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dissabte, 2 de juny del 2018

El gobierno debe ser de coalición

De los 180 votos favorables a la moción de censura, 24 (PDeCat, ERC, PNV y Bildu) no fueron "síes" a Sánchez Castejón quien, muy osada e inteligentemente, optó por no pactar nada con nadie, sino "noes" a M. Rajoy. De los 156 restantes, los 85 PSOE habrán sido "síes" de corazón y los 71 Unidos Podemos, "síes" de conveniencia. Pero en ambos casos, "síes" a Sánchez Castejón. Y desde el principio. No es exagerado decir que la moción la presentaban ambos. Y tampoco lo es pedir un gobierno de coalición entre las dos fuerzas de la izquierda, con un programa mínimo común y un correspondiente reparto de áreas ministeriales.

Todas las crónicas de prensa de hoy dan por sentado que Sánchez encabezará un gobierno monocolor en el que quizá haya independientes, pero de la órbita del PSOE. En todo caso, las quinielas son entre socialistas. No es elegante, no es justo y, además, no es posible. Los 85 diputados de Sánchez no resistirán la primera tarascada de los 169 de la derecha. No resistirán ni los 156 de PSOE y Podemos. Los 24 votos nacionalistas y/o independentistas seguirán siendo imprescindibles a lo largo de la legislatura. La gobernación de España seguirá dependiendo de los votos de la Antiespaña. En rigor, los indepes y nacionalistas también podrían pedirse algún ministerio. No lo harán porque, en efecto, no votaron "sí" a Sánchez sino "no" a Rajoy. Pero no es el caso de UP y no hay razón para excluirlos del gobierno. Y conste que aquí se defiende un gobierno de coalición por puro sentido de juego limpio ya que, en opinión de Palinuro, en poco ayuda al independentismo que Podemos esté o no en el poder. 

Salvo que Sánchez, como K el agrimensor, traiga otra alzada en el ánimo: un gobierno minoritario, casi minúsculo, gobernando según lo que se conoce como "geometría variable", pactando con la izquierda de Podemos y los indepes y nacionalistas determinadas medidas de derechos, sociales, reformistas, etc. para vencer a la derecha, y con la derecha en medidas de corte nacional español para vencer a los indepes y nacionalistas y, si se tercia, también a Podemos. 

Quien haya seguido la política española admitirá que, dadas las circunstancias de presión interior en su partido y sus propias convicciones reciamente nacional-castellanas, Sánchez puede intentar la jugada. Para el frente social, esgrime la imagen del líder que, como pedía Iceta, nos ha librado de Rajoy. Ayer cantaban albricias los aparatos de propaganda del PSOE y Podemos, celebrando la liberación de la pesadilla y comunicando la buena nueva a las masas enfervorecidas "yearning to breathe free”, como reza el verso de Emma Lazarus, grabado al pie de la estatua de la Libertad. 

Para el frente nacional, la abrumadora mayoría parlamentaria que concita. Un porcentaje muy elevado del electorado español, representado en el Congreso, en torno a un 80%, sumando algunos sectores nacional-castellanos de Podemos. Es un mandato democrático. Nada se dice de que la proporción se invierte en Catalunya y que, por lo tanto, lo que se presenta como mandato democrático no es otra cosa que un ejemplo de tiranía de la mayoría. Cualquiera que tenga idea de la adopción de decisiones colectivas con mayorías y minorías sabe de qué se trata. Y si la minoría es estructural (por ejemplo, nacional o lingüística o ambas), solo le queda tragar o rebelarse. Rebelarse en sentido filosófico, claro, no en el del juez Llarena. 

Esa geometría variable es ilusoria. El conflicto España/Catalunya que, según dictaminan hoy sabios analistas, es el determinante de la política española, no se resuelve jugando a las alianzas parlamentarias. Los dos parlamentos son radicalmente distintos. Los tres partidos dinásticos que en Madrid suponen un 72% de los escaños se quedan en el 42,2% en Catalunya, mientras que los indepes son, en cambio, el 51,8%. Son dos parlamentos de dos países.  Uno, una monarquía; el otro, una república. Difícil enmienda tiene este descosido. Por no decir, ninguna. 

Se sabe: aquí no hay una "cuestión catalana", sino una "cuestión española". El frente nacional, el triunvirato del 155 (habrá que ver qué rostro sustituye a Rajoy), no tiene oferta para Catalunya y su horizonte es aun más confuso cuando se recuerda la presencia de UP en el vertebrado gaseoso de los comunes. El mismo Sánchez invoca ahora el "diálogo", pero se presenta con una propuestas positivas tan bestias, como más 155 contra Le Pen, no elecciones, reforma del Código Penal para criminalizar el independentismo, que más le vale decir que no tiene ninguna, como el dios de Maimónides o el hombre de Musil, que no tienen atributos.

Las elecciones anticipadas parecen inevitables. No está claro, sin embargo, que sirvan para algo si, como es de suponer, cambian el panorama político pero no mucho. Las que pueden ser decisivas son las también muy probables elecciones catalanas anticipadas. Se admiten apuestas respecto a cuáles hayan de ser más importantes para España.


divendres, 16 de juny del 2017

La gloria y la crítica

La moción de censura de Podemos ha tenido, como todo, luces y sombras. La luz: la revelación de alguna figura política prometedora, una crítica demoledora al gobierno de la corrupción y la consagración de un estilo parlamentario nuevo, directo, sin concesiones pero respetuoso, en contraste con los usos tumultuarios de la bancada del PP que Rajoy llamaría de hooligans porque no sabe que existe el término "gamberro"; señorías gamberras, vamos.

La sombra: ya parece incuestionable que la estrategia del sorpasso es un fracaso. Se han necesitado tres años para reconocer algo claro hace otros tres. Tres años, dos elecciones generales, varias autonómicas y municipales, una consulta atípica catalana, dos investiduras y una moción de censura. 

Y todo para que el paradójico resultado de la moción haya sido evidenciar los límites de Podemos y su candidato, quien ha tenido que comerse literalmente sus recientes palabras de que no habrá alianza con el PSOE a nivel de júnior. Sin el PSOE no se llega al gobierno; contra el PSOE, menos; y destruirlo mientras se asaltan los cielos ha resultado la aventura del bocazas de Ícaro.

Paradójicamente, el fracaso de la moción de censura ha fortalecido la figura de Sánchez y consolidado la de su partido al que ya todos, Podemos incluido, llama "nuevo", adjetivo potente en mercadotecnia. La moción de censura ha sido a mayor gloria de Sánchez y de su partido. El primero, ausente -circunstancia esta que, bien llevada, continuará el relato de la candidatura de Sánchez- y el segundo, reafirmado en su centralidad política gracias a una intervención muy consistente, justa y moderada de Ábalos.

El equipo camina hacia la gloria. Pero la gloria ciega al tiempo que la crítica enmudece y el líder se lanza a su propia destrucción seguro de sí mismo. Cuando Sánchez comprueba que tiene una valoración alta, le conviene recordar que quizá no se deba a sus méritos, sino a los deméritos de los competidores, abundantes y hasta divertidos. El mérito de Sánchez, cuando lo tenga, consistirá en dar cumplimiento a ese compromiso de buscar una amplia mayoría que permita desbancar al PP. Aparte de que el verbo desbancar se presta a chistes, la expresión es demasiado vagarosa. En lenguaje reglamentario es más sencillo: presentar una moción de censura ganadora. Esa moción de censura solo puede ser de dos formas con variantes: forma a) PSOE, C's, Podemos; forma b) PSOE, Podemos, JxS y algunos otros. 

Las dos tienen al PSOE y a Podemos. Por tanto, sería lógico que se pusieran de acuerdo respecto a quién invitarían. Más acorde con la invitación a la izquierda de Sánchez es aproximarse a JxS, pero esto plantea un problema de equilibrio constitucional. Sin embargo, la moción de censura permite una posibilidad de entendimiento. Si ERC vota a favor de la moción de Podemos que acepta el referéndum pactado pero no el unilateral, lo mismo podría hacer JxS con otra moción del PSOE y Podemos en idénticos términos. 

La pelota estaría entonces en el tejado del PSOE y si este aceptaría un referéndum pactado y, por ende, legal. Aquilátese aquí la legalidad. Ábalos dice que el PSOE apoyará al gobierno en todas las medidas legales en el contencioso catalán. O sea, que no va a apoyarlo en las ilegales. Bueno es saberlo. Pero la cuestión es si, además de apoyarlo, propone iniciativas de solución por su parte o insta a propuestas de negociación que permitan hacer legal una solución razonable negociada políticamente.

El problema está ahí y ahí es donde Sánchez tiene que mostrar su talla.

dijous, 15 de juny del 2017

La realidad siempre es interpretable


La moción de censura constructiva es un invento diabólico, pensado para no emplearlo nunca. Se les ocurrió a los alemanes después de la Segunda Guerra Mundial, aterrorizados por la memoria de la inestabilidad parlamentaria de la República de Weimar. Atacaban lo que pensaban que era una de las causas del nazismo. Era un miedo parecido al que les inspiraba la reproducción de la locura inflacionista en los años de aquella República. Del miedo a la inflación desbocada ha salido el Banco Central Europeo, con su sede, claro, en Frankfurt que tiene a la Eurozona en estado de austeridad. En cuanto a la inestabilidad parlamentaria, la moción de censura constructiva (konstruktive Misstrauensvotum) está en el artículo 67 de la Constitución alemana.

De ahí la tomaron los españoles, siempre muy influidos en cuestiones jurídicas por los teutones, casi al pie de la letra en el artículo 113. En los 68 años de vida de la Constitución alemana, la moción de censura constructiva se ha presentado en dos ocasiones: una, para perderla en 1972 (Rainer Barzel contra Willy Brandt) y otra para ganarla en 1982 (Helmut Kohl contra Helmut Schmidt) y ambas tuvieron consecuencias insospechadas, aunque de signo distinto. En España, siempre más papistas que el Papa, en 40 años de vigencia de la Constitución, hemos tenido tres, las tres perdidas: una de F. González contra Suárez en 1980, otra de Hernández Mancha contra F. González en 1987 y esta última de Iglesias contra Rajoy.

De la experiencia española se sigue que, si las mociones de censura se presentan a sabiendas de que no se ganarán reglamentariamente, ofrecerán alguna otra ventaja. La más clara es escuchar otros discursos en el foro público, visibilizar otras posiciones. Una ventaja política considerable en una sociedad en la que la política es electoral y las elecciones se ganan exponiendo los programas propios ante la opinión pública en el Parlamento, en los medios y, si de Podemos depende, en la calle y en la cola del supermercado.

Así que, habiendo fracasado reglamentariamente la moción, tiene efectos políticos de los que ahora se ocuparán los analistas en debates sin cuento, contraponiendo todo tipo de interpretaciones de un episodio que, sin parecerlo, puede haber cambiado sustancialmente el tablero de juego.

Algo, no obstante ha quedado tan claro que escapa a toda relativismo por vía de opiniones. La moción ha revelado una figura política de mucha categoría en la persona de Irene Montero. Su intervención rigurosa, documentada, valiente y sin concesiones ha sido la mejor de todas al modesto juicio de Palinuro. Una enmienda a la totalidad política y moral. Téngase en cuenta que, aunque Montero tiene ya amplia experiencia en intervenciones anteriores, nunca en un pleno extraordinario de estas características. Ha pronunciado una especie de Maiden Speech que fija la carrera y el destino de quien lo hace. Tan contundente ha sido el discurso -en presencia de los ministros, todos con las orejas gachas, no queriendo escuchar lo que estaban oyendo- que sus enemigos, para responder, no han encontrado nada mejor que escudriñar en su alcoba.

Nuevo tablero, es de esperar, abierto a interpretaciones. La más llamativa, la discrepancia en las dos cabeceras de El País (El PSOE tiende la mano a Podemos) y la de Público (Iglesias pierde la moción de censura, pero abre la puerta a crear una alternativa con el PSOE). A lo que parece, las dos manos están tendidas y habrán de encontrarse en algún momento, salvo malévola aporía. Cada medio otorga el protagonismo a su favorito. En El País no gustan nada las nuevas relaciones peligrosas de Sánchez pero el pragmatismo manda. Díaz, su candidata, perdió. La autoridad es Sánchez. Y no se le pueden poner barreras a través de unos editoriales que son verdaderas sangrías de lectores.

En Público se apunta el tanto al equipo de casa y es Podemos quien "abre la puerta". Innecesario recordar que no tendría que abrirla si no la hubiera cerrado cuatro días antes afirmando que Podemos no estaba dispuesto a entrar en coalición alguna con el PSOE porque no quería ser el miembro "júnior". Es un cambio de 180º en un visto y no visto; merece alguna aclaración. Salvo que se haya encontrado una forma de asociación compuesta por dos séniores y ningún júnior, cosa rara. Ya decíamos que la consecuencia política era la alteración del tablero político. Quizá un terremoto, aunque no hasta ese extremo. Ábalos viene reclamando la hegemonía y la primogenitura en nombre de un partido renovado

Podemos presiona ya para que los diputados de la izquierda se pasen las vacaciones negociando la nueva moción de censura en cuanto se abra periodo de sesiones. Vuelve la impaciencia de esta organización que parece aquejada del baile de San Vito y no sé si es lo más acertado presionar a un PSOE que tiene que asentarse, proveerse de su equipo, fijar sus prioridades, recibir un mandato del congreso. Terminar de renovarse.

Pero, además, y sin ánimo de fastidiar a nadie la fiesta, quizá no deba pasarse por alto el hecho de que sin los votos catalanes, la moción no puede prosperar. Es decir, el meollo de esa moción de censura, como todo en la política española, es la llamada "cuestión catalana".

Que cada vez es más claramente la "cuestión española".

dimarts, 27 de desembre del 2016

La pequeña gran coalición

No es una gran coalición porque no hay un acuerdo expreso de gobierno ni, por supuesto, gobierno de coalición (aunque no falten ganas en ambos partidos dinásticos), ni siquiera un compromiso de apoyo parlamentario salvo en casos específicos. La junta gestora dice estar en la oposición y marcar de cerca al gobierno del PP, lo que podría llamarse una "oposición constructiva". Lo necesita para legitimarse en el desbarajuste que tiene en el partido, con las bases soliviantadas. Pero, por mucho que diga, al llegar los asuntos de importancia, hace piña con el gobierno.

La renovación del Tribunal Constitucional es uno de esos y muy señalado. La decisión que ahora se tome (los cuatro magistrados a propuesta del Senado) condicionará la orientación de este Tribunal los próximos años, hasta la siguiente renovación. ¿La importancia? Obvia: este Tribunal es el arma que el gobierno viene utilizando en su contencioso con el independentismo catalán. La primera y, de momento, única arma a que ha recurrido si se exceptúa alguna presunta operación de guerra sucia. Parece que los dos partidos dinásticos se repartirán los cuatro magistrados por mitades porque ambos comparten el criterio de utilizar el Tribunal Constitucional para afrontar un problema político que son incapaces de resolver.

Este es el sentido de la "oposición constructiva" del PSOE. Oposición en "lo social" y pequeña coalición en los asuntos "graves". La misma junta lo había dicho hace unas fechas: que estaba más cerca del PP en asuntos "cruciales" y más de Podemos en "lo social". Dicho queda y por ellos mismos.

La agitación interna del PSOE, lejos de amainar, se encrespa. Adquieren relieve figuras nuevas, como Zaida Cantera que está demostrando nervio, firmeza, compromiso personal en una tarea colectiva de recuperación; Odón Elorza viene a la Villa a pedir a Sánchez que dé el paso al frente y proclame su candidatura. Eso, probablemente, de darse, encenderá aun más a la militancia. Y someterá a los de la junta gestora a una presión insoportable para convocar las primarias. La junta, en realidad, tiene agotado su mandato con este brillante resultado: está en pequeña coalición con el PP del que, por eso mismo, es rehén y, en su partido, no le queda otra que convocar unas primarias que equivalen a su certificado de defunción con pena, pero sin gloria.

diumenge, 7 d’agost del 2016

NO es NO

Buen argumento, voto a tal. El más respetable de los que esgrimen quienes quieren conseguir la abstención del PSOE. Tiene una fuerza de sentido práctico: en un régimen parlamentario, un gobierno en minoría está atado de pies y manos y hará lo que diga la oposición.

La cuestión, sin embargo, es que este no es un régimen parlamentario normal. Está administrado por un partido que no tiene el menor atisbo de conciencia democrática y que instrumentaliza todas las instituciones del Estado a su servicio. Un partido de raíz franquista, cuyo respeto por el Parlamento es como el que tiene por la democracia y la honradez en la gestión pública: ninguno. Ese partido, dirigido por un personaje cuya virtud política más señalada es dejar que los problemas se pudran, convertiría el Parlamento en una cámara absolutamente inoperante.

Pero hay más. El argumento es insatisfactorio porque consiste en presentar al otro las ventajas de conformarse con la opción perdedora, en lugar de permitirle que intente la ganadora. Un gobierno de izquierda con mayoría es mejor que uno de derecha en minoría. Y, si de minoría se trata, ¿por qué ha de ser mejor una del PP que otra del PSOE-C's o PSOE-Podemos?

La diputada no ve que el problema tiene un aspecto determinante que no suele aflorar en la consideración pública pero es notorio. Es cierto que lo más grave de la situación es su bloqueo y este es achacable sobre todo a Rajoy. Pero, detrás de eso, el otro problema (y, muchos sostenemos, el más grave) es el enfrentamiento entre PSOE y Podemos en la lucha por la hegemonía de la izquierda. Eso es también un bloqueo, el que se deriva de la obsesión de Podemos por destruir al PSOE.

NO es NO.

dimecres, 13 d’abril del 2016

Vacío de poder en España

Mi artículo de hoy, en elMón.cat, que me lo han trasladado del finde a la mitad de la semana, el miércoles, que es el día dedicado a Mercurio, un metal líquido. Tengo simpatía por ese dios, el Hermes de los griegos, a su vez un tipo polivalente: mensajero de los olímpicos, patrón de los ladrones, los comerciantes y los mentirosos (sans blague!) y de muchas otras cosas y presente en muy diversos momentos de capital importancia en la historia de la humanidad. Por ejemplo, es el encargado por los dioses de llevar a Paris la manzana de Eris y decidir el famoso juicio con el que empezó la guerra de Troya. Tuvo amores con Afrodita (¡afortunado inmortal!) de los que nació, lógicamente, Hermafrodito, alguien muy peculiar y que yo convertiría a mi vez en patrón/a de la autarquía o el autoservicio de no ser porque, por otra parte, ligando a la vieja usanza se conoce gente y se hace uno una culturita. En su encarnación como Hermes Trismegistos, da origen al conocimiento hermético que viene a ser una contradicción en los términos y a la hermenéutica o métodología científica que nos enseña cómo siempre cabe entender las cosas de una forma que no se le había ocurrido a nadie antes.

Bueno, lo dicho, sans blague, al grano: el artículo pretende demostrar que España vuelve por donde suele: el vacío de poder como el que hay ahora en el Estado, en el centro de la Península en donde reina un tirano o no manda nadie y el gobierno está en sede vacante. La idea es que los independentistas catalanes aprovechen el momento y aceleren la hoja de ruta. Todo lo que hagan es lo que llevarán ganado cuando los partidos consigan componer un gobierno medio viable en Madrid.

El texto castellano:

El vacío del vacío.


El vacío de poder es condición endémica española porque, cuando no hay vacío, tampoco hay poder. En España no hay nada ni funciona nada, como no sean las organizaciones de delincuentes, desde las redes de trata de mujeres hasta los partidos políticos formados por presuntos malhechores y las burocracias corruptas. La única diferencia entre el gobierno en plenas facultades, que no hacía nada, y el gobierno en funciones, que aun hace menos, es que este último, además, se ha declarado en rebeldía y se niega a rendir cuentas al Parlamento. Ya puede la Cámara pedir la comparecencia del ministro Soria por los papeles de Panamá. Antes comparecerá en el Parlamento de Panamá. O en el de Marte.

Según todos los pareceres, es posible que este gobierno de la derecha ultramontana gane las próximas elecciones con una mayoría holgada en lo que resultará ser un caso único en la historia de masoquismo colectivo. Gente que vota a quien la desprecia, la explota y la esquilma. Incomprensible, pero cierto. Es muy posible que haya cuatro años más de corrupción, de saqueo, de sobresueldos, de chulería españolista, de ley mordaza y franquismo por doquier. Muy posible que el país siga paralizado a merced de la absoluta incompetencia de estos gobernantes. Muy posible que la “gran nación” de Rajoy siga sin pintar nada en los escenarios internacionales.

Frente a este gobierno no hay oposición; no existe un terreno común entre los otros tres partidos institucionales desde el que oponerse. Los tres mosqueteros con un mandato clarísimo de constituir un gobierno como fuera han fracasado en su empeño. Los mismos que se reían de los catalanes porque no componían gobierno a raíz de las elecciones de 27 de septiembre se encuentran ahora en la misma situación, pero con peores perspectivas y una evidente falta de capacidad para resolverla. Se intercambian acusaciones, no proposiciones. Como el gobierno al que se oponen, tampoco sirven para nada. 

En este momento, la única oposición real que hay al gobierno en funciones es Cataluña. El único territorio que marca distancias y tiene a raya al nacionalismo español es Cataluña. Las relaciones entre el gobierno del Estado y la Generalitat no solo son inexistentes sino de abierta confrontación… por parte del gobierno central. Rajoy llega a Cataluña y no se entrevista con el presidente de la Generalitat que es tan Estado como él, sino que se limita a proferir amenazas en tono apocalíptico y tonterías en clave castiza. Como si esto fuera el backyard del decrépito imperio español.

Por lo demás, a Cataluña, como única oposición del régimen de la derecha neofranquista, le da igual que el gobierno del Estado esté en manos de la derecha o de la izquierda en la medida en que las dos son nacionalistas españolas y contrarias no solo a la secesión de Cataluña sino a la mera idea de un referéndum consultivo, no vinculante, con el fin de aplicar el principio democrático. Solo Podemos parece aceptar la idea de un referéndum catalán y no está muy claro en qué términos.
Siendo el único contrapoder real al gobierno del Estado, la Generalitat no puede esperar ayuda de ninguna otra parte, sino, al contrario, reproches, críticas y amenazas. Cuando no meras provocaciones, como suele suceder en las redes en donde se vierte el mayor porcentaje de catalanofobia imaginable. Solo puede contar con sus propias fuerzas, sus instituciones, su sociedad civil y su gente. Y con la simpatía que pueda despertar en la comunidad internacional por su carácter abierto, democrático y pacífico.

La minoría nacional catalana en España tiene derecho de autodeterminación diga lo que diga el Tribunal Constitucional español y todas las autoridades del Estado, pero ningún gobierno español permitirá su ejercicio. Siendo como es una minoría nacional estructural en el conjunto del Estado, no puede esperar que funcione en su caso el principio democrático porque los catalanes nunca serán una mayoría dentro de España y no les llegará solidaridad de ninguna de las partes que extraen beneficios del sojuzgamiento catalán.

Por eso, lo mejor que puede hacer es aprovechar ese vacío de poder que hay en España para llevar adelante su hoja de ruta y proceder a la desconexión cuanto antes.

dimecres, 23 de març del 2016

Quizá no sean idiotas, pero lo parecen

¿Cómo que no pueden reunirse por cuestión de agendas? ¿Cómo que aplazan las conversaciones a la vuelta de la semana de Pascua? ¿Cómo que van a hablar por teléfono para concertar una cita?

Estos tipos ¿de qué van? ¿En dónde creen que están? ¿Cómo entienden su trabajo? ¿En qué concepto tienen a la gente que los ha votado?

El país esquilmado durante cuatro años por una banda de ladrones; el Parlamento burlado durante toda la legislatura por un gobierno de prepotentes y escarnecido ahora por ese mismo gobierno convertido en un manojo de tiranos fuera de la ley; los abusos de esta partida de mangantes a pleno trapo; todos los problemas pendientes de solución; la gente pasándolo mal; las leyes inicuas en funcionamiento, negando derechos, reprimiendo, tratando a los ciudadanos como súbditos. Y estos dos no encuentran un momento para sentarse a hablar y acordar un modus operandi absolutamente urgente e imprescindible para poner fin a esta denigrante situación de un país gobernado por un personaje sin categoría intelectual ni altura moral para hacerlo.

¿Qué se han creído? ¿Quién los asesora? ¿Cómo no se les cae la cara de vergüenza de irse de vacaciones dejando el país empantanado?

Antes de seguir con mis consideraciones, una propuesta que no prosperará (aunque debiera) porque tendrían que aprobarla los mismos contra quienes va dirigida: si hay que hacer elecciones nuevas, propongo que ninguno de los inútiles elegidos en las anteriores pueda presentarse: que se les prive del derecho de sufragio pasivo por su manifiesta falta de sentido de la responsabilidad, por su estúpida frivolidad, su egotismo y su incapacidad.

Como todos los tontos, estos dos piensan que los demás somos como ellos y no nos damos cuenta de sus triquiñuelas y pretextos. Creen que nos engañan, que no adivinamos los motivos de sus actos, de sus jugarretas de escasos vuelos. Piensan que mintiendo sobre sus intenciones nos quedaremos sin saber quién fue responsable último del desastre que puede vivirse en cualquier momento.

Sánchez se escuda en Rivera y C's para no aliarse con Podemos, como si fuera un impedimento objetivo, insalvable, intocable y no algo que puede replantearse como todo en la vida. Igualmente se niega a admitir ni la sombra de un referéndum en Cataluña que hasta él, en sus muy escasas luces, debe saber que habrá de realizarse, le guste o no. Y con esas dos líneas rojas quiere arrancar el voto favorable de Podemos o, cuando menos, su abstención. De ser lo último, necesitaría más votos favorables y/o abstenciones . Su juego es tan elemental que da vergüenza: si Podemos se abstiene, él será presidente del gobierno, que es lo que quiere. Si Podemos no se abstiene, habrá elecciones nuevas y él aparecerá como quien ha intentado evitarlas a toda costa, lo cual es falso.

Iglesias no sale mejor parado. Dice querer sentarse a negociar después de haberse levantado airada y, sin gran duda, justamente, pero no está dispuesto a admitir la compañía de Ciudadanos. Y eso antes de averiguar a qué acuerdos concretos pueda llegarse incluso estando Ciudadanos. Otro que piensa que los demás somos estúpidos y nos dejamos engañar con una mera excusa. ¿Por qué no sentarse a negociar y explorar hasta dónde puede llegar un pacto con el PSOE?  Para no verse obligado a cerrarlo, con lo cual no serían necesarias elecciones nuevas que, en el fondo, es lo que realmente pretende pues el viejo sueño comunista y de IU alienta en su propósito: lo primero, según ordena micer Anguita, destruir al PSOE. Luego ya se verá. 

A ninguno de los dos le importa un higo la gente. Si le importara, se sentarían a hablar ya, sin mentir más sobre las agendas, o lo harían el jueves, o el viernes o el sábado llamado "santo" (cuando se legalizó al Partido Comunista en 1977) o el domingo también llamado "de Resurrección". 

Una vez más queda en evidencia que en España el proceso de selección de los políticos sigue un criterio negativo: se selecciona a los más inútiles.

dimecres, 9 de març del 2016

La corrala de la negociación

La conversaciones para la formación de gobierno van tomando el castizo aire de las corralas zarzueleras. El dúo de C's y PSOE quiere ir del ganchete a la verbena, pero el galán de Podemos, con su cuadrilla en el mesón, solo admite al PSOE porque el otro le parece un señorito refinolis pero más falso que el beso de Judas Iscariote, tan granuja como machote. El perillán de la bombilla, con remates del Raval, hace ascos al hirsuto montero del cortijo, el gallego perito en máquinas, pero se avendría con su tribu si él saliera de naja para su tierra, porque así los tres, PSOE, C's y PP sin Rajoy, bailarían un agarrao sobre un ladrillo en la Paloma y formarían un menage a truá que pa qué. Y estos tres quietos, paraos y almidonaos, serían la envidia de las Vistillas y salvarían a España de la invasión de los almogávares catalanes.

¿Para qué necesitarían del galán de Podemos? Trae este muchas ínfulas y pretensiones pero poca chicha a la hora de la verdad. Además se tima con los catalanes, va de puta o Ramoneta, según sople el viento, y aquí se baila el chotis,  no la sardana. Es verdad que el PSOE juró plantar al PP, estuviera quien estuviera al frente, pero eso fue en la pradera del San Isidro, cerca de la Quinta del Sordo. Nadie ha oído nada. En los Madriles hay mucha chulapería pero se les va la fuerza por la boca, como a la gaseosa, y acabarán haciendo una gran coalición mientras San Isidro duerme y los ángeles del Señor labran los campos.

dissabte, 27 de febrer del 2016

Sin empujar

El rasgo común a todas las formas de timo y estafa es la prisa, la urgencia. El que cambia moneda en el mercado negro, como el que vende farlopa en una esquina, el que quiere colocar un género falso o un pepla, todos tienen prisa; todos quieren que la otra parte espabile, tome rápido la decisión, que no pueda mirar la denominación de la moneda o los dientes al caballo. Todos quieren terminar la operación cuanto antes y desaparecer.

Hay algo sospechoso en las urgencias del PSOE porque Podemos y sus secuelas firmen el acuerdo con C's, lo suscriban o, cuando menos, no voten en contra. Prisas por conseguir la investidura de Sánchez en primera vuelta por mayoría absoluta, pues es posible, y, desde luego, en segunda por mayoría simple. Para conseguirlo, los socialistas despliegan una batería de argumentos sobre las bondades del acuerdo. Y es cierto que son numerosas y suenan bien. Pero son promesas hechas por quien disfruta de un crédito moderado y sin muchas garantías, pues se pide el voto favorable sin condiciones. Otros sectores del PSOE, quizá más duros, denuncian la pinza entre PP y Podemos. Es una denuncia curiosa: se considera lamentable la coincidencia de voto entre Podemos y PP, pero solo si el voto es negativo; si el voto de ambos fuera positivo, la coincidencia sería hasta celebrada. Obviamente, los contenidos del acuerdo son motivo de interpretación. Para Rajoy significa derogar toda su obra de gobierno. Para Rivera no contiene nada que el PP no pueda suscribir y, desde el punto de vista de Podemos es una concesión, una entrega a la derecha y al IBEX35.

De ahí la prisa, la urgencia. El contenido, siendo mejorable, es bueno, y votar en contra significa dejar paso a Rajoy. Como se aleccionaba en la era victoriana a las jóvenes doncellas antes del himeneo: "cierra los ojos y piensa en Inglaterra". Aquí igual, "cierra los ojos y piensa en España". Sánchez lo ha dicho literalmente: el pacto es por el bien de España. El bien de España requiere negarse en redondo a cualquier referéndum de autodeterminación de cualquier lugar del país. Pues eso: cerrad lo ojos y pensad en la Patria. Y la Patria es como decimos nosotros que es. Este punto es el más duro; es brutal; es sellar un pacto anticatalán. Y eso no es de recibo.

Se añaden las otras cuestiones, todas ellas opinables. La reforma laboral se deroga de facto. Si se deroga de facto, ¿por qué no de iure? La respuesta a esta pregunta, supongo, es la que se da también a la de por qué no se deroga de inmediato la Ley Mordaza, esto es, que no se quiere caer en un limbo jurídico. Sorprendente. ¿Estábamos en un limbo jurídico cuando estos psicópatas pusieron en vigor esa norma represiva, autoritaria y franquista? ¿Por qué no restablecer la ley anterior? Lo mismo con la LOMCE o Ley Wert de la que se dice que "se paralizará". ¿Y eso no crea limbo juridico? ¿Por qué no derogarla sin más y volver a la anterior? El resto de las cuestiones de contenido son de este jaez o aun más problemático.

¿Por qué las prisas, los arrechuchos, los empujones? Porque si Pedro Sánchez no es investido, gobernará Rajoy.

Pero eso es falso. Si Sánchez no es investido, se abre un plazo de dos meses antes de la convocatoria automática de elecciones y en esos dos meses puede pasar cualquier cosa. Incluso que vuelva a ser designado y hasta investido Pedro Sánchez. ¿Por qué no si cambian sus apoyos como dice Rajoy?Habrá que ir definiendo el modus operandi sobre la marcha. No sé si el Rey ha de tener alguna función en la fiesta o si corresponde más bien al presidente del Parlamento y al Parlamento mismo. ¿El qué? Sencillo: componer un gobierno que cuente con la mayoría, absoluta o simple, pero con el expreso y justificado acuerdo de las partes. Venir con un papel ya redactado y conminar a una tercera parte a firmar algo que no ha elaborado y sin cambiar nada, es un trágala. Y los trágalas funcionan cuando quien los hace puede; si no puede quizá se los trague él.

Tranquilos; no pasa nada. Hay dos meses para buscar una solución con acuerdo expreso de las partes. Fórmulas, muchas. Una gran coalición a dos (PP y PSOE), una gran coalición a tres (PP, PSOE, Cis), un gobierno de izquierdas (PSOE, Podemos y adheridos con abstención de C's), todo depende de cómo se negocie. Son dos meses para hacerlo y hacerlo bien. ¿Qué inconveniente hay para negociar una aceptación de Podemos, tan poco interesado en un gobierno de Rajoy o nuevas elecciones como todos los demás? Ninguno, es de suponer. A lo mejor hasta se podía encontrar una fórmula grata a todos, incluidos los independentistas. ¡Quién sabe! En todo caso, festina lente, sin precipitaciones, sin sofocos, vamos a ver qué estamos haciendo y qué queremos hacer.

¡No hay tiempo! aducen los cuadros favorables a Sánchez que, habiendo escenificado una consulta a la membresía con una peregrina pregunta, se encuentra con un partido poco animado, más bien desmoralizado, en parte en pie de guerra a causa de las diputaciones y que continúa desangrándose por las cohortes más jóvenes. ¿Por qué no hay tiempo? ¡Porque gobierna Rajoy!

Tampoco es cierto. Rajoy está en funciones, en pocas funciones, pues se encuentra pendiente de relevo. En cambio, el Parlamento está a pleno rendimiento, es el que ha relevado al anterior legislativo y puede ir tomando sus medidas. Dicho en otros términos, si Rajoy, el de los sobresueldos, gobernaba no ya con proyectos de ley sino con decretos, este nuevo legislativo puede hacerlo con proposiciones de ley que el gobierno en minoría parlamentaria tendrá que tramitar, pues para eso está en funciones. O sea, no gobierna Rajoy; lo hace el Parlamento. Pues que lo haga.

¿Ventajas de esta situación en la que el Parlamento funciona mientras el ejecutivo está en dique seco? Notablemente, dos: la primera es que el sistema político se va a democratizar de verdad porque las decisiones solo podrán tomarse mediante deliberación en la cámara y no por los decretos del gobierno de turno; la segunda (y más importante), esas decisiones servirán de banco de prueba para que los partidos que estén negociando una coalición vayan poniéndose de acuerdo, coordinando sus políticas y sentando las bases para la colaboración posterior de gobierno.

Así que, lo dicho: sin empujar.

divendres, 19 de febrer del 2016

Parábola del bambú

Se dobla, dice el budismo Zen, pero no se troncha. Y, cuando cesa el huracán, vuelve a su elegante y orgullosa verticalidad. Quizá por eso el bambú sea una de las plantas más antiguas del planeta y una de las que crecen más rápidamente.

Ceder, pero no quebrarse es lo que hace la gente inteligente cuando tiene que negociar algo y entenderse con otros que, por lo general, tienen puntos de vista distintos a los de uno y pleno derecho a tenerlos. Ser flexible para mantenerse íntegro. Una antiquísima leyenda china equipara el bambú con el comportamiento del caballero, que no es fuerte por fuera, pero sí por dentro, con la fuerza de la voluntad y la inteligencia.

Llegar a unas conversaciones que son vitales para las partes armado hasta los dientes de ultimatums, condiciones inexcusables, prohibiciones y líneas rojas, antes siquiera de haber intercambiado saludos con el interlocutor y haber medido la fuerza del viento, es de imbéciles. De imbéciles rematados.

Rivera, de C's, es bambú. Cede en algo para conseguir lo que quiere de consuno con el otro, PSOE, porque ambos coinciden en lo que no quieren: más gobierno del PP.

Pequeño inciso para aclarar: el Sobresueldos en funciones anda por Europa explicando (ignoro en qué lengua) a los demás líderes que en España no se formará gobierno y habrá nuevas elecciones en junio. Como siempre, confunde la futura realidad con sus deseos. Felipe González, el "gatazo tontiastuto" en sabia definición de Ferlosio, le ha ofrecido una fórmula bambusoide de abstenerse y dejar gobernar al PSOE. Pero eso es echar margaritas a los chanchos. Como buen español de Covadonga, Rajoy no tiene nada de bambú sino que es una estaca tiesa, como la de la canción de Llach, y se tronchará con el viento antes que abstenerse en la investidura de un gobierno de progreso. Y se tronchará, por supuesto, porque aún no se ha dado cuenta de que el país entero está pidiendo a gritos que él y la banda de ladrones desaparezcan de la circulación y se vayan a disfrutar de lo pillado (aunque es de esperar que los jueces les obliguen a devolverlo) o a cazar talentos. Pero que se vayan.

Y si, para que se vayan, hay que constituir un gobierno polícromo como un mosaico bizantino, se hará.

Los de C's lo han entendido y están retirando las condiciones inexcusables, las prohibiciones y otras rigideces absurdas.Son pragmáticos y saben que la gente medirá la sinceridad y verdad de sus intenciones si consiguen lo que pretenden: formar un gobierno de cambio que empiece a revertir estos alucinantes cuatro años de saqueo, beaterío, propaganda e involución democrática atizada por un puñado de sinvergüenzas comprados a peso de oro con los dineros de todos.

Y ahora parece tocarle el turno a Podemos. Hacer bambú del partido morado es tarea más difícil que de C's porque la cantidad de requisitos inexcusables, líneas rojas, chulería y prepotencia que lleva días soltando el líder máximo no es fácil de ocultar bajo la mesa camilla. Es muy de aplaudir que, haciendo como quien no quiere la cosa, respondan a la iniciativa de Garzón y otros a sentarse a negociar con el PSOE sin exigirle a Sánchez que vaya de rodillas a Canossa, que le dé al jefe los puestos que quiere o que deje de hablar con quien cae mal a este. A lo mejor, con un poco de suerte (y bastante generosidad de Garzón, por cierto), Iglesias empieza a ser bambú y no estaca y comprende que los electores lo han puesto a él y a Podemos en donde les corresponde, el sidecar, porque han dado la moto a Sánchez y es Sánchez quien tiene que formar el gobierno y no el contramaestre.

¡Si hasta los indómitos catalanistas que hasta ayer amenazaban con el voto negativo hablan hoy de esperar y ver y mostrar flexibilidad! Cuando menos Homs y los de DiL. ¿Por qué? Porque tienen gran coincidencia con los sectores más abiertos y progresistas del electorado de España, ese país vecino: cerrar el paso a Rajoy, impedir la repetición de este aquelarre de latrocinio, estupidez y represión.

Así que los genios de Podemos se hacen bambú, profesan el zen, adoptan el talante del caballero, fuerte en su flexibilidad, o se quedan para hacer compañía al PP y, claro, votar con él. La estrategia del escorpión, vaya.

Comprendo que es amargo haberse pasado un año y medio diciendo que sales a ganar (como si los demás salieran a perder) y no ganar. Pero es añadir necedad a la amargura, actuar como si hubieras ganado, tratando de imponer condiciones a los demás que los demás no tienen por qué aceptar porque la verdadera "sonrisa del destino" reside en que el electorado ha dado la famosa centralidad política al PSOE.

Puede que sea injusto, que el PSOE no haya hecho nada por merecerla y que Sánchez no pase de ser un arribista con suerte. Puede. Pero la realidad es esta; no otra y, por más que los fieles y verdaderos creyentes coreen el grito de Obama, Yes, we can!, lo cierto es que No, you can't.

Y, si se quiere la prueba definitiva para saber si se es noble y elegante bambú o roma estaca, vayamos a esas elecciones por las que suspira Rajoy.

dimarts, 16 de febrer del 2016

El nudo gordiano del referéndum

La política española está condicionada por la cuestión catalana.

¿Cuál es el obstáculo, el escollo, el nudo gordiano en el camino hacia un gobierno de coalición de las izquierdas en España? El referéndum catalán. De todo lo demás, según parece, se puede hablar; pero del referéndum catalán, no. Es la divisoria, el hiato, el cleavage que enfrenta al PSOE (referéndum no, bajo ningún concepto) y Podemos (referéndum sí, como algo imprescindible) y les impide entenderse.

Están muy quejosos los socialistas de la rueda de prensa de ayer de Pablo Iglesias: que ha perdido el oremus, que no sabe en dónde está, que pide un imposible y así demuestra que, en el fondo, no quiere gobierno de coalición, que no sabe lo que dice, que tiene un problema de identificación de roles, que se cree el ungido por el real dedo, cuando lo es Sánchez. A pesar de todo, los socialistas se sentarán con Podemos, pero solo para decir que referéndum, no, no y no.

Palinuro, preocupado por las perspectivas del gobierno unitario sugiere estudiar la comparecencia de Iglesias distinguiendo entre el fondo y la forma o las formas. En cuanto al fondo de las propuestas de Podemos Palinuro las considera correctas, viables, radicales y democráticas. Y sobre todo se lo parece la propuesta de referéndum en Cataluña. Es una opción democrática, de izquierda, que responde a una demanda ampliamente mayoritaria en la sociedad catalana (entre el 70 y el 80% quiere decidir) y no hay razones para oponerse a él o impedirlo. Esto es, no hay razones de izquierda. Sí de la derecha, consistente en lo esencial en hablar de la unidad de España como un principio metafísico apoyado en una concepción orgánica de la nación típica del pensamiento conservador y reaccionario al estilo de Burke.

Por experiencia sabemos que la derecha habla siempre de la unidad de España pero es quien más hace por destruirla. Basta considerar que ha sido el gobierno/rodillo de Rajoy el que ha multiplicado por 2,5 los independentistas catalanes. Pero, aunque el patrioterismo nacionalespañol fuera sincero, la izquierda no puede compartir su posición porque su defensa de la unidad de España no puede basarse en la sinrazón, la fuerza, el organicismo, la imposición y la violencia sino que deberá fundamentarse en la aceptación voluntaria de unos ciudadanos libres. Al menos eso es lo que, en principio, quiere decir el patriotismo constitucional si es que quiere decir algo. Lealtad voluntaria a un pacto constitucional libremente establecido. Si alguno de estos datos faltan (y faltan en la Constitución de 1978) la unidad solo puede garantizarse mediante la fuerza, la violencia. Y ese no es ni podrá ser nunca un criterio aceptable de la izquierda.

El PSOE no tiene razones para oponerse a un referéndum en Cataluña. Si las tuviera, las expondría; pero no las tiene. Y tampoco tiene nada que ofrecer en su lugar. La propuesta de un federalismo que unos no saben en qué consiste y los otros prefieren no saberlo, es una pura excusa. La de una reforma de la Constitución -que tendrá que contar con el voto favorable de su principal enemigo, el PP- lo mismo. Al final, el argumento del PSOE es que los catalanes no pueden hacer un referéndum de autodeterminación porque no. Y eso sigue sin ser un argumento de izquierda. Como tampoco lo es la referencia farisea a la legalidad vigente que hace el PP. Si hay un conflicto entre legalidad positiva (que, por lo demás, los dos partidos dinásticos cambian cuando les da la gana en un alarde de tiranía de la mayoría y desprecio por los derechos de las minorías) y la legitimidad, la izquierda solo puede dar preferencia a esta frente al derecho positivo que frecuentemente no es otra cosa que la consagración de la injusticia.

Que la derecha no quiera referéndum porque, en el fondo, no confía en la nación a cuyo servicio dice estar, es normal, porque su política es siempre de interés de clase y no nacional. Que no lo quiera la izquierda solo puede entenderse como la enésima prueba de su cobardía. El PSOE no quiere un referéndum como el que sin embargo han hecho los quebequeses en dos ocasiones y los escoceses en una con el beneplácito de sus respectivos partidos socialdemócratas porque, en el fondo, tampoco confía en la nación que también dice defender. Como la derecha. En eso son iguales.

Así que la exigencia del referéndum por parte de Podemos, es muy acertada. Ya va siendo hora de que España tenga el coraje de sí misma y de resolver la cuestión catalana de modo democrático. Y el PSOE haría bien en revisar su obstinada negativa y abordar la cuestión con valentía y seguridad en sus propias posiciones. Además -argumento de atrición, que dirían los teólogos- al final no va a quedarle más remedio porque, cuando las cosas se compliquen más, será la Unión Europea quien imponga ese referéndum.

Eso en cuanto al fondo. En cuanto a la forma o las formas, la verdad es que la comparecencia de ayer fue el habitual despliegue de arrogancia, petulancia, con un punto de chulería y una retórica sencillamente inadmisible. De vergüenza, vamos. Esas escenificaciones con el líder proclamando las verdades rodeado de dummies que cada vez tienen un aspecto más acartonado y soviético; esos ardides de presentar las propuestas a la prensa antes que a la mesa de negociación, si es que llega a constituirse una; esa jactancia de predeterminar el resultado de unas conversaciones que no han empezado, ese permanente empujar y atropellar, consiguen lo contrario de lo que, en principio pretenden. Quitan la razón a los planteamientos de fondo y permiten que el PSOE se agarre a las formas para ignorarlos con el argumento de que Podemos no presenta propuestas sino imposiciones y ultimatums porque, en realidad, no quiere que haya gobierno y prefiere ir a elecciones nuevas.

Bien, si tenemos en cuenta los factores concomitantes, como que el PP está literalmente hundido en el pantano de su corrupción y que, muy probablemente, de haber elecciones nuevas, C's subiría a su costa, Palinuro empieza a pensar que, en efecto, quizá no sea mala idea ir a nuevas elecciones si el PSOE no flexibiliza su posición en torno al referéndum.

¿Por qué? Porque esas nuevas elecciones darían la respuesta a dos contenciosos interrelacionados que ahora están en el aire y contribuirían a clarificar y estabilizar la situación política. El primer contencioso es el de la rivalidad entre el PSOE y Podemos por la hegemonía de la izquierda. Con IU reducida a una condición pigmea, la cuestión es que no será práctico ni conveniente para nadie que haya dos partidos socialdemócratas, uno más de centro, como el PSOE y otro más de izquierda, como Podemos. El segundo es que, como cada uno de los dos partidos llevaría en su programa un sí o un no al referéndum catalán, las elecciones, actuarán de hecho como una especie de referéndum informativo acerca de qué piensa el electorado de centro y centro izquierda en el país.

Ni Pedro ni Pablo, ni Pablo ni Pedro son Alejandro Magno. El nudo gordiano del referéndum solo puede deshacerlo el pueblo con unas elecciones que sean un referéndum.

Reitero: la política española está condicionada por la cuestión catalana.

dijous, 28 de gener del 2016

La propuesta de Felipe González

Entiendo perfectamente la propuesta de González de que gobierne el PP con C's y la abstención del PSOE. Es una sugerencia de estadista, de hombre que se preocupa por el destino de su país y no por intereses de partido. Es un ejemplo de mesura y prudencia. Al fin y al cabo, el PP es el partido más votado y C's, una organización nueva (no tanto en Cataluña) de carácter regeneracionista. Sin duda actuará de contrapeso a la propensión del PP al robo, el fraude y la corrupción. Además, para mayor seguridad, Rivera pedirá la retirada de Rajoy, principal responsable de este gatuperio. Sin duda la propuesta tiene el aval de Rubalcaba, Bono y Zapatero, tres políticos de fuste. Y el apoyo de Susana Díaz y Carme Chacón, dos socialistas de empuje y brío y, par dessus le marché,  mujeres, lo que da a la idea un aire transversal en cuestión de género. Muchos de los barones la verán también con agrado, García Page o los de Extremadura, el que fue, Ibarra, y el que es, Fernández Vara. Definitivamente, un acierto en punto a contener la locura secesionista catalana y mantener la unidad de España. Y no solo eso, también está llena de razón y enjundia para dar una lección a estos advenedizos pretenciosos de Podemos que se han creído que todo el monte es orégano y han faltado al respeto a las venerandas barbas del abuelo Iglesias Posse; que no se conforman con los trasportines que les han asignado en el Congreso y pretenden primera línea de proscenio, bajo los focos, porque les pierde la vanidad y la petulancia. Es igualmente una propuesta sensata, que tranquilizará a los mercados internacionales y a la Gorgona germánica, Merkel, así como la arpía del FMI, Lagarde, y mirará por la prosperidad de España. Y no solo eso: también es una propuesta moderada y templada, que pretende reconciliar a los españoles de una vez, ahora que andan los bolcheviques cambiando los nombres de la calles y, sobre todo, dar una segunda oportunidad a la derecha del PP, en donde todavía quedan militantes que no han robado lo que podían robar y a otros no les ha dado tiempo de destruir las pruebas de sus latrocinios. Sí, definitivamente, es una propuesta sensata que trata de evitar el caos que se desataría en España con un gobierno de coletas, bebés, núcleos irradiadores, ogros catalanes, y socialistas díscolos de los que todavía quedan algunos en las periferias de las ciudades e instituciones. Una propuesta que Sánchez debiera hacer suya por el bien de la "gran nación" y esperar a tiempos mejores.

Desde luego, merece todo el apoyo de los analistas y comentaristas independientes de esos que sueltan estopa en televisiones de la Iglesia, radios de la Iglesia, medios de los magnates y canales públicos repletos de esbirros a suculentos sueldos. Sin duda.

Pero ¿sabe usted qué, don Felipe? Métasela en donde le quepa. Usted y todos sus amigos de derechas, los meapilas y cómplices con esta degradación a que ha llegado este desgraciado país. Sigan ustedes rezongando su envidia y su odio a la nueva izquierda y al independentismo catalán, que son las únicas puertas que se han abierto en esta situación de agobio, abuso y corrupción a que la incompetencia de la vieja oligarquía nacionalcatólica, con su ayuda, ha condenado a este país. Y la única -y última posibilidad- de que el PSOE se levante de ese cenagal en que lo han arrojado todos ustedes y pueda recuperar algo de su dignidad perdida.

Siga haciendo propuestas. Llegará usted a ser más inmundo que el Sobresueldos.

dissabte, 23 de gener del 2016

Drácula nunca muere

Nunca. Hay que matarlo clavándole una estaca en el corazón. Mientras tanto, vuelve siempre. Huyendo de la luz del sol, al amparo de la noche y el sueño; el sueño de la razón, que engendra monstruosidades, como el gobierno del PP de los últimos alucinantes cuatro años.

¿Qué significa el adverbio ahora? Es una ilocución pobre, como si no quisiera expresar todo lo que el hablante pretende. Sería quizá más justo que dijera que renuncia por ahora, de donde se sigue que puede volver, que no se va del todo. Drácula no muere. Hay que ir a matarlo. ¿Y cómo va a volver? Rajoy tiene un método de afamado prestigio: se queda uno en la penumbra, en silencio, viéndolas venir y espera uno mejores momentos. Aunque sea a costa no ya de la estabilidad del sistema, sino de su misma racionalidad. ¿Acaso no lo hizo en aquel episodio de la renovación del Tribunal Constitucional, que bloqueó durante años hasta obtener una composición favorable de esa alta instancia? Con la semirrenuncia de Rajoy, el Rey reabre consultas la semana que viene. Si tampoco se resuelve, será preciso abrir más consultas. Y en todas vendrá Rajoy, a decir que "por ahora", renuncia.  A lo mejor se llega antes a unas elecciones nuevas por sucesivos fracasos que experimentando un gobierno polícromo y minoritario de la izquierda que también fracasará en cosa de meses.

Por eso Rajoy no ha preparado su investidura. Se ha preparado su nombramiento como candidato al gobierno de su partido en caso de nuevas elecciones. Si las hay, Drácula-Rajoy regresará a vampirizar de nuevo el sistema.

La única forma de evitarlo es el gobierno de coalición PSOE-Podemos. Como es obvio. Con los dos náufragos de IU. Es la fórmula que Palinuro ha propugnado siempre y en unas proporciones muy realistas. Sin olvidar algo esencial: con sus 90 diputados, el PSOE es el partido de la famosa centralidad política por más que los de Podemos sigan poniéndose plumas de farol, como ese último de que la retirada de Rajoy es obra suya. Todos los pactos posibles pasan por el PSOE. Si "centralidad" quiere decir algo, supongo, es esto. No hay coalición PP - PSOE porque el PSOE no quiere. Puede haber coalición PSOE - Podemos con mayor probabilidad que la de PSOE - C's. Quizá podrían los supuestos izquierdistas, esos de la transformación imaginaria, dejar la cantinela de la igualdad entre el PP y el PSOE a la luz de los datos. Pero da un poco igual. En el fondo, nadie racional lo cree. Lo dicen los fanáticos, pero esos pueden decir cualquier cosa.

El pacto PSOE - Podemos se lo ha enunciado Iglesias al Rey ex abundatia cordis y el Rey, que está aquí de correveidile, se lo ha soplado a Sánchez. Son verdaderos cortesanos: se comunican a través del Rey, no directamente de tú a tú como hacemos los ciudadanos. Tiene gracia. Estos tienen de republicanos lo que Palinuro de jesuita. El anuncio responde a una táctica que parece afirmativa, performativa, provocadora, tiene un tufo a petulancia de novato que echa para atrás. Iglesias pide para sí la vicepresidencia a la que había renunciado expresamente hace un par de semanas (sin que en ningún caso se la hayan ofrecido) y reparte a voleo varios ministerios entre su guardia pretoriana en Podemos. Por cierto, podían dejar de aparecer en piña, prietas las filas, como en una sesión del soviet. Para decir lo que dice Iglesias, basta con él. El mudo coro detrás con caretos de guiñol en descanso, es ridículo. Y el mejor ministerio, uno que han excogitado, llamado ministerio de la plurinacionalidad que no estaría mal si alguien consiguiera determinar de forma comprensible cuál sea su ámbito, contenido o competencia. Hay quien ve en la propuesta de Podemos un intento de "humillar" al PSOE. Me parece un vocabulario trasnochado, como tomarse el debate político en términos melodramáticos. Los de Podemos hacen bien en plantear sus exigencias. Lo que no parece es muy inteligente. Lejos de quedar humillado, el PSOE queda "avisado".

La cuestión es si entiende el aviso. Podemos ofrece formar gobierno porque la presión de la izquierda social para ello es irresistible y, si hay ruptura y nuevas elecciones, es muy probable que el responsable lo pague caro. La idea de "nuevas elecciones" no es grata a nadie. No lo es al PSOE y tampoco a Podemos que quizá no pueda reproducir las franquicias. Solo le interesan al PP. Razón de más para no hacerlas. No hacerlas, formar un gobierno y gobernar es clavar la estaca en el corazón de Drácula, impedir que Rajoy vuelva. Es dar tiempo a que en su partido se organice la resistencia y se le busque sustituto. 

El PSOE tiene muy fácil la negociación con Podemos. Si esta es buena noticia o no en Andalucía y entre los barones es otro asunto de importancia relativa porque, hecha la coalición, el posible malestar interno sería de partido, pero no de Parlamento, mientras que una hipotética rebelión interna en Podemos sería más de Parlamento que de partido y tendría otro carácter. El PSOE tiene que negociar un gobierno capaz de derogar la legislación más antipopular, injusta y troglodita de esta derecha neofranquista, combatir la corrupción en todas las esferas que, como se ve, son todas, y atender a las necesidades más urgentes de la gente: el paro, las condiciones laborales, los servicios públicos de todo tipo, la reforma fiscal.

La dificultad mayor de ese gobierno de izquierda es el referéndum de autodeterminación en Cataluña. Ignoro si Podemos lo mantendrá o no. Supongo que En Comú Podem lo exigirá y ahí aparecerá la primera grieta en el gobierno de la izquierda. Este encontrará apoyo seguramente en C's ante cualquier eventualidad referente a la autodetermación catalana. El gobierno estará obligado a pactos de geometría variable y no son descartables crisis periódicas que pondrán en riesgo la coalición. El mantenimiento de esta coalición es imprescindible si se ha de clavar la estaca en el corazón de Drácula e impedir el retorno de ese súcubo de la vulgaridad que es el presidente de los sobresueldos.

Paradójicamente, casi diríamos que es un sarcasmo del destino, la estabilidad del gobierno de España depende del apoyo que le preste la minoría catalana de ERC (nueve diputados) y DiL (ocho). Ese gobierno podría apoyarse, en el mejor de los casos, y sumando los seis diputados del PNV y los dos de Bildu, en 165 escaños. Lo suficiente para ganar a un voto unitario de PP y C's y necesitando la abstención de los catalanes. Con su voto positivo, el gobierno de coalición llegaría a la mayoría absoluta.

En resumen, el gobierno de España depende del voto y/o la abstención de quienes pretenden independizarse de España. Tiene su ironía.

divendres, 22 de gener del 2016

Repalinuro

La noticia de la disposición de PSOE y Podemos a formar gobierno contando con IU es tan buena y alentadora que no resisto la tentación de subir un post de urgencia para celebrarla porque coincide con lo que Palinuro lleva pidiendo desde hace mucho tiempo. Véase, por ejemplo, el 25 de marzo de 2015
Pedro y Pablo, apóstoles en falta. Mañana intentaré un análisis más reposado. Este es solamente para señalar algunos puntos a los que habrá que prestar atención:

El acuerdo es muy conveniente en interés de los dos partidos y de la gente en general. El 20D ha dejado ver que el país está harto de esa pandilla de ladrones, meapilas y franquistas que le han amargado la vida a todo el mundo mientras rompían España (por usar su terminología) a base de su incompetencia. Ahora toca un gobierno de izquierda para retornar a la senda de la democracia, los derechos, la dignidad y el bienestar.

La oferta ha sido transmitida por Felipe V + I de Pablo a Pedro. Mal hecho. ¿No pueden hablar entre ellos? Al final resulta que los verdaderamente cortesanos son los supuestos republicanos.

Pablo ha tomado la iniciativa. Eso está bien, aunque sigue revelando bisoñez. Por un lado se le ven en exceso los deseos de ocupar poltronas (ya se lo están echando en cara en las redes) y de presionar a Pedro, lo cual es todavía más ingenuo porque da tiempo a este a responder con el lema del arte de Cúchares: parar, templar y mandar. Pero, sobre todo, lo que entierra, es de esperar que definitivamente, es toda la demagogia de PP = PSOE, el búnker y otras imbecilidades para consumo de fanátic@s. Cómanse ya el antisocialismo "visceral" estilo Anguita.

Pedro ha reaccionado con Mesura y hasta cierto sorprendente sentido del humor. Dice que ya le han hecho el gobierno y se permite el lujo de señalar que la cuestión no son los cargos sino las políticas. Pero, si lo piensa bien, su posición no es tan fácil. Podemos viene dispuesto a presionar por la izquierda y hace muy bien. Y por la izquierda plurinacional y hace mejor. Pero él tendrá que bregar con la señora Díaz, cuya baza sigue siendo Santiago y cierra España, como en el PP. Y, sobre todo, tendrá que administrar sabiamente sus relaciones con C's que, en lo que al PSOE respecta actuará como el Doctor Jeckyll y Mr. Hyde, según le interese.

A su vez, los dos necesarios aliados, PSOE Podemos, no pueden olvidar que, paradójicamente, dependen de la benevolencia de los independentistas catalanes, como también señaló Palinuro el mismo 20D. Pero de todo esto hablaremos mañana.

De momento, saludemos el primer paso hacia la formación de un gobierno de izquierda, de personas normales, que se dedique a resolver los problemas de la gente en lugar de robarle e insultarla que es lo que lleva cuatro años haciendo esta asociacion de sinvergüenzas y malhechores a los que el juez ya ha imputado por la destrucción de los discos de Bárcenas, o sea por un presunto delito de obstrucción de la justicia.

diumenge, 6 de desembre del 2015

Los tripartitos y la menina.

En una comparecencia en la Sexta, Rajoy afirma que el tripartito que propone Sánchez (PSOE, Podemos, C's) no conviene a España. Al margen de que sea cierto o no que el socialista haya propuesto tan claramente este tripartito y que sea o no bueno para el país, a quien no le conviene es a él, que se quedaría sin empleo. Y sin empleo muy bien remunerado por diversas vías. Los sueldos, los sobresueldos, los enchufes, el pago de los cuidados de su padre dependiente con cargo al erario, cosas en fin, de las que la gente no le pregunta en sus apariciones televisivas y que son la verdadera razón de su aferrarse al poder: la pastuqui para él y los suyos. Precisamente hay en marcha una campaña en change.org para exigir que Rajoy haga público su expediente secreto como registrador de la propiedad para que los ciudadanos podamos saber cuánto ha venido cobrando el presidente de los sobresueldos en los últimos años y por qué conceptos.

Por supuesto, nada de esto sería necesario si el tal tripartito se formara porque entonces serían los organismos legales correspondientes y los jueces los que dejarían en claro de una vez por todas lo que Rajoy lleva cuatro años ocultando: cuánto ha cobrado en los últimos veinte años, cuánto en concepto de sobresueldos pagados por Bárcenas, si es cierto o no que este le dio 25.000 euros en mano en sobre, como declara; si es cierto o no que la Gürtel le ha pagado trajes y viajes con su familia; si es cierto o no que ha estado haciendo mangas capirotes con su puesto de registrador de la propiedad y los emolumentos que ha recibido.

Efectivamente, está claro que ese hipotético tripartito no le interesa nada a él ni a sus seguidores y clientes en su partido, que también se quedarían en la calle, sin poder capturar rentas del Estado, cobrar comisiones, esquilmar el patrimonio público, enchufar a parientes y amigos. Por supuesto, ¿cómo va a parecerles bien ese tripartito? En su partido, esa organización de pintas para repartirse los dineros públicos, no les parece bien más que un posible gobierno de coalición PP - C's que deje las cosas como están para que ellos puedan seguir parasitando el Estado.

Con todo, no es el único tripartito  posible. Iglesias alerta de que hay en marcha una "operación menina", para investir a Santamaría como presidenta en lugar de Rajoy. Al margen de si el nombre está bien elegido y si, en vez de ser la "operación menina" debiera llamarse "operación Mari Bárbola" (esto es, la enana que también figura en primer plano en el célebre cuadro de Velázquez) el hecho es que la desaparición de este incompetente, manchado por la corrupción e incapaz de resolver la cuestión catalana seria un paso en la buena dirección. Que su substitución por la ratita hacendosa de la vicepresidencia, a la que tambièn se acusa de haber cobrado sobresueldos por valor de 600.000 euros sea un acierto es más problemático. No obstante, apunta en la dirección de otro posible tripartito: PP - PSOE - C's.

Efectivamente, el PSOE tiene la famosa centralidad por la que suspira Podemos y podría entrar en ambas combinaciones de gobiernos. Este segundo tripartito es más áspero para las tragaderas de los sufridos militantes del PSOE porque sería una especie de gran coalición tiznada, además, con la demagogia y el oportunismo de Ciudadanos. Pero no es una hipótesis muy disparatada cuando se mete a Cataluña en el cuadro. Una hipotética DUI catalana o algo similar, podría ser justificación suficiente para que, pretextando una situación de emergencia, excepcional, una peligrosa sedición de una parte del territorio, el nacionalismo español cerrara filas en torno a la Una, Grande, Libre como un solo hombre. Pues bien claro ha dejado Sánchez en diversas ocasiones que, antes que obrero y socialista, su partido es español, que de referéndum de autodeterminación en Cataluña naranjas de la China y que, en lo tocante al artículo 2 de la Constitución es uña y carne con el PP. Y en muchas otras cosas, pero la territorial es ahora la importante.

Así que perpetuación del Sobresueldos u operación Menina o Mari Bárbola, lo que nos espera es un tripartito, pero no el que no gusta a Rajoy sino el que no gusta a cualquier demócrata.

divendres, 25 d’octubre del 2013

¿Qué pasa en el PSOE?


Carme Chacón reaparece inopinadamente en Madrid para presentar a Tomás Gómez... en donde maldita la falta que le hace que lo presenten. ¿De qué se trata aquí? Probablemente de una campaña de lanzamiento publicitario. Ambos dirigentes, forzados a las penumbras del segundo plano por los decorados de la conferencia política o cónclave de los cabezas de huevo que ha escenificado Rubalcaba, quieren reemerger, recuperar protagonismo, que se hable de ellos porque, si nadie habla de ti hoy es que estás muerto; cuando menos, políticamente muerto. Hacen bien. Los dos tienen sus legítimas ambiciones y quieren que el aparato mediático tome nota de ellas y no se limite a mostrar una y otra vez los rostros de los otros aspirantes, López, Madina, García Page...

¿Y qué dicen presentadora y presentado? Que haya primarias a la voz de ya, antes de las elecciones al europarlamento en mayo de 2014. Parece bastante lógico, pero desbarata los planes de Rubalcaba y los suyos que, como todo el mmundo sabe, son postponerlas hasta poco antes de las generales de 2015 y (seguramente), presentarse a ellas. Es muy probable. Pero no es toda la historia. No basta. No convence del todo. Aquí hay más bacalao del que corta el furriel. Veamos:

El PSOE se ha olvidado de la moción de censura; no hostiga al gobierno, a pesar de su carácter corrupto, autoritario, embustero e inepto; vuelve a una oposición de mentirijillas y guante blanco; se desvincula de la calle; dobla el espinazo ante el Rey y se hace monárquico; marrullea con la iglesia católica; se pasa el día secreteando con Rajoy sin exigir su dimisión por corrupto y le chivatea todos los asuntillos que trata con los levantiscos catalanes.

¿A qué huele todo esto? Bingo, querido lector: a gobierno de gran coalición PP/PSOE, a la vista de la grave situación por la que atraviesa la patria, gravedad causada por estos dos grandes estrategas. Rubalcaba no quiere primarias porque aspira a consagrar por derecho el duunvirato que ya existe de hecho entre los dos dirigentes de los partidos dinásticos, hermanados por la circunstancia de ser los dirigentes peor valorados por la opinión pública de la breve historia democrática española. Chacón y Gómez quieren primarias porque, si se arma el tablao grancoalicionista, ellos se quedan para vestir los santos de la liturgia sociata.

Y esa gravedad ¿de dónde viene? La crisis, según los mentideros oficiales y los propagandistas de la fe, está ya semivencida. ¿De dónde, pues? Obvio: de Cataluña. Cierto que hemos llegado aquí por la especial incompetencia de los dos dirigentes. La de Rajoy es la habitual en la derecha cerril y no merece mayor consideración. La de Rubalcaba nace de su cerrado centralismo, su fobia al derecho de autodeterminación (al que teme porque, en el fondo, no cree en la Nación que ensalza) y su seguridad de que los demás son tontos y van a conformarse con la piruleta federal que acaba el mozo de sacarse de la faltriquera. Habiéndose, por fin, dado cuenta de que el señuelo no engaña ni a los más tontos de la batida, se ha presentado en Barcelona con una nueva (y astuta, cómo no) propuesta: que los catalanes voten, sí; pero solo sobre la reforma de la Constitución. Sensacional: no los deja votar en la autodeterminación para ellos solos (en donde, probablemente, los independentistas perderían) y los hace pronunciarse en solitario sobre un asunto que, según dicen las gentes de orden, compete a todos los españoles y donde, también probablemente, la opción reformista ganaría, abriendo un tiempo de incertidumbre en el país que, claro, gestionaría ese gobierno de gran coalición, sabiamente dirigido por estos dos padres de la patria.

Estarán los lectores de acuerdo en que a grandes males, grandes remedios. Llegar a las elecciones generales de 2015 con un gobierno de PP/PSOE (acerca de cuyas ventajas habrá Merkel aleccionado a Rajoy germanico more, es decir, a collejas) tiene la ventaja añadida de que quizá podamos ahorrárnoslas. ¡El terrible peligro de la escisión catalana todo lo justifica! Incluso la aceptación de esa feliz consigna expectorada recientemente por un militar: la Patria está antes que la democracia. ¿Está claro? 

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Luego, si tengo ánimos, subiré algo sobre esa Fundación Felipe González Márquez, dedicada, según tengo entendido, a investigar los arcanos de la gestión de aquel gran político que fue el sevillano, hoy, al parecer, aquejado de un proceso galopante de necrosis intelectual.

dilluns, 23 de setembre del 2013

Frau Eisenmerkel.


Angela Merkel, triunfadora indiscutible de las elecciones, primera presidenta de gobierno que sobrevive a una votación hace ya años en Europa, desde que comenzó la crisis. Y no solo sobrevive sino que, con 41,5% del voto, supera en 7,7 puntos el que logró en 2009, a su vez el peor para la CDU/CSU desde 1949. De lo hondo, a la cúspide. Mayoría indiscutible con 296 diputados. Pero no mayoría absoluta (300). Los socios liberales de FDP han sucumbido a la cuchilla del 5% por primera vez también desde 1949. El partido que más tiempo ha estado en el gobierno alemán desaparece del gobierno y del Parlamento. Se veía venir. De hecho, la cúpula de la CDU/CSU debatió hace unas fechas la posibilidad de pedir a sus votantes que votaran por el FDP. La decisión fue negativa y los liberales se han quedado de extraparlamentarios. También se ha quedado fuera el partido euroescéptico de reciente creación, Alternative für Deutschland (AfD) que, por cierto, se presenta como el heredero del FDP aunque más parece su sepulturero.

¿Y qué más hay en el Bundestag? Pues, sencillo: tres partidos, el SPD (25,7% del voto), los verdes (8,4%) y La Izquierda (8,6%). La izquierda que suma 302 escaños. Es decir, la izquierda sí alcanza la mayoría absoluta que se niega a la CDU/CSU. Esto tiene yerba para rumiar. Nadie piensa que sea posible una coalición SPD-Verdes-Izquierda (que podría rebautizarse como naranja-verde-roja) y entre las coaliciones posibles de la CDU/CSU, la Izquierda no cuenta. Sin embargo, el líder de esta, Gysi, cuyo contacto con la realidad parece problemático, exultante, dice que, con el 8,6% del voto y 60 diputados son el tercer partido del Parlamento (con 8,4% del voto, los verdes también tienen 60 diputados) y le corresponde dirigir la oposición. Está a 122 diputados del SPD y dos décimas de los Verdes, pero piensa dirigir la oposición antes de saber en dónde estará el SPD.

La intriga es ahora qué coalición se formará. Queda excluida la posibilidad del gobierno en minoría pues Merkel corre peligro de no salir elegida a tenor del artículo 63 de la Constitución; e incluso de ser causa de unas elecciones anticipadas. La coalición es obligada. Pero ¿cuál? Hay tres posibles, según la antigua interpretación de colores: 1ª) negro-rojo; 2ª) negro-verde; 3ª)negro-rojo-verde. Si no puede haber una coalición de las izquierdas por razones que no cabe examinar aquí, Palinuro considera la 3ª opción la menos mala. El predominio alemán se mantendrá. Frau Eisenmerkel recordó en el momento de depositar el voto que los países del Sur de Europa habrán de seguir con la austeridad que tan bien les sienta. Queda la esperanza de si la socialdemocracia alemana y los verdes mitigarán algo la disciplina neoliberal del consenso de Berlín.

La gran preocupación de Palinuro, con todo, es el aprovechamiento que el PP hará de la victoria de la derecha alemana para sus propios fines. Los españoles deben ser tan inteligentes como los alemanes y votar el correlato ibérico de la CDU/CSU alemana. Ya veo los titulares: Votar a Rajoy es votar a Merkel. Éxito seguro.

dilluns, 13 d’agost del 2012

Las vacaciones (pagadas) del gobierno.

Arde España; arde por los cuatro costados; arde, según muchos autorizados pareceres que no incluyen al primo de Rajoy, a consecuencia de ese cambio climático que la derecha, las grandes industrias, los bancos, la prensa más reaccionaria (casi toda) que les sirve de portavoz, niegan de modo sistemático; arde desde hace un mes y por todas partes, en las Canarias, Cataluña, Galicia, Valencia. Algunos de estos sitios estarán próximos a donde los miembros del gobierno estén de vacaciones.
Porque esa es la cuestión. Arde España y el gobierno está de vacaciones. De vacaciones está hasta el ministro al que se le quema directamente la jurisdicción, Arias Cañete, quien prefiere ver los toros desde la barrera, de charleta con el Rey.
Y no solo arden los bosques; arden también las ciudades y los campos y hasta las cárceles. Los jornaleros andaluces andan soliviantados ocupando tierras en una especie de resurrección de los conflictos agrarios. Los funcionarios, también en su estilo más metódico, mantienen una protesta periódica los viernes con horario fijo. Más de cien presos independentistas están en huelga de hambre para forzar la excarcelación de uno de los suyos, enfermo terminal.YH la cuenta sigue creciendo: Arnaldo Otegi se ha sumado a la protesta que plantea un problema grave al gobierno, parcialmente similar al que provocó De Juana Chaos al gobierno socialista de la época y frente al cual los gobernantes de hoy, entonces en la oposición, exigían intransigencia cerrada, que el Estado no cediera y si De Juana Chos moría, sería un problema suyo. No se puede chantajear al Estado. Será interesante ver qué actitud adoptan ahora los intransigentes de antaño.
Arde sobre todo el país en cábalas y especulaciones acerca del ya prácticamente seguro rescate de España. Arden las cotizaciones de la bolsa, la prima de riesgo, los índices económicos más sensibles, como el paro, la productividad, el endeudamiento, etc. Y, además de las cábalas, el personal contiene la respiración en espera del 1º  de septiembre, cuando entre en vigor la subida del IVA y todo el mundo haya de hacer frente al repentino encarecimiento de la vida con unos salarios mermados. De aquí a entonces las compraventas se dispararán y, al mes siguiente, habrá tremendo parón, en parte porque no se celebrarán compraventas y en parte porque muchas de las que se celebren serán opacas.
Para entonces sonará la hora del rescate, o sea de la verdad y no consuela gran cosa enterarse de que algunos grandes bancos y empresas de servicios financieros están haciendo estudios sobre la eventualidad de una, dos, tres salidas del euro; incluso sobre la de la desaparición de la moneda única.
En esta situación convulsa, con el resto del país achicharrándose por ese calor que nada tiene que ver con el cambio climático, los gobernantes están todos ausentes, dedicados, es de suponer, a pasear, pescar percebes, hacer barbacoas, jugar al mus, ponerse cilicios, ligar bronce, etc. La web de La Moncloa está callada y su última noticia es la telefonata de Obama a Rajoy a Sanxenxo a animarlo a pedir el rescate y echarse en los próvidos brazos de Merkel, de eso hace ya como diez días, los que lleva el gobierno de vacaciones pagadas, en algunos casos, como el del ministro de industria, en hoteles ilegales.
El PSOE, en cambio, no parece tomar vacaciones y afea las del gobierno en momentos de emergencia nacional, cosa que a este parece importarle un pimiento. Insisten los socialistas en que, dada la gravedad de la situación, hay que aunar esfuerzos y suscribir pactos de actuación conjunta, hay que hablar con una sola voz en Europa. Es una conciencia nacional tan viva que a alguno de ellos se le va la pinza y pide nada menos que un frente único PP-PSOE. Es difícil visualizar a los miembros del gobierno en frente alguno que no sea el de juventudes. El término revela poco raciocinio, dada la tradición frentista propia de la izquierda e inexistente en la derecha. El frente requiere algo concreto ante lo que situarse. Un frente prácticamente nacional en España tendría enfrente algo tan poco concreto, tan abstracto como la crisis. Téngase además en cuenta que cada una de las partes del hipotético frente culpa a los principios de la otra (desregulación/intervenciononismo) por la crisis.
Si el PSOE quiere transmitir la idea de ser un partido serio, responsable, que no toma vacaciones y antepone los intereses de España a todo lo demás, no necesita un frente. Le basta con negociar acuerdos específicos con el gobierno, que no comprometan a los socialistas con las políticas más regresivas en lo ideológico. No se obliga así al PSOE a ocupar el sitio simbólico que le otorgan quienes escriben PPSOE y hablan del régimen y queda como partido respetable, con conciencia de Estado.
Pero sobre todo pone en evidencia que el gobierno está de vacaciones. Como suele decir el personal, ha desconectado. El gobierno ha desconectado del país. Pero el país está conectado consigo mismo y, de todas formas, dado el grado de competencia, eficacia y mera racionalidad de los ministros, sometidos a examen en una entrada pasada, (El estado del gobierno de la nación), casi sería mejor que siguieran vacacionando el resto de la legislatura. Sería más barato y probablemente mejor para el país.
No obstante, es bastante probable que los servicios correspondientes de La Moncloa ya estén gestionando alguna triunfal aparición pública de Rajoy en compañía de los medallistas olímpicos. Interrumpirá entonces sacrificadamente sus vacaciones Rajoy, a fin de trasmitir a la opinión el mensaje claro de que, detrás de los metales españoles, está la sabia guía y el providencial desvelo de este gobernante sin par que, al estilo de su ideal, el invicto caudillo Franco, no duerme y está siempre en vela en pro de los destinos de la Patria. Él bien quisiera interesarse por los miles y miles y miles de hectáreas que ha ardido y siguen ardiendo en España, por las cuitas de los cientos de desplazados y por la angustia de quienes han perdido algún allegado en estos feroces incendios (ya van seis muertos); pero, al ser humano, tiene humanas limitaciones y debe establecer prioridades: siempre será mejor para la marca España que su gobernante aparezca compartiendo el éxito olímpico que tiznado hasta la cejas entre las cenizas ardientes de algún bosque otrora frondoso.
(La imagen es una foto de Francisco Nicolás Mercader Román en el dominio público).