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dijous, 5 d’octubre del 2017

Al final, votaron


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Un altre video de Carlos de Urabá sobre el dia de la votació a Catalunya. Com que els catalans no votarien, Rajoy?

Ja han votat.

Y tú, ¿vas a dimitir?

La conmoción del referéndum

El referéndum que no iba a realizarse se realizó. Dan fe todos los medios internacionales, los políticos, las cancillerías y la UE, cuyo Parlamento lo debate. Los dos equipos de observadores internacionales, si bien dejaron claro que, dadas las adversas circunstancias, el referéndum no reunió los requisitos internacionalmente admitidos, hicieron una labor meticulosa que los llevó a concluir la validez del procedimiento frente a la acción represiva de las fuerzas de seguridad en una operación de estilo militar. A pesar del hostigamiento previo (intervenciones, registros, confiscaciones, detenciones) y la brutalidad policial del domingo, se votó correctamente en el 98% de los colegios gracias a la disciplina y el civismo de la gente que, en ocasiones, tenía que esconder las urnas porque llegaba la policía a requisarlas. Requisas, por cierto, por la violencia (sin resistencia) y sin fundamentación legal alguna. Si de cultura cívica democrática se trata, la ciudadanía catalana es un ejemplo.

La clandestinidad. Pero a esto no se llegó de repente o por inspiración divina. "Esto" es organizar un referéndum para más de cinco millones de votantes, en miles de colegios electorales, con sus mesas, sus urnas, sus censos, sus papeletas, sus apoderados y presidentes. Y hacerlo en silencio, a ocultas, en secreto. Un trabajo de meses en la clandestinidad (pues todo lo relativo al referéndum estaba prohibido y muy perseguido) en el que participaron miles de personas en toda Cataluña, ciudadanos a quienes se instruyó en sus respectivas tareas y que colaboraron en la logística de la operación. Por ejemplo, ¿en dónde estaban aquellos miles de malditas urnas que toda la policía del Estado de uniforme y de paisano buscaba frenéticamente? En las casas de la gente, en los sitios más inverosímiles, en los huertos, en los árboles. Y, de pronto, aparecieron todas como por ensalmo a las 07:00 del día D. Contra eso no se puede luchar. No se puede registrar las casas de siete millones de personas. El fulgor del referéndum realizado, al estilo de la Kermesse heróica (los españoles no aprenden), podría obscurecer el mérito de ese otro trabajo callado, intenso, con activistas y voluntarios de la ANC y Ómnium, que forman redes para organización de todo tipo de actos. ¿Puedo llamarlo la resistencia de un pueblo?

Resistencia en la que cristaliza la conciencia de nación. El Estado lanzó sus fuerzas de represión, despedidas con vergonzosos gritos de "a por ellos" en otras partes de esa unida España contra una población pacífica en una jornada electoral. Previamente las había enfurecido de innoble modo, manteniéndolas en condiciones infrahumanas en los barcos atracados en el puerto. Parece que fue una operación de estilo militar orquestada de forma centralizada y cuidadosamente planificada.Y, si no estoy errado, comandada por Diego Pérez de los Cobos, quien no había podido acceder al mando de los mossos por negativa expresa de la Generalitat, un hombre de pasado azul tenebroso. En todo caso queda claro que todo el crédito moral y el respeto que perdió el gobierno con las brutalidad policial, lo ganó la Generalitat gracias al trabajo de la ciudadanía catalana.

El mundo de la negación. Queda un enclave de denodados guerreros del "no". Rajoy sigue diciendo impertérrito que "desconozco ese señor referéndum del que me habla". Sus acólitos o ministros niegan la celebración del reférendum. Ni sus periódicos les siguen. Hasta el fiel El País titula "Referéndum de independencia en Cataluña, últimas noticias en directo". Sí le sigue (o le precede) en el negacionismo el Rey. Mejor dicho, el Rey no niega el referéndum; simplemente lo ignora, como ignora la brutalidad policial, los cerca de novecientos heridos y los millones de ciudadanos que fueron a votar en contra de su regia voluntad. Lo ignora todo.

Sobre el alegato real, el post el discurso de la amenaza, el odio y el miedo. Aquí merece la pena subrayar que, entre las infinitas meteduras de pata del Monarca, no fue la menor dar pie a Puigdemont a contraprogramarlo 24 horas después en una comparecencia ensombrecía la del Rey por la forma y por el fondo. Frente a la crispación, el "no" rotundo, el menosprecio y la arrogancia, un talante afable, dialogante, de concordia y... de firmeza. Siempre abierto al diálogo, Puigdemont advierte de que el lunes dará cumplimiento al mandato del referéndum. Sí, el referéndum que no se iba a celebrar y va a dar a luz una DUI con toda probabilidad. Y no solo una DUI, sino una DUI republicana.

Nada de extrañar que Sáenz de Santamaría responda a Puigdemont con más crispación aun que el Rey, casi furiosa, afirmando que el catalán está fuera de la ley y de la realidad. Porque para ella, la ley, su ley, es la única realidad. Los demás somos una mezcla de delincuentes y lunáticos. Un ánimo adecuado para ser gobernante de nada. De todos modos, la rabia de la vicepresidenta tiene otro origen: comprobar que no es posible emplear medios militares de verdad para zanjar la cuestión al hispánico modo. Han mandado un par de buques nodriza o algo así para el catering de la guardia, pero no pueden enviar un portaaviones, mucho más lucido. Es más, como se le ocurra a Pérez de los Cobos montar otra operación estilo saco de Barcelona, nos interviene la UE directamente en aplicación del derecho de injerencia humanitaria.

Todos con el vencedor. La prueba más contundente del triunfo del referéndum es que, de pronto, el país ha amanecido en una aurora de diálogo. Todo el mundo quiere dialogar. Por supuesto, todos lo venían pidiendo de antes, aunque no se les oía. Iceta quiere dialogar, los empresarios quieren que haya diálogo y los curas, cómo no, se declaran prestos a organizar diálogos. El referéndum que según no sé qué tribunal, no surtirá efectos jurídicos, está moviendo las baldosas de todos los pactos posibles.

Podemos, nada partidario de perder cuota de pantalla, apadrina una propuesta de mesa de diálogo para encontrar alguna forma de mediación. Más prudente, imposible. Los contertulios a la mesa, las afinidades electorales, los del PNV y la minoría catalana con estatus de "observadora". El PSOE, con el morro fruncido porque Iglesias lo puentea hablando directamente con Rajoy y Puigdemont. Es verdad que ninguno de los dos le ha dado su apoyo, pero al intermediario le basta con que no lo echen con cajas destempladas. La iniciativa morada persigue dos fines: el primero hacer olvidar el ridículo de haber asistido como espectadores no participantes a un referéndum que ha sido un éxito. El segundo, y dado que mediación tendrá que haber, reservarse una parte de la dicha cuota de pantalla.

Vuelve el "no". No ha terminado Podemos de subir a las redes su proyecto de mesa de diálogo y ya tiene un "no" rotundo de Rajoy. ¿Por qué? Porque Rajoy es un hombre de principios y no puede sentarse a dialogar si previamente no se retira la DUI. Antes decía que no dialogaba mientras no se retirara la exigencia del referéndum. Obviamente esa exigencia se ha retirado puesto que, según él, el referéndum no ha existido. Y, sin embargo, sigue sin querer dialogar.

Este nuevo "no" tiene la ventaja de que ahorra a los independentistas la tarea de razonar por qué están también en contra. No es complicado: porque no van a renunciar a la DUI y no tienen confianza en mediación alguna organizada por españoles o bajo auspicios españoles. El conflicto se ha internacionalizado, una vez más, gracias a la fabulosa incompetencia de los gobernantes. En este foro comparece todo el mundo a opinar, desde el Parlamento Europeo hasta un ministerio holandés o una ONG o un comité de la ONU. Como dijo Puigdemot, se han ganado el derecho a ser tratados como un Estado independiente y por ello pide que la mediación sea internacional.

La mediación. E internacional habrá de ser. Y con capacidad para paralizar todos los procedimientos sancionadores españoles en la causa catalana. No hay otra salida. El Rey se ha desautorizado él solito al tomar claramente parte en el conflicto, subrayando una vez más el trato colonial que los Borbones han dado siempre a Cataluña. Lo divertido es que cualquier mediación internacional imaginable deberá comenzar con la celebración de un referéndum pactado de autodeterminación que clarifique cómo está la opinión y cuál es el mandato del electorado.

Predecir una victoria del "sí" es hoy mucho menos arriesgado que al comienzo del mandato de Rajoy, abrigo y amparo de independentistas. Pero ese "sí" trae un estrambote republicano que tortura los oídos reales. Cataluña se independiza como República. Y, a continuación, ¿qué hace la izquierda española? ¿Plantea un referéndum Monarquía-República en rump Spain? ¿Y si las próximas elecciones las gana el PP? Cosa nada extraña pues es probable que la bandera ultrajada tape la basura de la corrupción. Suele pasar.

Menos mal que "lo" de Cataluña era un soufflé que see desinflaría por sí solo. Dice Pérez Royo que el conflicto con Catalunya ya no tiene una solución jurídica ordenada. El punto debe de estar en lo de "ordenada" porque en esta vida todo tiene solución jurídica. Basta con que haya voluntad política que proponga un criterio de equidad.


(Mil disculpas por la extensión pero es que tengo este asunto catalán por una revolución. Su éxito radica en que, siendo nueva y no ajustándose a los criterios al uso en la calificación de estos fenómenos, nadie está preparado para hacer frente a sus movimientos. Y menos que nadie el Estado contra el que se produce esa revolución. Por supuesto, puede fracasar. Muchas revoluciones lo han hecho. Pero el eventual fracaso, que ya se vería, no resta un ápice a la fascinación de presenciar y compartir un fenómeno que tiene desconcertado al Estado español y despierta al mismo tiempo un gran interés y mucha simpatía en el extranjero. Un pueblo digno. Una nación en marcha que quiere emerger como República. Es extraño que casi nadie repare en que, en realidad, son dos revoluciones en una.)

dimecres, 4 d’octubre del 2017

Entrevista a Palinuro en De Tijd, de Holanda


Con motivo de los actos de barbarie de la Policía Nacional y la fuerza militar especial de Guardia Civil (*) contra la población catalana, el periódico holandés conservador De Tijd me ha hecho una entrevista que publica hoy con el título: "La UE debe intervenir en contra de la tiranía de Madrid". Incluyo a continuación el texto en castellano por si acaso algún despistado no entiende el neerlandés.

1. El gobierno de Rajoy ha llamado la actuación policial de ayer en Catalunya "ejemplar y proporcional", y el jefe de la oposición Pedro Sánchez echa la principal culpa de los 893 heridos a la Generalitat.  Que opina?

Opino que los dos mienten. La actuación policial fue desproporcionada y trataba de sembrar el caos y el terror. Otra prueba de ello es que sigue. La mentira de Sánchez es aun más repugnante porque echa la culpa a las víctimas.


2. Ninguno de los 4 grandes diarios de Madrid ponen fotos de la violencia policial en portada, como sí han hecho la prensa catalana y buena parte de la prensa mundial. A qué se debe esta aparente falta de sensibilidad de los medios españoles?

Censura y complicidad con la política opresora de Madrid hacia Cataluña. Eso sin mencionar que la prensa de Madrid no es prensa, sino panfletos y pasquines a las órdenes del gobierno de la derecha.


3. Según la Comisión Europea la cuestión catalana es un asunto interno, incluso después de los hechos de ayer. ¿Qué le parece?

Que también es mentira. Cuando un gobierno viola los derechos fundamentales de la ciudadanía, eso ya no es un "asunto interno" de un Estado. No se puede dejar a la población indefensa en manos de un gobierno tiránico. Así se sabe desde hace años en el derecho internacional, que reconoce la necesidad de injerencia exterior en protección de la ciudadanía frente a la tiranía de su gobierno.

4. Qué valor le otorga al referendum del 1-O? Con una participación del 42,6%, ¿es una base válida para declarar la independencia, según ha anunciado Puigdemont?
Un valor superior al normal porque se ha hecho en condiciones de suma hostilidad con un Estado tratando de boicotearlo. El 42,6% de participación es suficiente para la DUI. Si alguien quería algo más, que lo hubiera negociado antes,

5. Si se declara la independencia en unos días, cómo cree que actuará el gobierno de Rajoy?
Negando su validez, siguiendo con el estado de excepción no declarado que tiene y, si puede, encarcelando a Puigdemont y al govern.

6. Ve posible la separación entre Catalunya y España en el futuro (próximo o lejano)?
Sí. Y no solo posible, sino conveniente para ambas partes.

7. ¿Por qué la separación conviene a ambas partes?
A la parte catalana porque es lo que quiere para gobernarse a sí misma, administrar sus propios recursos y prosperar. A la parte española porque la separación será una catarsis y suscitará una crisis en la que quizá pueda establecerse un régimen republicano, laico y de justicia social que nunca ha tenido salvo los 5 años de la II República.
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(*) Hay quien, como José Ignacio Torreblanca, jefe de opinión de El País, sostiene que la Guardia Civil no es un cuerpo militar. El fin evidente de esta patraña es embellecer la ocupación y represión de Cataluña por este gobierno franquista, justificarla y engañar a la opinión pública internacional, escamoteando la naturaleza de esta fuerza. La propia Guardia Civil, en su página web se define como un cuerpo de seguridad pública de naturaleza militar y ámbito nacional que forma parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. (...)  Depende del ministerio del interior en cuanto a servicios, retribuciones, destinos y medios y del ministerio de defensa en cuanto ascensos y misiones de carácter militar. La mixtificación es la misma que empleó Franco en los años 40 del siglo pasado para combatir a los guerilleros republicanos sin emplear directamente el ejército pues ello hubiera posibilitado que algún tercer Estado reconociera a aquellos estatus de beligerante y les prestara apoyo. Lo mismo que hoy día y con el mismo fin: reprimir por la fuerza una población pacífica sosteniendo que no se hace con medios militares.

Los progresos del Rey

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Hace unos dos años, en el verano de 2015, Felipe VI coincidió en un acto protocolario con el presidente de la Generalitat, Artur Mas, y aprovechó la ocasión para soltarle un sermón sobre la democracia y el Estado de derecho. Andaba el monarca mosca con la pertinaz tendencia de los antaño mansos nacionalistas burgueses a pasarse al independentismo. Precisamente el tal Mas había realizado el año anterior, el 9 de noviembre, una consulta, especie de proto-referéndum sobre cuya naturaleza jurídica discutirán las generaciones venideras pero cuya eficacia política fue impactante. Asi que, aquí te pillo, aquí te mato, el Rey colocó una teórica al señor Mas sobre el valor fundante de la democracia que es la Ley. La ley, igual para todos y por encima de la cual no puede haber nadie. Excepto él. En consecuencia, también está por encima de la democracia. 

Animado por la arenga real, Palinuro escribió un post titulado Carta abierta a Felipe VI, que tuvo buena acogida. Luego la convirtió en vídeo con el mismo título y la colgó en Youtube. Es la que se reproduce aquí. Recuérdese, han pasado más de dos años y Felipe VI ha comparecido de modo extraordinario y ha soltado el mismo discurso, aunque con un tono y un contenido mucho más duros, hoscos, amenazadores. Sobre eso, sobre el breve y crispado dicurso de hoy, otro post.

dimarts, 3 d’octubre del 2017

Por un puñado de votos

El partido que algún juez considera una presunta asociación para delinquir y su jefe, sospechoso de haber cobrado sobresueldos en B, lanzaron el domingo a la fuerza pública, sin control ni protocolo algunos, a machacar a la ciudadanía catalana. Unas imágenes de violencia y crueldad insólitas inundan las redes y están en todos los medios del mundo. Porras, pistolas, escopetas, contra urnas y papeletas. La agresión brutal a miles, decenas de miles de ciudadanos que querían votar... y, pese a todo, votaron con un comportamiento cívico ejemplar.

¿O no votaron? El gobierno recurre al arma que ya empleó cuando el atentado del 11M: la mentira. Dice Rajoy, dice Santamaría y sus ministros, dicen los medios, que no hubo referéndum. Contra toda evidencia en contrario. Como cuando dijeron que el atentado de Atocha fue obra de ETA, siendo Rajoy uno de quienes propalaron tamaño embuste. No hubo referéndum. Los ciudadanos no votaron. No había urnas, ni papeletas, ni ciudadanos.

Pero la realidad pasa por encima como una apisonadora: referéndum es para la opinión internacional, referéndum para las redes sociales, referéndum para Cataluña y, sobre todo, para la Generalitat, que actuará en consecuencia, cumpliendo el mandato que de él se deriva con un 90% de votos favorables, de declarar la independencia. 

Negar la realidad tiene consecuencias. Quizá sirva en este caso para ganar elecciones en España, pero no ayuda un ápice a arreglar la situación en Cataluña. Al contrario. El voto que se gana en España entrando a saco en Cataluña exige más saco, la supresión de la autonomía, la intervención del Ejército. Es de suponer que, antes de llegar a aquí, la UE habrá intervenido.

Es inevitable. El gobierno no sabe qué hacer para impedir que el referéndum cuya existencia niega tenga efectos todavía más negativos. Y la oposición tampoco. La brutalidad policial del domingo provocará reacciones internacionales más intensas forzando al gobierno a una solución negociada para presidir la cual podría valer cualquier español excepto Rajoy. 

La oposición, especialmente el PSOE, ha respaldado la acción del gobierno y se ha hecho corresponsable de una barbarie que ha levantado la indignación mundial. Y ahora no sabe cómo salir de la charca salvo implorando unas conversaciones y unos diálogos que incluyan a Podemos y, es de suponer, los indepes, y que nunca se darán porque el interés de Rajoy es ganar elecciones prometiendo recuperar Cataluña a base de someterla. 

Lo malo para esa misma oposición es que, aunque los diálogos propuestos pudieran darse, llegarán tarde. Una vez declarada la DUI, Cataluña ya no está interesada en solución negociada alguna, sino en su reconocimiento como Estado independiente. Lo único que podría hacer vacilar este propósito sería una propuesta de sustituir la DUI inmediata por un referéndum pactado con el Estado a fecha fija. Y aun esto suscitará serias disensiones dentro del campo independentista pues habrá quienes digan que la DUI ya procede de un referéndum y no hace falta otro.

Por lo demás, hoy hay convocado un paro general en Cataluña que será una prueba más de la masiva, cívica, pacífica y firme voluntad de la sociedad catalana de gobernarse a sí misma. El gobierno puede continuar en su ridícula línea de embuste, sosteniendo que tampoco ha habido paro general. Mañana tendrá que decir que tampoco se ha dado una DUI.

Es materialmente imposible imaginar combinación alguna de políticos españoles capaces de entender la situación.

dilluns, 2 d’octubre del 2017

Dos mundos

El Titanic ha chocado con el iceberg de Cataluña y está hundiéndose en un mar de aguas sangrientas.  Han sido tres horas de cargas salvajes con 844 heridos, dos en estado crítico, y cuantiosos daños materiales y espirituales, pues han acabado cortando el último y tenue lazo entre España y Cataluña.

No era un transatlántico, sino un "tigre de papel", un remedo de Estado que expone sus vergüenzas a vista de todos. La primera y más grave, la incapacidad para imponer su autoridad en una parte importante de su territorio si no es recurriendo a la violencia, por muy legítima que se quiera considerar. Su fracaso al querer impedir un referéndum declarado ilegal.

En una comparecencia vergonzosa y sin preguntas, Rajoy declara que el referéndum no se ha celebrado. Es el único en creerlo. Se le añade su fiel infantería de El País, que no se atreve a negar la evidencia como su jefe y suaviza la forma hablando de descabezar el referéndum ilegalpero reconociendo que centenares de colegios electorales abrieron en toda Cataluña en un acto de desafío al Gobierno. Completamos la información: centenares, no; miles. Abrió el 95% de las dos mil y pico mesas.

Es decir, el referéndum se celebró. Y así lo han entendido todos los medios internacionales y nacionales, siempre prestos a ver el mundo con los ojos del gobierno. Y, sobre todo, por celebrado -y como un éxito- lo da el govern de la Generalitat.

Se forjan así dos puntos de vista que presentan dos mundos distintos y antagónicos, aunque sabemos que solo uno pueda ser verdad, quizá una mezcla de ambos. En el mundo de Rajoy no ha habido referéndum catalán porque la fuerza pública, a la que respalda, lo ha impedido. Ni una mención a los costes y menos algo de compasión por las 844 víctimas. En el mundo de la Generalitat el referéndum se ha dado, es vinculante y de él se seguirá en 48 horas una declaración unilateral de independencia.

Los dos mundos evolucionan por separado para volver a chocar. Aunque no haya habido referéndum, Rajoy convoca a todas las fuerzas parlamentarias a debatir específicamente sobre Cataluña. Pero la invitación ya ha fracasado pues, al declararse la DUI, la minoría catalana abandonará el Congreso de los diputados. Tendrá gracia ver un congreso sin catalanes reflexionando sobre los catalanes sin congreso.

El gobierno, el Parlamento por mayoría aplastante, no reconocerá la DUI, pero eso no será obstáculo para que la Generalitat la ponga en práctica. El único modo de impedirlo será encarcelando al presidente y quizá al govern en pleno. A cualquiera se le alcanza, sin embargo, que esa no es una situación sostenible. Lo que supone que se mantiene el enfrentamiento entre el mundo sin referéndum (que ofrece diálogo "dentro de la ley" a unos interlocutores ausentes) y el mundo con referéndum según el cual Cataluña actúa como Estado independiente.

El conflicto institucional se agudizará, demostrando así que la salvaje represión del domingo, además de cruel, ha sido inútil. Ninguna medida tendrá visos de eficacia si no empieza por buscar al único responsable de este desastre, esto es, el señor Rajoy con su recogida de firmas contra el Estatuto de 2006 por pura codicia de poder. Por eso es el mismo Rajoy de los sobresueldos el que en la comparecencia citada sostiene que los únicos culpables de los atropellos son los que los han provocado. Y no él, que es el solo responsable de que el independentismo haya pasado en diez años del 20% a más del 55% de apoyo. Únicamente la dimisión de Rajoy puede entreabrir una lejana posibilidad de acuerdo. Pero Rajoy no dimitirá y seguirá haciendo lo que ha hecho hasta ahora, un estado de excepción sin declarar.

En este mundo (sin referéndum) se niega la realidad y, por tanto, carece de futuro. En el otro (con referéndum) también se niega la realidad y carece asimismo de futuro. La hipotética moción de censura de PSOE y Podemos ya no es posible porque, al irse los diputados indepes, no obtendría la mayoría absoluta. Los dos mundos españoles siguen evolucionando de forma errática en conflicto con el naciente Estado catalán, la República catalana, que ha irrumpido en la historia con mucha fuerza a raíz del referéndum del 1-0.

diumenge, 1 d’octubre del 2017

Recado a la izquierda española

No os preocupéis, vuestros sueldos, primas, canonjías, cargos y enchufes no peligran. Al contrario, es posible que, si seguís atacando el independentismo catalán y jugando sucio a favor del gobierno al que ambos apoyáis, os suban la paga.

Rajoy, el hombre que os debe el puesto (primero a Podemos y luego a Sánchez) será agradecido si os arrodilláis y humilláis algo más. Hasta es posible que también llame a Iglesias a los contubernios de La Moncloa, como hace con Sánchez y el petit Rivera para apalabrar sucesivas medidas anticatalanas.

Seguramente os darán más lugares en las tertulias, los medios controlados, los periódicos de la banca o de vuestros partidos pues sois gentes de fiar, que saben quién manda en España. Y contra quién hay que tirar por los medios que sean, las mentiras, la demagogia, la hipocresía. Tenéis un futuro como criados cantores de la derecha.

Conviene, no obstante, que profundicéis algo más en vuestra iniquidades contra un pueblo digno, único en España que ha plantado cara a la dictadura del PP y sus ayudantes de la izquierda. Conviene que Sánchez siga siendo equidistante entre los animales que apalean a la gente (más de 450 heridos) y los apaleados. Conviene que Podemos siga falseando el carácter del independentismo catalán, atribuyéndolo a la corrupción de la burguesía de Pujol y el 3%. Eso os dará réditos en el cariño de la derecha franquista con la que aspiráis a codearos.

De tal modo se entenderá mejor la repugnante pelea de carroñeros en que estáis ambos, echándoos el uno al otro la culpa de la sangre vertida por la brutalidad policial. Sobre todo porque lo hacéis por rebañaros votos mutuamente. Iglesias culpa al PSOE de la bestialidad de la policía y el PSOE culpa a Podemos de lo mismo. Basta ver los tuits de Jordi Sevilla, un anténtico truhán. De este modo, además, no culpáis al PP y cumplís con vuestra labor lacayuna de la derecha mientras sentáis plaza de hipercríticos.

Podéis abandonar transitoriamente vuestras melopeas sobre la legalidad de referéndum, no vaya a creerse que, para combatir la ilegalidad, proponéis que se le abra la cabeza a la gente en las colas de las mesas electorales. Olvidáos de la ilegalidad una temporada para que parezca que todas las fechorías del PP son legales y nadie se acuerde de que sus militantes esperan numerosos procesos penales por ladrones.

Esconded vuestro acuerdo de principio con el PP en cuanto a la estrategia que se iba a emplear para impedir el referéndum ilegal: concentrar toda la violencia y la brutalidad en las dos primeras horas de la mañana para romper la moral del movimiento y descabezarlo yendo directamente por Puigdemont y Junqueras. Fingid que no sabíais que la orden era detener a Puigdemont a base de arrasar su colegio electoral como si fuera una vivienda palestina.

Haced oídos sordos, fingid que ignoráis que la bestialidad del gobierno y vuestro cobarde y cómplice silencio han sido derrotados por la votación. Toda la barbarie descargada por los antidisturbios (a quienes un sistema democrático pedirá cumplidas cuentas) los 465 heridos, los destrozos de todo tipo, la imagen de barbarie de esta derecha franquista solo han servido para cerrar el 4% de los colegios. El 96% ha seguido funcionando a pesar de todos los boicoteos del gobierno. La masacre policial ha valido para que la cantidad de votantes se haya incrementado exponencialmente. Al final de la jornada se verá que el "sí" ha ganado por un amplio margen con una participación muy elevada. Y habría ganado por más si pudieran contabilizarse los votos que la policía ha secuestrado y ha manchado de sangre.

Sí, el referéndum, a pesar de todo, ha ganado y vosotros, PSOE y Podemos pertenecéis ya a la historia del lamentable ridículo de este Estado fallido, que solo funciona a base de corrupción y tiranía. Como zombies os reuniréis mañana en el Parlamento en el que ya no debiérais estar a decir lacayunamente que no reconocéis los resultados del referéndum. Eso ya lo anunció hace unas fechas el comunista Garzón siempre complaciente con el poder. Pero el referéndum está ganado por la gente, la libertad, la independencia en contra de vuestra sacra unión en defensa de la nación de Franco.

Hoy se ha cortado el último lazo sentimental que pudiera haber entre España y Cataluña. 

Adiós, España.

La reacción del Estado

En nuestro colegio electoral, a las 09:30 hay normalidad. La gente hace cola, vota si problemas y luego se acerca a tomar un café y un bollo en las provistas mesas situadas en el centro de la calle. Pero las imágenes que llegan por TWT de otros lugares cuentan una historia muy distinta. Cargas de los antidisturbios, maltrato a la gente, secuestro de urnas. Cargas también de la Guardia Civil en otros sitios. Al no entender qué sea el censo universal, han asaltado el centro en donde debería votar Puigdemont rompiendo puertas y ventanas sin conseguir nada.. Las fotos de policías quitando urnas están ya dando la vuelta al mundo y contribuyendo al universal y definitivo desprestigio de la marca España. No sabemos hasta dónde quieren llegar con la represión. Están deteniendo gente y provocando escenas que dejarán un reguero de frustración y odio. Tanto si obstaculizan el referéndum por la fuerza bruta como si no, el abismo sentimental entre España y Cataluña será insalvable. Que estos robocops, a la orden del gobierno más corrupto y mafioso de la historia de España, apaleen impunemente ciudadanos pacíficos, es algo que no admite disculpa

España se ha hundido del todo a ojos del mundo. El gobierno ha revalidado su condición de partida de la porra y la oposición la suya, muy triste, de correveidile de los franquistas. 

No hay salida. Si el referéndum triunfa, Cataluña se hará independiente. Si fracasa, la distancia con España será ya insalvable.

Un tipo sin categoría mental y moral como el de los Sobresueldos ha destruido el país al extremo de que solo puede gobernarlo a palos. La oposición le ha facilitado este triste trabajo. Todos debieran dimitir por incompetentes.

Volveremos sobre el asunto en otro momento.

Seguimos

A partir de las cinco de la mañana ha empezado a llegar más gente, como puede verse. Ya debemos ser más de cien y sigue viniendo personal. Sobre las seis y media, cierta alarma. Pasan dos coches de los mossos camino de Sant Cebrià. Uno da media vuelta y, al ver la gente aquí, da otra media vuelta. Se supone que llegarán en algún momento. Por lo que puede leerse en TWT de otros colegios, el protocolo es más o menos el mismo: llegan, piden un nombre de un responsable, lo identifican y se marchan sosteniendo que no se puede hacer nada porque hay mucha gente concentrada. La victoria está en la gente.Sobre las siete y algo, vuelven a pasar, pero no pueden entrar porque hay un tapón en la puerta. La gente. Nos avisan de que van a poner una barrera metálica por "nuestra seguridad" y vuelven a irse. Ni un policía nacional; ni un guardia civil.

Sobre las siete viene una pareja de mossos. Todos en la puerta. No pueden entrar. El alcalde está al frente del personal. Los mossos comunican que se quedarán de plantón para garantizar el orden y se retiran a un lugar poco visible. Retornamos a nuestros lugares, a seguir esperando. Cada vez parece más cierto que se votará.

A las siete y media nos dicen que van a constituirse las mesas y que debemos desalojar. Todos a la calle. 

Ha seguido llegando gente. Poco después de las ocho sale el presidente provisional de la mesa y da las instrucciones. Los miembros de la mesa serán los primeros que voten. Las urnas y las papeletas -que siempre estuvieron en el polideportivo- se materializan y el presidente nos da la clave de la situación: el censo es universal. Por eso, daba igual lo que la Guardia Civil hubiera encontrado en sus frenéticos escorcolls (lo pongo en catalán porque me parece una palabra más bonita que "registros", casi onomatopéyica) por cuanto el censo está en la nube. Por eso todos pueden votar en donde quieran, hasta en las bocas de riego público con tal de tener acceso a internet. Nosotros, no, por no estar empadronados. Y no hacen falta sobres. En el fondo casi ni harían falta papeletas. Con el DNI bastaría al haber registrado el voto telemáticamente. Pero conviene atender a todas las aficiones,

A las 09:00 se abren de nuevo las puertas del polideportivo y la gente empieza a votar en el referéndum que según el Sobresueldos, no iba a celebrarse.

De momento, vamos ganando.

dissabte, 30 de setembre del 2017

Vigilia republicana

Mañana se vota en el referéndum que no iba a celebrarse. Hoy, día de reflexión. Testigos, los medios acreditados que son ya 1500 y no sé si cabrán en el centro de información. Son los ojos y los oídos del mundo. Un mundo que está dándose por enterado: llueven los manifiestos y declaraciones de científicos e intelectuales extranjeros exigiendo que se deje votar a los catalanes. Claro que no son intelectuales españoles oé, oé, oé, como los que firman manifiestos aquí exigiendo que no se deje votar a los catalanes, así que tranquilos. Vuelve la Leyenda Negra.

Ayer, último día de campaña, fue rico en episodios de todo tipo entre festivos y jocosos. Amaneció Dios con el ministro De Guindos negando indignado que alguna vez hubiera insinuado un cupo vasco para Cataluña. Jamás de los jamases. En realidad, lo había dejado entrever 24 horas antes. La política es así. Por lo que se ve, el gobierno actúa a la desesperada y otorga con una mano lo que quita con la otra. O no sabe lo que dice. El ministro portavoz salió a remachar las dos doctrinas esenciales del gobierno: a) no habrá referéndum ilegal; b) el que vote en él, que se atenga a las consecuencias. La segunda doctrina contradice la primera y el ministro, en efecto, no sabe lo que dice. Pero amenaza. Quienes compongan las mesas pueden enfrentarse a multas de 600.000 €. En todo caso, nos ahorramos la discusión: el referéndum que no iba a celebrarse, según Rajoy, se celebra mañana. En las condiciones que sea, pero se celebra. De las consecuencias, hablamos luego.

El gobierno pasó una jornada de activismo prohibitivo intenso. Cerró el espacio aéreo sobre Barcelona a los obvios efectos de evitar fotos aéreas. No sé si pensó en los drones o ya tiene previsto combates de estos, para amenizar el día a la población. La Guardia Civil entregó en la oficina estadística o de cálculo del govern otra de esas notificaciones prohibitivas o suspensivas que las autoridades catalanes ya dicen que no tienen intención de obedecer. La presión institucional es muy fuerte. Trapero ha dado orden a los mossos de que precinten los colegios electorales antes de las 06:00 del domingo. Es bueno que lo hagan los mossos, policía local, propia, y no la de fuera. Pero será de ver cómo sale el asunto teniendo en cuenta que muchos mossos han pedido permiso para ir a votar.

Los colegios, las escuelas, se han convertido en centros simbólicos del derecho de sufragio. Polarizan la resistencia pacífica de la población ante la actividad represiva del Estado. Desde la pasada noche las AMPAS y los vecinos han tomado los colegios para impedir que se cierren y garantizar que estén abiertos el domingo. Las urnas han acabado por aparecer. Resultan ser de fabricación china, muy funcionales, de sencillo almacenaje y muy apañadas de precio. Las papeletas, las volanderas papeletas están en todas partes. La Guardia Civil ha requisado millones de ellas pero hay más millones esperando. Ayer las tiraban al aire los tractores que desfilaron en columnas de a dos por las calles de Barcelona. Alguien colgó en tuiter un vídeo de una impresora enorme de última generación imprimiendo miles de papeletas.

La gente, la población, mucha de ella muy concienciada del momento, está integrada en las actividades colectivas para hacer posible el referéndum. Como decía Puigdemont, el referéndum no lo hacen las urnas, ni las papeletas, ni la policía; lo hace la gente. Esta gente que, colaborando o no con otras instituciones está personalmente involucrada en un proyecto común. Esa gente que, para El País son "grupos de activistas pro-referéndum (que) toman las escuelas". Mentira. Doy fe. Son padres y madres, vecinos del barrio y, sin duda, también habrá activistas, ¿por qué no? Y su función no es tomar las escuelas, sino ocuparlas para organizar actividades extra-escolares, cosa a la que tienen derecho. Otra cosa es qué actividade extraescolares estén organizando, pero eso es cosa suya. Creo que hay un colegio en donde van a hacer un concurso de dibujos de Piolín y el pato Lucas. En fin, el elemento lúdico de esta revolución del que El País abomina. 

La gente, la gente de la calle, los habitantes de Barcelona en una especie de curiosa exaltación, rompen moldes habituales como si estuvieran en un momento mágico de sus vidas. Se sienten independientes y quieren celebrarlo ya. Si una peña, por ejemplo, organiza una xerrada sobre el referéndum (hasta las 00:00 del día de hoy, que el personal es muy mirado) y pide un catering es posible que la empresa que lo sirve regale una parte o aporte algo porque es para la causa. Así que los AMPAS no son "activistas" , saben que los medios técnicos están previstos y de ellos se espera que mantengan la ocupación cívica y no violenta de los colegios hasta el domingo. Una vigilia independentista y republicana. La gente aprende el poder que tiene ejerciéndolo. Horizontalmente y en coordinación con sus autoridades que, al ponerse al frente del movimiento están ganándose el ascenso a la condición de gobernantes de un Estado independiente de pleno derecho.

El discurso de las fuerzas políticas españolas parece el de unas personas que hubieran perdido la memoria por anticipado. Todas ellas tienen un vacío en el recuerdo de lo porvenir (cuando este se hayaa convertido en pasado) entre el día de hoy y el 2 de octubre. Un lapsus de 48 horas, un vacío mental de dos días. No vamos a mirar ni vamos a escuchar lo que vamos a ver y vamos a oír el sábado y el domingo. Fundido en negro. El 2 de octubre, en cambio, está ya perfectamente vivido y archivado: el parlamento español no dará validez alguna al resultado del referéndum, ese que no iba a celebrarse y que, si se celebraba, sería un delito. Ya lo había anunciado unos días antes el señor Garzón, de IU: que no se reconocerían los resultados del referéndum.

Tan abierta y generosa predisposición al diálogo propicia que, según sean estos resultados, la Generalitat mueva una Declaración Unilateral de Independencia en el Parlament. 

divendres, 29 de setembre del 2017

Mitin del Fossar de les Moreres, 10/09



¡Lo que son las cosas! Daba yo por perdido el vídeo del Fossar de les Moreres la víspera de la Diada y resulta que lo había grabado mi amigo, el periodista colombiano Carlos de Urabá, con el que mantuve una conversa sobre Blas de Lezo, ya saben, el "medio hombre". Ahora Carlos me escribe de nuevo por si nos podemos ver en estos días cruciales y me envía el vídeo del Fossar, que me apresuro a compartir. Gracias, Carlos.

"¡A por ellos!" II.- El hundimiento de la izquierda

La izquierda española ha enmudecido. Sánchez, absorbido en su pugna interna con la Vendée andaluza, apenas encuentra tiempo para pronunciarse en cuestiones resbaladizas. Iglesias, habitualmente locuaz, habiendo fracasado por enésima vez, empieza a sospechar que quizá no haya entendido bien el asunto catalán. Garzón, también silente. Los comunes no están muy visibles. Colau ha escrito una carta que más parece una petición de auxilio en una botella a la mar incierta. Los irreverentes Coscubiela y Rabell, desaparecidos en el no combate. La izquierda española interpreta un concierto de silencios. Aunque a veces, alguno habla y ¡qué cosas dice! El señor Borrell sostiene que la convocatoria del referéndum es un golpe de Estado. Unos lo calificamos de revolución; otros, de golpe de Estado. Sucede siempre. Y no tiene arreglo ni con el tiempo porque, pasado este y habiendo triunfado la una o el otro, la parte derrotada seguirá convencida de la justicia de su causa. Lo que sucede es que la causa de quien habla de "golpe de Estado" es muy distinta del que habla de "revolución". O donde se dice Borrell se dice Llamazares, quien sostiene que los indepes usan la República como coartada. Coartada ¿de o para qué? A la cita no podía faltar F. González con un largo, admonitorio, paternalista y patriótico artículo de tremendo título. El referéndum catalán es una burla democrática. Unidad de criterio no hay mucha, ¿verdad? Aunque alguien recordará que puede haber golpes de Estado que sean burlas, por ejemplo, el de Tejero. En fin, burla burlando, el jarrón chino te ahorra leer el resto del artículo, que sobra. Y sobra de verdad. El sempiterno argumento de la ilegalidad y la falta de soporte y la imposibilidad metafísica de que la voluntad de un pueblo pueda cuestionar la legitimidad del marco jurídico que, según unos, lo protege y, según otros, lo oprime. Miedo cerval a que pueda cambiar algo que lo afecte.

Ahí es donde está la raíz del desconcierto de la izquierda. La legalidad que se invoca quiere ser  legitimidad al mismo tiempo porque procede de un Estado democrático de derecho enteramente homologable con los circunvecinos. Es la famosa tesis de la "normalización de España", que ha servido como explicación de la esencia de la transición: la devolución del país al recto camino de las democracias liberales europeas. Es una tesis conservadora porque implica dar por cerrada la cuestión de la "justicia post-transicional". Y eso está por ver. Lo grave es que, al aceptar -y promover activamente- la creencia en la homologación europea del país, la izquierda acaba aceptando la idea misma de España de la derecha. Y ¿saben cual? Le del plan de estabilización de 1959, la "modernización" de España, el "Estado de obras", del Opus y la Falange. Hay mucho de eso en el fondo del alma de la izquierda española y viene siendo la idea del artículo de González que, como es lógico, concluye del modo autoritario propio de la parroquia: sed derrotados y luego ya veremos qué se hace con los vencidos.

De negociación, ni palabra. A pesar de que la posibilidad esté abierta hasta las 00:59 del 30 de septiembre.

El presidente de la Generalitat anuncia al gobierno que no obedecerá y el recio fanal de la revolución, Podemos, ¿no tiene nada que decir? Casi parecen del PSOE, aunque en este, cuando menos, hay voces y exabruptos. Quizá repitan la divertida historia de la cortina de humo de la corrupta burguesía, Pujol y el 3% que no sé yo si encaja con la figura de un presidente en declarada desobediencia. Eso no hay teoría populista alguna que lo aclare. Ni tampoco el hecho de que quienes vinieron a asaltar los cielos hayan sido ya cooptados al escalafón normal de funcionarios de la política de vuelo gallináceo y mucha negociación de pasillo.

La izquierda española no entiende la revolución catalana, resultado de la confluencia de dos factores: a) una incompetencia fabulosa de los gobiernos centrales y sus respectivas oposiciones; b) un movimiento social de nuevo tipo. Lo de la incompetencia es de (lamentable) conocimiento general. Lo interesante es lo de movimiento social de nuevo tipo. Pues sí, de una sociedad abierta, muy plural, multicultural, interclasista e intergeneracional, con profundo arraigo en memorias familiares, que se expresa de modo pacífico, democrático y ordenado, que se organiza con pleno uso de internet y las redes sociales en un mundo globalizado e interconectado y que reclama el derecho a dotarse de una estructura jurídico-política estatal propia por entender que es el único modo de defender los intereses de la nación catalana. Esa nación catalana articulada en la sostenida acción colectiva de unas multitudes inteligentes que año tras año han ganado visibilidad y relevancia en la esfera internacional que ahora observa con atención un asombroso duelo entre un Estado y una nación rebelde.

Al llegar aquí es poco lo que cabe decir desde la izquierda salvo que alguien se agarre a lo de "nación" y empiece a dar la matraca del internacionalismo que jamás, salvo muy contadas excepciones, ha pasado del estado gaseoso. 

Defender la independencia de Cataluña es defender la República. Y si la izquierda no la apoya en su casa, pues no cuestiona la Monarquía, ¿por que va a apoyarla en casa del vecino? ¿Porque en realidad no la considera vecina? Quién sabe, con estas complejidades del nacionalismo. Por eso, a Llamazares no se la dan: los de JxS usan la República como una coartada. Algunos, desde 1931, antes de que naciera Llamazares. Ya es contumacia.

Hoy, doblete catalán

Barcelona está viviendo una revolución alegre, feliz, que se ve triunfante. Hay muchos chavales y mucha gente por las calles, grupos con esteladas como capas; esteladas y cuatribarradas y hasta bicolores en festiva compañía. Las que votarán "sí" y las que votarán "no"; porque son quienes quieren votar. Esa división y fractura que dicen que hay no es entre el "sí" y el "no". De ser, de darse (pues no es visible) será entre quienes quieren votar (más de un 75%) y quienes no quieren votar, en porcentaje imposible de averiguar porque a él se añade el de los abstencionistas, que no es que no quieran votar, sino que no votan nunca. No hay fractura de la sociedad catalana. Es falso. Pegadas de carteles por doquier. Todo lo reglamentariamente permitido está encartelado. La ANC y Ómnium tienen al personal movilizado, incluidos las voluntarias sin adscripción. 24 horas después de la votación lo habrán recogido todo. La propaganda es a favor del referéndum; no la hay en contra. Es el triunfo del derecho a votar, a decidir, impulsado por la sociedad en su conjunto. Un referéndum contra mucho viento y mucha marea. Una revolución en una sociedad democrática, abierta, plural, pacífica, de nuevo tipo. Bajo el escrutinio de la comunidad internacional, representada por más de mil medios acreditados y acogidos en ese centro internacional de prensa que Jaume Roures ha puesto a su disposición en un gesto encomiable. Estos informadores andan por toda partes, fotografiándolo todo. Solo la imagen de un policía retirando una urna eriza el pelo de los gobernantes españoles. Y policía hay mucha, de los tres cuerpos, mezclados. Patrullan discretamente con orden evidente de no causar incidentes. La prueba de fuerza será el domingo, cuando los colegios no abrirán porque no habrán cerrado desde el viernes, pues las AMPAs estarán realizando actividades. ¿La seguridad? La física, garantizada, es de suponer, por la policía y, tómese nota, por los bomberos, que se han comprometido a ello. La jurídica por un colectivo de abogados distribuidos en red que denunciarán ipso facto toda detención que se produzca durante la jornada de votación. ¿Papeletas? ¿Urnas? Estarán en sus sitios. ¿Garantías? Todas y, sin ánimo de ofender, me fío más de una Generalitat maniatada e intervenida que de la empresa Indra a la que el gobierno central encomienda el escrutinio en las elecciones generales y está acusada de financiación ilegal al PP, al estilo Gürtel. Las dos jornadas previas serán de mayor movilización social. Nadie prevé ningún tipo de violencia. Las distintas entidades difunden mensajes sin cesar por las redes que se viralizan. Hasta los curas y las monjas andan de misión, predicando la necesidad de votar. Aixó no ho atura ningú.

En fin, que nos vemos a las 19:00 o a las 21:00 en Sant Boi o en La Palma de Cervelló. Más información, en los carteles.

dijous, 28 de setembre del 2017

"¡A por ellos!" Cómo el referéndum ha destruido la izquierda española

Con estas declaraciones, Felipe González reafirmará a muchos en su felipofobia y se ganará nuevos enemigos. ¡Mira que comparar el independentismo con el 23F! Muchos no se lo perdonarán. Y, sin embargo, no es lo más grave que ha dicho. Lo más grave es reconocer que Cataluña es lo que más le ha preocupado en los últimos cuarenta años. ¿Y no ha encontrado usted, siendo The One entre los suyos, ni un momento para proponer la sombra de una propuesta de solución? Entonces, las cosas que menos le preocupaban, ¿cuánto le preocupaban? ¿Nada?

Grave crisis de Estado, dictamina el prócer, como si acabara de aparecérsele, imponente como Manderley a la luz de los relámpagos. Y lleva más de diez años incubándose hasta manifestarse a plena luz con una hoja de ruta de 18 meses. 18 meses han tenido los tres partidos dinásticos para hacer algo, proponer, instar algo frente a una crisis que, en efecto, es de Estado porque afecta a la Corona. Ni lo vieron. No vieron nada. Siguieron -y siguen- haciendo política para una España imaginaria que permita prescindir  de los catalanes, pero no de Cataluña.

Han acabado viendo lo que llevan diez años negándose a ver. No es seguro que acepten responsabilidad alguna por su irresponsabilidad y negligencia y, si lo hacen, tardarán otros diez años. Los políticos españoles solo entienden el presente como historia.

Pero el destrozo del independentismo catalán es en el arco de la izquierda española de la que, como del Templo, no quedará piedra sobre piedra. Aterrorízase esta izquierda con los vídeos de las muchedumbres vitoreando a la Guardia Civil al grito de "¡A por ellos!". Ahorrémonos comentarios evidentes. La izquierda socialdemócrata censura esas formas violentas. Pero, cuando Rodríguez Ibarra pide un gobierno de coalición con el PP, en realidad está pidiendo un ¡A por ellos! menos gritón. El PSOE se ha esfumado como la niebla matinal ante el referéndum. Prometió en algún momento aportar alguna propuesta para actuar en positivo ya que el gobierno no hacía nada. Y nunca más se supo. El referéndum es ilegal. El PSOE respalda al gobierno. Anda en dudas con el 155 (González no tiene ninguna) pero podía darse cuenta de que esa pantalla ya ha pasado y ahora estamos en una especie de estado de excepción encubierto. Da igual: respaldará lo que sea. Detenciones, requisas, registros, cierre de webs (llevan 140 cerradas), incluso de entidades privadas. Lo que sea.

Creen los socialistas que salvan su responsabilidad apuntando a su propuesta de diálogo el día 2 de octubre. Vaya usted a saber cómo estará el patio el 2 de octubre. Lo que importa es aquí y ahora, a tres días del referéndum, quedan 72 horas para negociar, como dijo Puigdemont a Évole. Negociar la pregunta, la fecha y la mayoría. Pero el PSOE esto no lo oye ni lo ve. Es rehén del PP, cuya política es la confrontación.

Confrontación con un amplio y denso movimiento social, transversal, plural, intergeneracional. Confrontación con un fenómeno de nuevo tipo, una revolución. Que el PP no la vea o, caso de verla, la repudie con indignación, es lógico. No lo es tanto que la nueva, genuina, auténtica y transformadora izquierda de Podemos y adláteres tampoco la haya visto y, de haberlo hecho, la haya combatido con tan sañuda como dogmática torpeza. Agarrarse al relato de la corrupción pujolesca y el 3% para descalificar una revolución de este calibre es lamentable. No porque este juicio coincida con el de la derecha en el gobierno y en los medios. Tampoco porque, en sí misma, sea una objeción ridícula. Es lamentable porque no ve la parte de verdad que su oposición encierra: claro que el independentismo tiene el apoyo de los del 3%, incluso, presumo, hasta del mismo Pujol. Pero es porque tiene el apoyo de la burguesía mayoritariamente, que es mucho más que el 3%. Precisamente es este paso de la burguesía al independentismo, el que convierte el movimiento en una revolución porque es republicana y es nacional a fuer de interclasista. Y los de Podemos, empeñados en una política nacional de otra nación (la que comparten con el PP, el PSOE y C's), no han visto ni escuchado la revolución en Cataluña. ¿Saben por qué? Porque es en Cataluña, y su política es para España, para la España que vitorea Iglesias, la de siempre, la que incluye la Cataluña asimilada

Podrían darse una vuelta por alguna asamblea de la CUP en donde se discuta sobre la dialéctica del eje social y el eje nacional. 

De momento, desnortada y sin habla, la izquierda española tiene tantas posibilidades de imponerse electoralmente a partir del 2 de octubre (suceda lo que suceda el 1) como un partido que abogara por suicidios colectivos.

De cómo empezó todo

Aquí mi artículo de hoy en elMón.cat. Es un sucinto repaso a la cuestión más candente hoy día, a cuatro del referéndum: ¿cómo hemos llegado hasta aquí? La respuesta, curiosamente, la dio mientras tanto Trump, a quien nuestro presidente llamaba obstinadamente "Trum", al afirmar, en síntesis, lo siguiente: a) los catalanes parecen empeñados en votar; b) el señor Rajoy dice que no lo harán; c) pero yo creo que la gente no estará de acuerdo. Mejor dicho, ni Gracián. La gente no está de acuerdo. Lo que parece mentira es que la izquierda aún no se haya enterado. En fin...

Aquí la versión castellana:

TEMPUS FUGIT

Hace 13 años que el PP montó una campaña en contra de la reforma del Estatuto catalán recogiendo firmas “contra Cataluña” en todo el Estado; doce desde que el PSOE lo “cepillara” en el Congreso hasta reducirlo a casi nada; once desde que los catalanes lo aprobaran en referéndum; seis desde la primera consulta independentista en Arenys de Munt que dio un 96% de sí a la independencia; siete desde que el Tribunal Constitucional lo triturara; cinco desde el comienzo de las impresionantes manifestaciones de las Diadas que Rajoy considera “algarabías”; cuatro desde que Rajoy rechazara de plano todas las peticiones de Mas; tres desde la consulta del 9N en la que más de millón y medio de catalanes votó por la independencia; dos desde que las elecciones de diciembre de 2015 dieron un Parlament de mayoría independentista; uno y medio desde que el gobierno de enero de 2016 fijara una hoja de ruta hacia el referéndum (y la independencia) de 18 meses.

No es una decisión precipitada, un salto en el vacío, una improvisación. Tanto da: el nacionalismo español consideró que se trataba de un plan surgido sobre la marcha, de modo irreflexivo, para ocultar la corrupción de CiU y el 3% y que se vendría abajo y se desinflaría como un soufflé. Los propios catalanes no harían nada por realizarlo sino que se enfrentarían entre ellos, como tienen por costumbre y, al final, no habría nada, ni hoja de ruta, ni referéndum ni, por supuesto, independencia.
Tan seguros estaban los políticos nacional-españoles, la miriada de sus intelectuales orgánicos y los círculos bancarios y empresariales de que el soufflé se desinflaría, que no se molestaron en articular una estrategia y una táctica frente a la cuestión catalana. No se les ocurrió llevar la iniciativa. Esto quedaba para los catalanes. Al Estado español le bastaría con resistir para ganar la partida. Y así pasaron todos estos años, con los independentistas catalanes trabajando activamente por su causa, articulando propuestas, ensanchando su base original y elaborando un discurso que ha acabado siendo hegemónico en Cataluña y un relato independentista frente a los cuales el nacionalismo español no contraponía nada, no reaccionaba, no mostraba ningún tipo de iniciativa.

Cuando quedan descasos días para la realización del referéndum anunciado con 18 meses de antelación, las distintas corrientes políticas que integran el arco parlamentario español han experimentado la urgencia del momento. El soufflé no solo no ha bajado sino que ha subido. Los partidarios del referéndum siguen siendo mayoría aplastante, el voto independentista se mantiene y las fuerzas políticas que lo postulan están más unidas y son más activas que nunca.

A la vista de la situación , desde la derecha neofranquista gobernante hasta las diversas oposiciones, la dinástica del PSOE, la de los dos nuevos movimientos C’s y Podemos, se aglomeran en el centro del escenario del foro público aportando soluciones apresuradas, de último minuto, tratando desesperadamente de encontrar una vía, no de resolver la cuestión, sino de impedir un referéndum que ninguna de ellas, ni la derecha ni las izquierdas aceptaron jamás, aunque Podemos haya hecho a veces ademán de secundarlo.

La derecha del PP, la principal responsable de la deriva independentista, se ha negado siempre a otro tipo de diálogo, de concesión, incluso de mero reconocimiento de la condición de interlocutor del independentismo. Anclada en su pretexto dogmático del respeto a la ley, aquella apenas oculta que su propósito es llevar la cuestión a la confrontación directa para aplicar la violencia y la represión, único lenguaje que entiende y, de ese modo, aspira a una derrota del independentismo que justifique su política de nueva sumisión de Cataluña.

El PSOE ha hecho algunos amagos de última hora de encontrar una solución intermedia a base de resucitar un caduco federalismo en el que en el fondo no cree, pero ha acabado cerrando filas con la derecha, respaldando su política de represión por la fuerza bruta y consolándose con la vaga promesa de que a partir del fracaso del referéndum al coste que sea, se abrirá una imprecisa forma de diálogo en la que, en realidad, no está interesado nadie.

La izquierda neocomunista, sus confluencias y sus referentes catalanes han aportado a la desesperada –y en una situación de peligro para su integridad física- una nueva propuesta de tercera vía entre la tercera vía del PSOE y el respeto al principio democrático de la autodeterminación de los pueblos que debiera haber aceptado sin más, actuando en consecuencia y apoyando la única alternativa hoy legítima: el referéndum vinculante del 1 de octubre con o sin pacto con el Estado.

Todos ellos tuvieron tiempo de sobra y no hicieron nada porque jamás creyeron que Cataluña había iniciado un proceso revolucionario de nuevo tipo. De nada servía frente a él el juego de los aparatos ideológicos y represivos de la Constitución de 1978, ni el seudorreformismo del PSOE, ni la demagogia populista de Podemos en su intento de sustituir el horizonte de independencia por oscuras logomaquias.

Pasó el tiempo de las componendas y soluciones transitorias. Los 18 meses de la hoja de ruta han puesto a cada cual en su sitio y desenmascarado a quienes no jugaban limpio. La suerte está echada y debe decidir entre un nacionalismo español opresivo, corrupto, agresivo y sin proyecto ni perspectiva y la opción independentista catalana que fundará la República en Europa abriendo una nueva época para la propia Europa, para España y, sobre todo, para Cataluña.

Hoy, Palinuro en Sant Vicenç dels Horts

A las 20:00 en la sala xica de la Vicentina, en Sant Vicenç dels Horts. Para hablar de "la gran oportunidad". Lindo título, que diría un argentino. Hay momentos en la vida de los pueblos en los que estos se encuentran ante una "gran oportunidad". Se han dado varias veces en el curso de la historia y, cuando se han dado, han cambiado la historia de curso. Los ingleses la tuvieron en el siglo XVII y se colocaron en cabeza de las naciones civilizadas. Los norteamericanos y los franceses, en el XVIII y abrieron una brecha para toda América. Los rusos y muchos otros, en el XX y poblaron el mundo de naciones. Los catalanes, en el XXI y universalizarán el derecho de autodeterminación.

Hay más de mil periodistas acreditados en Barcelona. El mundo nos oberva. Los catalanes están haciendo una revolución democrática, pacífica y alegre. No solo la gente se ha echado a la calle en eso que los fiscales llaman "turbas" y es ciudadanía pacífica en ejercicio de sus derechos, sino que también van los estamentos: los estudiantes, los bomberos, los abogados y ya veremos qué hacen los agricultores, los repartidores de pizzas o los farmacéuticos. Frente a un movimiento social de esta envergadura, el Estado sigue aferrado a una ciega política de tratarlo como un asunto de orden público, con métodos represivos.

Nos vemos en Sant Vicenç del Horts.

dimarts, 26 de setembre del 2017

La entrevista

No tenía intención de comentar la entrevista de Évole a Puigdemont porque tampoco me pareció que llegara ni de lejos a las expectativas que había suscitado. Me limité a señalar en el post anterior que "de la entrevista de Évole es razonable quedarse con la afirmación de Puigdemont de que la DUI no está encima de la mesa del govern, pero no la descarta, como tampoco descarta la posibilidad de ir a la cárcel, por desagradable que le parezca. Eso dibuja una percepción de liderazgo del que no hay ni sombra en el campo del Estado."

Pero vengo leyendo muy airadas reacciones al programa de Salvados y voces muy críticas hacia Évole de un lado y Puigdemont de otro. El intercambio, rapidísimo, suscita pasiones. Se carga mucho contra Évole, al que se acusa prácticamente de acoso y está generalizada la impresión (en unos casos alborozada y en otros triste o indignada) de que el presidente no salió bien parado. No me dio esa impresión en modo alguno. Fue, desde luego, una entrevista dura, sin concesiones. Pero es lo que se espera de un periodista de altura. Quizá corta en exceso al interlocutor pero eso redunda en beneficio de este que se adapta y coloca siempre el mensaje que desea. 

Se menciona mucho el episodio del Kurdistán y el voto en contra de Puigdemont en 2014 y se subraya que pareció desconcertado. Eso enfurece más a sus partidarios que han buscado una explicación en el diario de sesiones del Parlament sin darse cuenta de que caen en la trampa de dar importancia a algo que no la tiene. Es un hecho: en 2014 Puigdemont votaba contra la autodeterminación del Kurdistán y en 2015 propone la de Cataluña. Pero, ¿qué se quiere decir con eso? ¿Que en una de las dos veces mentía? ¿Que su propuesta de autodeterminación para Cataluña no es sincera? El asunto es anecdótico y, en todo caso, se refiere a la coherencia interna del afectado, pero no a la pertinencia de la causa que ahora propone. 

Se menciona mucho menos que Puigdemont ha expuesto con claridad su posición y su programa ante un auditorio de millones en toda España. Y toda España ha visto y entendido que el referéndum se hará, no por malévola voluntad de un grupo de conjurados e iluminados, sino por la voluntad del pueblo. La gente ha entendido porque la explicación ha sido meridiana que es la gente como ella la que hace el referéndum. 

El fiscal general ha dado orden a los mossos d'esquadra de que requisen toda urna que vean. Queda por saber si los mossos ejecutarán la orden y qué sucederá si no lo hacen. Puede desembarcarse la fuerza en las naves. Según parece, hemos comprado no sé cuantos aviones a los Estados Unidos por valor de varios miles de millones de euros, coste de la declaración que hará Trump condenando la autodeterminación de Cataluña. Para pagar las pensiones, el gobierno ha tenido que pedir un crédito de 10.000 millones. En su ansia por mantener la unidad de España, estos se la han cargado.

Y, desde luego, el momento decisivo cuando, cuestionado por el periodista, Puigdemont admite que la DUI no está sobre la mesa del govern pero que es una opción posible. 

No hay marcha atrás. 

diumenge, 24 de setembre del 2017

Mientras tanto, en Cataluña...

El día amanece hoy nublado. El gobierno de la Gran Nación toma el mando de los Mossos d'Esquadra, o sea, de la fuerza legítima de la Nació Petita. Muy nublado. Medida ejecutiva directa, no consultada ni sometida a control de parlamentos, tribunales u otras zarandajas democráticas. Muy nublado mientras me dirijo a la xerrada en Alella. A la puerta de un espacio abierto, una pareja de agentes de la GU ya ha explicado a los organizadores que cumplen órdenes, a saber: a hacerse ver. Más noticias: el gobierno ya ha designado al oficial que tomará el mando de los mossos: un coronel de la Guardia Civil llamado Pérez de los Cobos, hermano del Pérez de los Cobos, militante del PP que presidió una temporada el Tribunal Constitucional e hijo del también militante de Fuerza Nueva, Pérez de los Cobos. Y no es él menos pues anduvo procesado por torturas en el País Vasco, aunque luego absuelto por un tribunal español. Gente, como se ve, muy ecuánime cuando se trata de habérselas con independentistas. A la salida de la xerrada hablo con una mossa d'Esquadra que ha ido de paisana por decisión y afición propia. Me dice que es Mossa d'Esquadra y que siempre supo que su trabajo es servir a la sociedad catalana a las órdenes del gobierno de Cataluña. Le presento mis respetos y admiración por su actitud. Sabe lo que hace y es consciente del momento en que vive; en el que vivimos todos. Más tarde, llegando a la segunda xerrada, en Sant Cebrià de Vallalta, nueva noticia: el govern no traspasará el mando de los mossos al gobierno de España. Veo a Forn y a Trapero (¡qué imagen tan poderosa la de este hombre!) y escucho sus clarísimas razones políticas y su sólida base jurídica. El gobierno no puede asumir el mando y el coronel Pérez de los Cobos puede aspirar a otros destinos, seguramente más cómodos que esta tierra de rebeldes muestraculos al estilo de los escoceses de Wallace. El día se aclara. Las nubes se retiran y el Mediterráneo está bañado con su luz diáfana. Me acuerdo de la mossa d'Esquadra y pienso que esto es indestructible porque forma un arco con los extremos unidos en la misma tensión: los jefes protegen a los subordinados y los subordinados confían en los jefes. Después de la xerrada, en un pabellón sportiu, correspondiente butifarrada. La noche caída mientras tanto es en realidad día y con tanta gente alegre de toda andadura de la vida, más que día, casi amanecer. Muchas me dan las gracias pero soy yo quien debe darlas porque gracias a ellos, a la gente que he conocido en todos los puntos de Cataluña, al cabo de tantos años he encontrado mi país, el que he buscado toda la vida, un país de gente digna. Lo que siempre quise para España lo he encontrado en Cataluña. Alguien comenta que los mossos han detenido a un policía nacional que ha entrado en un comercio en las Ramblas, creo, con un arma y bajo los efectos del alcohol, o eso dice. Nadie señalará, supongo, porque los catalanes son aficionados al understatement, que ha caído a los mossos tarea doble: proteger a la población de los delincuentes habituales y de los atípicos. Los chavales de enseñanza secundaria y universitaria están echándose a la calle y empiezan a ser el habitual río de lava que engulle todos los cuentos y las logomaquias de los políticos, especialmente los de izquierda. Cuando los de los barcos reciban la orden de desembarcar, algo insomnes según parece, lo van a tener francamente crudo. Por eso están allegando más razones al Principado: tanquetas, vehículos blindados y hasta un cañón móvil de agua, todos instrumentos pensados por amenizar el diálogo con que el PP y el PSOE quieren deleitarnos a partir del dos de octubre. Tras la butifarrada gratísimo concierto de habaneras a cargo del dúo La vella Lola, Marta Bombí, la cançó y Josep Bergadà, voz y guitarra. Buenísimos. Les pido El meu avi va anar a Cuba. La tienen prevista para el final porque es muy popular. Les digo que tengo un amic dramaturgo que ha escrito una pieza de teatro con ese título, Marcel Vilarós (hola, Marcel) y que sería buena idea que se pongan en contacto, así que luego os pongo un email a cada uno. Nos vamos a dormir en medio de rumores de que el gobierno anda preparando una redada de altos cargos del govern, consellers y el propio presidente de la Generalitat. Parece absurdo ¿verdad? Pero el sentido del absurdo del gobierno central está en contexto berlanguiano, según acaba de decir, creo, Antonio Banderas. Bueno, según parece, pasado mañana el Señor de los sobresueldillos irá a visitar al Emperador en humilde solicitud de alguna declaración contra la independencia de Cataluña. Se dice que el ministerio correspondiente ya la tiene amarrada a cambio de la compra de unos aviones que probablemente no volarán por unos miles de millones de euros. Una futesa y, mira, a los mejor sale Trump por la tele diciendo que está en contra del derecho de autodeterminación de Sicilia. Pienso, antes de dormir que, pendiente el alto servicio exterior de tan trascendental misión, en estos dos días el ministro Zoido dejará en paz a la gente en Cataluña pues no puede permitirse algún escándalo que le saquen a su presidente en Washingto. Un respiro, por Toutatis, ya en puertas del referéndum. Y las malditas urnas sin aparecer.

Entre tanto, ¿Qué hace la izquierda? En el caso del PSOE, apoyar incondicionalmente al presidente Rajoy, a quien pidió en su día que dimitiera. Gente práctica los socialistas, como el interesado no tenía, ni tiene, ni tendrá intención de dimitir porque no quiere perder el aforamiento, decidieron civilizarlo y convencerlo de que pasada al oleada de la muy justa represión que los indepes se han atraído sobre sus cabezas como las orgullosas torres atraen los rayos, deberá ofrecer diálogo, después del dos de octubre. Porque antes no lo hubo. Sin duda, el PP no lo propició, pero el PSOE tampoco lo exigió. La oferta actual carece de todo valor porque ni quienes la hacen tienen crédito ni lo que dicen sentido sino que son una sarta de disparates sin conexión lógica alguna. Dice Sánchez que “en esta crisis hay tres opciones: la de Puigdemont que es votar sin dialogar; la de Rajoy que es dialogar sin votar; y la del PSOE y del PSC que es dialogar y votar un acuerdo con todas las garantías democráticas”. Dos falsedades y un conjuro de magia potagia. 1ª. Puigdemont quiere votar sin dialogar. Falso. Puigdemont quiere votar y dialogar. 2ª Rajoy quiere dialogar sin votar. Falso. Rajoy no quiere dialogar ni votar.  Magia potagia: el PSOE ofrece llegar a un acuerdo y votar con todas las garantías democráticas.¿Qué acuerdo?¿Quiénes votan? ¿Cuándo? Mientras esto no se diga, la propuesta es como un viaje al país de la Cucaña. Uncido al carro de Atila, el PSOE no puede hacer otra cosa que volver a pisar la hierba que pisó el caballo de aquel.

¿Y Podemos? Si lo de Cataluña es berlanguiano y lo del PSOE se parece algo al inspector Clouseau, lo de Podemos es buñuelesco, al estilo del Ángel Exterminador. Llevan dos días de profundas cavilaciones en un seminario o similar apartados del ruido del siglo para hacer práctica la audaz teoría de que la cuestión catalana se resuelve... echando a Rajoy de La Moncloa. Allá ha ido también, a aportar su particular luz la alcaldesa de Barcelona, Colau que, además se quita de enmedio con la habitual galanura en momentos delicados. Al fin y al cabo el objetivo es noble y tiene su mérito, más que la cuadratura del círculo pues consiste en ganar una fulminante moción de censura que necesita la mayoría absoluta de 350 teniendo en contra 222 votos de los dos partidos dinásticos, equivalentes aprx. a un 63%. Pequeñez que se resuelve con una declaración contundente, de esas que se imponen con la luz cegadora de la audacia y hacen temblar los cimientos mismos del sistema. Dice Iglesias  que Podemos respetaría el resultado de un referéndum "con garantías y efectos jurídicos". Obviamente, quiere decir los resultados de un referéndum legal. Dos pequeños matices: 1º, ese referéndum legal no se dará con la actual composición parlamentaria y tampoco con la que vaticinan los sondeos. 2º (y peor) ¿qué tiene de audaz y revolucionario cumplir la ley? Porque, si lo que está diciendo es que estaría dispuesto a incumplirla (por razones revolucionarias, imagino) ¿por qué no empieza por hacerlo ya y reconoce los resultados del referéndum del 1/10 se haga como se haga?

Sencillamente, por lo mismo por lo que el PSOE dice ahora que negociará un "acuerdo" que se someterá luego a referéndum,pudiendo haberlo propuesto hace años, en lugar de dar la murga con un federalismo inviable. ¿Y qué es ello

La República. La izquierda no puede digerir la idea de que los catalanes se constituyan en lo que ella no tiene ni tendrá porque no se atreve a reclamarla: la República.

Lo reitero: la independencia de la República Catalana ha triturado la izquierda española que,comoun cuerpo poseído por el Maligno, se encuentra ahora pensando, hablando y haciendo como la derecha.

dissabte, 23 de setembre del 2017

Cataluña en pie

No estamos asistiendo a la caída de un gobierno, sino al hundimiento de un régimen, el de la III Restauración borbónica. Hasta aquí ha llegado la Monarquía que se inventó Franco. No ha sabido esta desmarcarse de aquel estigma. O los franquistas no le han dejado. Y aquí está entre las tarascadas agónicas de un Estado represivo con una poderosa maquinaria de overkilling que no le sirve para nada. Los antidisturbios atracados en sus barcos de Looney Tunes, en espera de que haya unos disturbios que solo ellos pueden provocar porque el pueblo catalán está en un movimiento amplio, profundo, poderoso, pero al tiempo, pacífico, festivo.

Los jueces y los fiscales (ese nuevo Eliot Ness reprobado por el Parlamento en su lucha por la prohibición) despliegan una actividad intimidatoria, amenazadora, represiva. Multas, denuncias, querellas, con sus correspondientes debates sobre legalidad, procedimiento, abuso de poder, conculcación de derechos llueven sobre círculos cada vez más amplios de personas: cargos públicos, políticos, dirigentes sociales, manifestantes, alcaldes. Están a punto de caer en la aberración de una causa general contra el independentismo: todo aquel que lleve una estelada es perseguible. Un intento tan delirante como antiguo de eliminar la libertad de expresión y restablecer los "delitos de opinión". Ahora acusan de sedición a los responsables de los actos "tumultuarios" de protesta por los registros de hace dos días. Mañana pueden acusar de rebelión. Por acusar y procesar que no falte, a ver si los indepes deponen su actitud.

Los estudiantes se han echado a la calle. Los fuegos fatuos del 68 se unen con los rescoldos del 15M y confluyen en el proceso independentista, dándole un alcance y fondo imposibles de prever. Se han añadido los curas. La movilización social se ha hecho permanente. Total, quedan ocho días. Y el mundo entero vigilando. Está claro que el Estado no dispone de los medios para hacer frente a la situación en los términos que planeó en un primer momento: que los indepes muerdan el polvo. Dado que esto es ya imposible, el problema es cómo se da marcha atrás o se cambia el rumbo sin que parezca una derrota en toda regla.

Tanto si el referéndum se celebra como si el Estado consigue impedirlo por la fuerza bruta el independentismo habrá ganado. Lo razonable sería pactar el referéndum y dotarlo de esas garantías que tanto reclaman quienes no quieren darlas. Pero el gobierno no es razonable. ¿Podría ayudarlo a serlo la oposición, al menos esa oposición admitida en La Moncloa del PSOE? Sería difícil, aunque no imposible. El problema es que el PSOE participa de la misma ceguera y sinrazón del gobierno.

¿Que creen los dos partidos dinásticos que tendrán el dos de octubre con o sin referéndum? Una situación ingobernable porque la única forma de impedir que los indepes vuelvan a plantear su reivindicación es mantener a Cataluña en este estado oculto de excepción, cosa escasamente viable en Europa. El acopio de fuerzas de seguridad se complementa con la presencia de la Guardia Civil, ese cuerpo híbrido civil-militar que permite reprimir con contundencia sin dar impresión de intervención militar. Nunca, ni en los peores momentos del terrorismo etarra hubo tanta dotación en el País Vasco. Recuérdese cómo entonces se decía que, en ausencia de violencia, podría hablarse de todo. Según puede verse hoy mismo.

El nacionalismo español necesita el concurso del estamento pensante para reconstruir y fortalecer una legitimidad que le permita derrotar el independentismo. Se llama a capítulo a los intelectuales, hasta ahora silentes, y estos empiezan a firmar manifiestos contra el referéndum. En el primero, los intelectuales unionistas piden al pueblo catalán que no vote, que no caiga en la "trampa democrática". Un manifiesto de apostólicos, sin más alcance que este. "Lejos de nosotros, etc".

El segundo manifiesto, firmado por unos doscientos treinta profesores universitarios no solo se opone cerradamente a la celebración del referéndum sino que exige que el Estado haga uso de la violencia legítima. Tiene gracia que muchos de los firmantes fueran parte del movimiento estudiantil de los años sesenta, hoy se encuentren defendiendo lo mismo que atacaban de jóvenes. Lástima de máquina del tiempo. Pero, es cierto, siendo intelectuales, sus razones habían de ser más complicadas que la interpretación de una ley de vida del abuelo Juanito. Y lo son.

Casi todos ellos son creadores y defensores del relato que ha imperado en la esfera pública intelectual, mediática, académica: España ha dejado de ser una excepción en el concierto europeo; ahora es un Estado de derecho, una democracia consolidada en el estilo de la tradición liberal occidental. Lo han escrito, predicado, televisado, radiado. 

Pero no es verdad. Y la prueba es su manifiesto.

En Cataluña hay una revolución nacional y republicana. En España no hay nada. La derecha y la izquierda de orden solo ofrecen un "no" rotundo al referéndum y un vagaroso diálogo para las calendas. La izquierda "verdadera" hace más o menos lo mismo. Sería deseable el referéndum pactado y, antes de tener que pronunciarse sobre si apoyan el referéndum no pactado, el único que hay, se entretienen convocando mesas o asambleas por el diálogo que no son muy verosímiles mientras el PSOE siga uncido al carro de la derecha.

En Cataluña la cosa está clara: habrá referéndum salvo fuerza mayor, pero los indepes tienen una última bala en la recámara: la DUI.

En España no hay nada claro. Ninguno de los cuatro partidos estatales tiene nada en común con los otros como no sea un carácter dinástico más o menos confeso pero que dibuja el auténtico problema del Estado español en relación a Cataluña: la Monarquía. Cosa de cierto relieve por cuanto al Rey corresponde el mando supremo de las Fuerzas Armadas. 

¿Se entiende por qué la izquierda española no ha salido en defensa de los indepes y se niega a reconocer la validez de los resultados del 1/10.