el panorama de las municipales queda como el cubo de Rubik manejado por un mandril: en unas ciudades Podemos va a las municipales en confluencia con ganemos, con o sin adhesiones de IU; en otras va en alianza con IU sin Ganemos ni perdamos. ¿Por qué en unos sitios se converge y en otros, no? Nadie lo sabe y, menos que nadie, los famosos círculos de los que los jefes hablan pero jamás convocan si no es para expulsarlos en masa, como acaba de suceder en una provincia de Andalucía. 

Una IU arrastrada por el carro del vencedor como Aquiles arrastraba el cadáver de Héctor habla ahora de "arrogancia" de Podemos. La que ella tuvo cuando pudo ejercerla y con el aplauso de todos los mutantes de IU que, que después de vivir la dolce vita en la organización, habiéndose pasado de carro en mitad de la carrera , ejercen ahora de furibundos conversos en contra de sus antiguos camaradas de toda la vida y, sobre todo, de los observadores críticos que ponen de relieve estos tejemanejes y, en el colmo de la impudicia, se los toman un poco a risa.

No es para menos. Como va viéndose poco a poco. La arrogancia de Podemos puede convertirse en llanto y crujir de dientes en las próximas elecciones de mayo si llegan a ellas. Tres motivos, entre otros, parecen explicativos aquí. Palinuro los enuncia y promete desarrollarlos en sucesivas entregas de este pintoresco culebrón:

1º) Enfrentamientos internos entre el grupo mayoritario (bolche) y el minoritario (menche). Los "menches" son los aguerridos trostkistas de siempre de Izquierda Anticapitalista, verdadero pilar de Podemos y, al mismo tiempo su carcoma, como tiene por costumbre y ya está mostrando.

2º) Descenso de la valoración popular después de una sobreexposición mediática de los líderes que, además de producir hartazgo generalizado, ha puesto de manifiesto sus carencias de todo tipo. Pregunten en dónde están los aclamados académicos que no ha mucho respaldaban las más verbeneras propuestas de Podemos.

3º) Por curioso que pueda parecer, la aparición de Ciudadanos, además de letal para UPyD y muy peligrosa para el PP, también lo es para Podemos, a quien viene a arrebatar un buen pellizco del voto de los ni-nis de izquierda y derecha, como se ha probado en Andalucía. La respuesta crispada de Podemos es sintómatica. En un alarde de ingenio, Pablo Iglesias dice que hay que diferenciar el cambio (el suyo) del recambio (el de C's). Con la misma razón, o más, puede decírsele a él que hay que diferenciar entre el  cambio (IU)  y el recambio (Podemos).

A todo esto es casi milagroso cómo el resultado final de este confuso guirigay de pocos vuelos, esta turbamulta de quítate tú para que me ponga yo, deja incólume y en buena perspectiva al único partido de izquierda, el PSOE, al que todos los demás quieren destruir, el PP, IU y Podemos. 

Si lo hacen a propósito  no les sale mejor.

dilluns, 6 d’abril del 2015

Rajoy y el obispo.

¿Qué mejor broche de oro para cerrar la semana santa que con tanta devoción como entusiasmo ha celebrado el pueblo español que resucitar a Cristo? Así debió de pensar el Obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, cuando redactó el artículo El sepulcro vacío de Jerusalén, ayer en  Infocatólica. ¿Qué conmemoramos el domingo de Resurrección? Pues lo que el nombre indica, responde monseñor, recién retornado de una peregrinación al Santo Sepulcro y henchido de fe evangélica: la resurrección de Jesús. Pero, ojo, insiste el prelado, no la resurrección en sentido metafórico como admiten hoy muchos doctores de la Iglesia, inducidos a error por el espíritu científico de la época, sino la resurrección real, tangible, verdadera. La reencarnación, en una palabra. Y la aparición en carne y hueso a los discípulos, nada de ilusión o alegoría. Si los doctores dudan solo tienen que alargar la mano, como Tomás, y tocar las llagas.
He aquí un interesante tema para añadir a las clases de religion en los colegios como complemento y parcial rectificación de las de biología: algunos seres vivos no mueren del todo sino que, al cabo de un tiempo, resucitan y suben al cielo por su propio impulso. En algún otro caso que suele olvidarse por desidia y abandono, como el de la Virgen, también resucitan. La resurrección no es un asunto reservado a los hombres. Participan de él igualmente las mujeres, como recuerda el obispo a fuer de avanzado, feminista y partidario de la igualdad de género. Lo de la ascensión a los cielos ya es otro cantar. La virgen no asciende por su propia fuerza sino que es asunta, cosa lógica pues la iglesia no practica un igualitarismo radical y absurdo, ignorante de que las mujeres necesitan siempre una ayuda... a menos que sean del PP en donde, según Cospedal, se valen por sí solas.
Algunos son escépticos respecto a las aseveraciones del obispo Munilla. Víctimas del positivismo y el racionalismo del siglo ven con incredulidad la figura histórica de Cristo y, cuando se trata de admitir no ya solo que el personaje haya nacido sino que haya renacido, la incredulidad se convierte en sarcasmo. Pero los seres humanos somos imprevisibles. Muchos de quienes dudan o incluso niegan el milagro de la resurrección de Cristo creen a pie juntillas en la de Rajoy, bastante más improbable.
De regreso de las correspondientes meditaciones y mariscadas de semana santa, el presidente viene dispuesto a avocar todo el proceso electoral que se avecina y se lo anuncia no a los apóstoles, sino a los 600 miembros de la Junta Directiva Nacional. No enviará emisarios a los territorios en pugna sino que los visitará él en persona, uno a uno, para animar el espíritu de los decaídos votantes del PP. Encabezará la campaña en todas partes, como hizo en Andalucía. Los escépticos y aguafiestas temen un resultado de la segunda llegada de Rajoy, a modo de parusía, todavía más catastrófico que el de la primera.
Debilidades y temores de gentes sin fe como la del obispo Munilla y sin carácter ni energía. Rajoy está, en cambio, pleno de vigor y determinación, seguro del mensaje que va a transmitir, el de la recuperación de la crisis gracias a los sacrificios de este noble pueblo. Tiene confianza en sí mismo y, aunque su valoración popular sigue siendo la más baja de todos los políticos de toda la segunda Restauración, está convencido de ser capaz de "dar a vuelta a las encuestas".
Solo necesita que sus colaboradores inmediatos, los barones, los alcaldes que se enfrentan a unas elecciones difíciles crean, confíen en él. Pero no parece ser el caso. Los interesados, Aguirre, Fabra, Monago, etc, prefieren hacer eso que se llama "campañas personalizadas", centradas en sus figuras y nombres y dejando en la penumbra el de su superior jerárquico, Rajoy, que huele a resucitado y el de su partido, que suena más en las salas de los juzgados que en los mítines políticos. Toman ejemplo de Susana Díaz quien enfocó su campaña envolviéndose en la bandera de Andalucía e ignorando cuanto sucediera al norte de Despeñaperros. Pero no es seguro que lleguen a la perfección de dejar a Rajoy de telonero, como hizo la andaluza con su flamante secretario general. Rajoy manda mucho en el PP y ha sido él quien nombró a todos los candidatos y quien puede desnombrarlos como vino a hacer con el hoy semiproscrito Ignacio González.
Pero justamente esa inevitabilidad de la presencia del resurrecto Rajoy, luego de la humillante derrota andaluza, puede ser el golpe de gracia para las expectativas electorales del PP en especial en las Comunidades Autónomas en las que los sondeos auguran resultados modestos.
Como dice el obispo en su artículo, la resurrección de Cristo no puede interpretarse fuera del orden físico, y es inadmisible la negación del hecho histórico sucedido en el sepulcro vacío de Jerusalén. Difícil de creer, ¿eh? Pues no digamos la de Rajoy.

diumenge, 5 d’abril del 2015

Ruedan cabezas... de turco.

La derrota. Qué amarga es la derrota. Se pierde aquello por lo que se luchaba y empieza la bronca en casa. Hay que conformarse con menos y se inicia la búsqueda de culpables del desastre. Mal asunto, porque es fuerza encontrarlos dentro. Hacerlo fuera es absurdo. Desde luego, el culpable externo de la derrota propia es siempre el adversario, pero carece de sentido condenarlo por ello. Al contrario, lo elegante es felicitarlo, pues ha triunfado. Los culpables se buscan en el interior, en los traidores, quintacolumnistas, derrotistas y hasta tibios. Suelen ser cabezas de turco. En los partidos este comportamiento es tan seguro que parece un guión.

El mayor derrotado en Andalucía, el PP, vive horas convulsas. En su interior se cruzan propósitos avinagrados. 17 escaños y medio millón de votos perdidos son una bofetada al candidato y a Mariano Rajoy y su gobierno, que lo apoyaron y hasta hicieron la campaña para y por él. Eso los resultados. Tomadas como sondeo, con una muestra de cuatro millones de votantes, las elecciones andaluzas auguran un mayo aciago. Una derrota sin paliativos. Y, no pudiendo admitir que los culpables sean Rajoy y su gobierno, pues no podrían sustituirlos en menos de dos meses, se buscan cabezas de turco. Cospedal, Aguirre, cabezas de turca. Pero de turca belicosa. Aguirre quiere ser califa en lugar del califa y Cospedal ya está señalando la puerta de salida al pobre Bonilla. Habra que darse por contentos con este turquillo. La derecha aborrece la desunión y la fragmentación. Rajoy lo entiende muy bien. Para resolver un problema lo mejor es dejarlo pudrirse. Según saber convencional, el modo más seguro de que un problema se pudra es nombrar una comisión para resolverlo. Ni corto ni perezoso, Rajoy ha convocado a la Junta Directiva Nacional del PP para el martes, un órgano compuesto por 600 miembros; una macrocomisión. Su voluntad de pudrimiento es incuestionable. Como siempre. No resolverán nada y seguirán buscando cabezas de turco o de turca.

En UPyD han perdido hasta la camisa y la bronca interna es fenomenal. Entre renuncias y expulsiones, no tienen gente para completar sus candidaturas y los augurios en Madrid los sitúan fuera del Parlamento. Rosa Díez quiere aplazar la catarsis hasta pasadas las elecciones, pero quizá no pueda. Voluntad parece tener y también afán de seguir. Recuerda los últimos de Filipinas o al general Custer en la batalla de Little Bighorn.

En Podemos las fricciones parecen ser menores porque al fin al cabo, 15 diputados de cero antes no es una derrota. Pero tampoco es una victoria. El enfrentamiento entre la baronía andalusí, del sector crítico, y la dirección suprema no es buena señal. Y menos que, en lugar de reconocerlo abiertamente, se haya desmentido, confirmado, vuelto a desmentir y reconfirmado media docena de veces. Catastrófico desde la perspectiva de la comunicación y con los círculos en estado casi tumultuoso, la eficacia de Podemos en Andalucía puede aproximarse a cero. En cuanto a las elecciones de mayo, según parece, en varios lugares hay candidaturas de convergencia de IU y Podemos como "partido instrumental". Eso no va a ayudar a que el electorado se aclare de a quién está votando y, teniendo en cuenta que la participación en las primarias de Podemos ha estado ligeramente por encima del 20%, tampoco aquí los augurios son saneados.

En cuanto a IU, los desastrosos resultados andaluces, atizan mucho más la discordia interna. Unos atribuyen la pérdida de siete diputados a la alianza con el gobierno de Díaz y otros a la existencia de Podemos. El enfrentamiento no se resolverá porque, a escala del Estado, la situación es peor. Precisamente esas candidaturas unitarias de IU con Podemos en unos sitios y en otros no pueden acabar reventando la federación que morirá entonando como Dido el lamento por la convergencia y el amor que no pudo ser.

Ciudadanos y el PSOE no han perdido. Al contrario, C's se ha encontrado nueve diputados salidos como el conejo de la chistera de que tanto habla Rajoy. El PSOE ha salvado los muebles dignamente. Incluso más que los muebles porque el hundimento de su directo competidor lo fortalece.

Por ese motivo no hay tensiones especialmente fuertes en ninguna de las dos organizaciones. Y eso será a su vez un aval para el resultado que esperan conseguir en mayo y que en ambos casos supondrá un espaldarazo para las direcciones de las dos, aunque por razones distintas. 

diumenge, 29 de març del 2015

Prohibido extrapolar.


Como todas las prohibiciones, esta de extrapolar incita a no respetarla. Sobre todo a los que la formulan. "No se puede extrapolar", dicen, mientras lo hacen continuamente. Depende de si les interesa o no. El discurso político es así. Y el de los analistas, también. Además, es gratis: si la extrapoación se produce, ya lo dijimos nosotros; si no se produce, ya dijimos que no se puede extrapolar.

Palinuro, como todo el mundo, no confía nada en las extrapolaciones, pero las hace. He aquí una sucinta, gracianesca y en clave antinómica:

PSOE: las elecciones se ganan en el centro.
PP: las elecciones se pierden en el centro.
Podemos: Consolidarse es difícil.
Ciudadanos: Consolidarse es fácil.
IU: se va a quedar en las raspas.
UPyD: ni en las raspas.

En términos más concretos. Todo se orienta ahora hacia las elecciones de mayo a las que los partidos llegan como los coches de fórmula 1, al menos los que yo he visto en películas: dan unas vueltas, hacen breve escala en el taller, beben agua o gasolina o lo que sea y, venga, otra vez al circuito, a ganar. El símil, muy al dedillo, del boxeo, con sus descansos entre tiempos, no es aplicable aquí porque remite a una realidad bipartidista  que, por lo que se supone, está en el ocaso.
 
El panorama es muy confuso. El PSOE está de remontada, tiene dos candidatos claros en Madrid y proyecta en toda España una imagen de partido institucional unido con intenciones prudentemente reformistas. Su punto débil es Cataluña. Como los resultados de estas elecciones no se agregan, quizá no se note mucho. Pero es un punto muy débil que se hará sentir en las elecciones generales.
 
El PP está en el marasmo. Los gobiernos locales y autonómicos bajo su dominio, carcomidos por la corrupción, el caciquismo y la incompetencia. El discurso de la recuperación de España no encaja en este debate aparte, por supuesto, de no ser creíble. De las dos candidatas en Madrid, Cifuentes es primeriza pero Aguirre es una veterana en elecciones. Mucha gente la equipara a Margaret Thatcher y ella, probablemente, alimenta  la comparación. Pero su verdadero modelo en estas elecciones es el alcalde de Londres, Boris Johnson, un miembro del Partido Conservador con un carácter y un talante parecidos a los de la expresidenta de la Comunidad. Pero con muchas diferencias: es más joven, más espontáneo y, sobre todo, es mucho más abierto de ideas que esta doctrinaria neoliberal de pura cepa nacionalcatólica.
 
Los dos emergentes, Podemos y Ciudadanos, andan enfrascados en organizar sus candidaturas. Los primeros lo hacen de modo abierto, mediático y bastante confuso por la cantidad de nombres que se proponen. En Madrid tienen una buena candidata a la alcaldía, Manuela Carmena pero que, por edad y trayectoria, representa más el régimen que Podemos quiere destruir. El candidato a la Comunidad responde mejor al perfil de la formación, pero parte de un grado de conocimiento público muy bajo y queda un mes y medio hasta las elecciones. Ese es el problema también de los dos candidatos de Ciudadanos, Begoña Villacís e Ignacio Aguado, también muy representativos del espíritu que quiere proyectar C's: una derecha flexible, moderna. Un centro. Por supuesto, la capacidad de acción de Ciudadanos variará en función de la que tenga de absorber miembros de UPyD.
 
Los dos restantes, IU y UPyD pueden entonar la sinfonía de los adioses. Los de la federación, están de trifulca como siempre.  En Madrid han dado con dos dos candidatos, Luis García Montero para la Comunidad y Raquel López para la Alcaldía, ambas personas muy dignas pero no sé si muy apropiadas, sobre todo en situación de debilidad y sin tener muy claro si se debe atacar o defender a la otra forma de la izquierda con la que compite pero con la que se quiere converger. En cuanto a UPyD tiene candidatos pero, como van las cosas en el partido, es posible que, al llegar las elecciones, solo tenga eso: candidatos.
 
En estas elecciones hay una faceta catalana nada desdeñable. Los resultados de las alcaldías catalanas, sobre todo la de Barcelona, serán un buen indicador para los de las elecciones del 27 de septiembre y, por supuesto, darán una idea de cuál pueda ser la aportación posterior que el PSC haga a la representación del socialismo español. El frente soberanista calibrará sus fuerzas y se sabrá qué apoyo tengan los de Podemos unidos a los de Guanyem en la candidatura llamada Barcelona en comú.
 
Nada, que no se puede extrapolar.

divendres, 20 de març del 2015

¿En dónde está el enemigo?


Uno de los más famosos adagios del maestro de la guerra, Sun Tzu, es el referido a la necesidad de conocer al enemigo y a nosotros mismos. Si nos conocemos a nosotros mas no al enemigo, o conocemos al enemigo mas no a nosotros, o conocemos a los dos o a ninguno de los dos, los resultados serán muy distintos. Sin duda, pero, para conocer al enemigo, primero hay que saber quién es y en donde está.


Como la política tiene bastante de guerra, es recomendable aplicar los apotegmas de Sun Tzu, aunque aquí, por las buenas formas, se habla más de "adversarios". Adversarios o enemigos, lo esencial es identificarlos, saber en dónde están.

Anguita cree que el enemigo es el PSOE. Muchos se indignan. En realidad no hay sino reconocer que el Califa es de piñón fijo. Del PP y de Ciudadanos ni habla. Y quiere tender la mano a Podemos, aunque sin mencionarlos. Cuando son sus verdaderos enemigos. Quizá no subjetivamente porque vienen diciendo lo mismo, pero sí objetivamente desde el momento en que Podemos ha absorbido prácticamente el voto de IU y la ha dejado de subalterna. Mírese al señor Valiente, candidato a alcalde por IU que pudo ser, y a quien ahora Podemos exige prescindir de su militancia si quiere converger con su proyecto.

Podemos, que no habla de IU para no crear más drama en la familia  ni aparecer más involucrado en los cainismos de la "izquierda transformadora", identifica un enemigo mediático, el PP, a cuyo presidente reta Pablo Iglesias a un debate en TV. Contra el que se pertrecha, sin embargo, es el PSOE. Al identificarlo con el régimen del 78, el bipartidismo, la casta, la corrupción y otras lacras, cree hacerle más daño que al PP porque llamar corrupto al PP hoy es redundante, pero decirlo del PSOE, hace mella en un caladero de votos próximo. Sin embargo, su peor enemigo es sobrevenido, uno inesperado y frente al que no tiene discurso, Ciudadanos. Al parecer, la ventana de oportunidad de Podemos era un balcón. Y los nuevos tienen un tirón electoral que los otros han perdido precisamente porque ahora han dejado de ser eso, nuevos, y la gente tiene más en donde elegir, lo cual es bueno. ¿O no?

Para Ciudadanos, los enemigos son a la par PP y PSOE porque configuran esa especie de fresco ya no tan fresco de la Restauración, en el que conviene ir haciendo modificaciones tanto en un lado como en el otro, con pericia, sin ideología, con innovación y responsabilidad. Se presenta así como alternativa a los dos grandes (aunque, de serlo lo es sobre todo del PP) sin necesidad de comprometerse en nada y, de paso, se pone a su nivel. Hábil jugada. Aunque los dos lo atacan, el que más le teme es el que no lo ataca, su verdadero enemigo, Podemos, cuya táctica con Ciudadanos es ignorarlos y ningunearlos. Una táctica errónea en cualquier caso porque, si, en efecto, son unos don nadies, superarlos no tendrá mérito y si no lo son, solo con evidenciarse habrán triunfado.

En el PSOE, el enemigo retórico, oficial y hasta obligado es el PP por tratarse de los dos partidos dinásticos con importantes coincidencias y no menos importantes discrepancias. Es una oposición institucional que el PSOE edulcora cuando puede con pactos de Estado y otras extravagancias. Su enemigo ideológico, el que le riñe la hegemonía en la izquierda a base de empujarlo a la derecha, es Podemos. Su problema es conservar su electorado más izquierdista ahora que el panorama se radicaliza sin perder el del centro izquierda. No es fácil pero, dada la ambigüedad y confusión doctrinal de Podemos, tampoco difícil. Basta con ser claro y creíble; aunque no se sea muy radical.En realidad, el peor enemigo del PSOE es él mismo. Los tres puntos calientes del momento, Cataluña, Madrid y Andalucía, por distintas razones, no invitan al optimismo. Y los tres apuntan a una carencia mayor, que presenta mala cara: el PSOE no tiene un proyecto para España. Cierto, los otros, tampoco, pero eso no reduce un ápice la gravedad de esa ausencia.

De UPyD es poco lo que cabe decirse. No tiene enemigos porque ninguno la considera una amenaza. El amor de Díez a la nación y el Estado, como el de Cordelia a su padre el Rey Lear engañado por sus otras dos hijas, Regan/PP y Goneril/PSOE, no la salva de un triste fin.

Saber quién es el enemigo, en dónde está, no equivocarse, es el primer paso para conocerlo. Pero no cabe olvidar que, como también decía el maestro Sun Tzu, para conocer a tu enemigo tienes que ser tu enemigo. Y eso es bastante difícil. Sobre todo para quienes son incapaces no ya de entender al otro sino incluso de escucharlo.